domingo, 18 de enero de 2015

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Y… ¿dónde queda el Sáhara? >> Blogs EL PAÍS

1000 VOCES PARA UN POEMA

Lapices
En el Sahara, desde hace mucho tiempo, hay grandes poetas que lanzan al mundo un par de versos con la intención de que otro gran poeta los continúe. Hasta que no aparece alguien a la altura de la calidad de los primeros versos, el poema queda incompleto. Y así, poco a poco, se va construyendo un poema con muchas voces. De manera paradójica, comenzamos con una Despedida, el título del poema que inaugura la sección de la mano del poeta Larosi Haidar. Dice así…

Cuán dulce es amar
y sentirse a la vez amado
pero amargo es el dejar
a quien tanto se ha esperado.

¡Poetas! os animamos a participar y así completar, esperamos, un gran poema coral.

Intentar mostrar la riqueza de la cultura saharaui. Ese es el objetivo de este espacio. Una cultura nacida de la narración oral, de los bellos paisajes del desierto, de las vidas nómadas y el apego a la tierra, de su origen árabe, bereber y musulmán, de sus costumbres únicas y de la relación con España que se remonta a más de un siglo. Una cultura vitalista, condicionada por una historia en pelea por la supervivencia desde 1975. Coordina Sukeina Aali Taleb


Sukina Aali-TalebHija del exilio, Sukina Aali-Taleb nació en Madrid por casualidad, de padre saharaui y madre gallega. Es miembro del grupo de escritores La Generación de la Amistad Saharaui y coautora del libro "La primavera saharaui, los escritores saharauis con Gdeim Izik", tras los acontecimientos de El Aaiún, en 2010. Periodista y profesora de Lengua Castellana y Literatura en institutos públicos de Madrid. Como no puede ser de otra manera, apoya al Frente POLISARIO en proyectos de ayuda a su pueblo, refugiado y abandonado a su suerte en Tinduf (Argelia), desde hace cuatro décadas.
Roberto MajánRoberto Maján, ilustrador. Le gusta decir que fue el último humano nacido en su pueblo; piensa que eso lo hace especial. Y que su abuela se empeñó en llamarle Roberto en memoria de Robert Kennedy asesinado cuatro días antes. En la época en que nació y se bautizó, el Sahara era español, en el mal sentido de la palabra. El lo sabía por las cartas que recibía de su tío Ramón, destinado allí en su servicio militar. Los sellos que las franqueaban prefiguraron el universo imaginario que tratará de recrear en las imágenes de este blog.
Bahia Mahmud AwahBahia Mahmud Awah. Escritor, poeta y profesor honorario de Antropología Social en la Universidad Autónoma de Madrid, natural de la República del Sahara Occidental. Nacido en los sesenta en la región sur del Sahara, Tiris, la patria del verso y los eruditos. Cursó estudios superiores entre La Habana y Madrid, donde reside. Pertenece al grupo de Escritores Saharauis en lengua castellana.
Willy VeletaWilly Veleta. Willy Veleta consiguió su licenciatura de periodismo de una universidad estadounidense (ahí queda eso) y ha trabajado en todos los canales privados de TV en España… de los que huyó cuando se dio cuenta de que querían becarios guapos. Ahora es profesor de periodismo en inglés y prepara su tercer libro, una novela sobre los medios.
Liman BoichaLiman Boicha. Se licenció en Periodismo en la Universidad de Oriente en Cuba. Después de una larga ausencia regresó a los campamentos de refugiados saharauis y durante cuatro años trabajó en la Radio Nacional Saharaui. Actualmente reside en Madrid. Ha publicado Los versos de la madera y ha participado en varias antologías de poesía saharaui: Añoranza, Um Draiga, Aaiún, gritando lo que se siente, entre otras. Forma parte del grupo poético Generación de la Amistad Saharaui y es miembro de la Asociación de Escritores por el Sahara-Bubisher.
Larosi HaidarLarosi Haidar. Tras el alto el fuego, se instaló en Granada, donde se licenció y doctoró en Traducción e Interpretación. Actualmente es profesor de esta misma disciplina en la Universidad de Granada y ha publicado varios trabajos relacionados con la cultura saharaui. También ha participado en varias antologías de poesía saharaui.








Memoria de arena [10]

Por:  16 de enero de 2015

Sahara15                                                                                                            Ilustración de Roberto Maján
QUÉ VACÍA MI VIDA - Salka Embarek

Qué vacía mi vida que no estuvo con los presos,
de qué poco ha servido mi tiempo,
si no toqué la mano de los libertadores.
Cuánto hablo y nada he vivido,
qué vacía mi vida
que nunca estuve detrás de las rejas,
ni dormí sobre el frío y la cochambre
de la materia muerta.

Llevé mis ojos a la paz de la lucha
y bebí en la fuente de la Causa Justa,
pero qué pobre mi llegada sólo abrazando,
dejando la huella momentánea
en un largo camino que abrieron otros.
Qué pobres mis palabras
languidecidas en versos,
diciendo tanto sin que digan nada,
que suave todo, como nubes de lana.

Si he llorado sin descanso tanta guerra
ha sido por respiro de mi pecho,
porque las mujeres y hombres pesan
tanto y siempre en la conciencia,
mucho en el cuerpo,
que no pueden un momento
escapar de la presión
de esta lucha libertaria.

Qué vacía mi vida que estaba perdida,
y yo no lo sabía hasta que llegué al origen,
ése del dolor del nacimiento,
ése que habitó en la casa robada,
ése de la infancia deshecha,
de la tierra herida,
de la libertad lejana.

el dispensador dice:
donde las distancias pesan,
donde el calor agobia,
donde las huellas cambian según el viento que sopla,
donde los recuerdos giran como una noria,
donde los sueños duelen,
donde los despertares anuncian padeceres...
aparece una mano,
descendiendo desde un manto,
a veces salvando,
otras separando,
otras salteando los instantes,
para que la confusión juegue a favor...
se nota la mano de Dios,
justo dando de beber al sediento de paz,
justo concediendo espacio para que se evapore la razón del maltrato...

hay demasiadas ignorancias sueltas,
en una Tierra donde de nada sirve la palabra,
mucho menos los contratos,
donde todo queda lejos,
a pesar de estar cercano...
hay distancia entre las almas,
que se han acostumbrado a atropellar para venderse como sabios,
cuando en verdad son miserables,
disfrazados de mesiánicos,
que carecen de contenidos,
por ayer, por hoy y por otros ratos...

no hay amor en la violencia,
como no lo hay en la indecencia,
cuando el humanismo es excusa,
lo que sigue es inclemencia,
justificación de impaciencias,
arremolinadas como tormentas,
donde lo de menos son arenas,
golpeando espaldas como cadenas,
atacando espíritus que viven de las penas...

debes saber que siempre hay un más allá,
donde recogerse en el "sí mismo",
hay horizontes aguardando,
porque se encuentren ángel y consciencia,
liberados de desprecios,
negaciones y grilletes con estrellas...
el hombre es efímero,
ante el universo,
ante su SOL,
mucho en su propia Tierra,

y la mano guarda valor,
cuando se traduce en ayuda eterna.
ENERO 18, 2015.-

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