el dispensador dice:
hay personas que manipulan,
circunstancias,
auras,
almas,
palabras que desafinan,
mientras mentidas culpas incriminan,
echando fuego a ramas plenas de espinas...
¿acacias?...
detrás de cada ser que manipula,
siempre se esconde una trilogía...
lo que en el Tíbet se aprende,
se trata de esferas,
que no contienen ángulos,
ni tampoco esquinas...
hay personas que necesitan,
andar reclamando por la vida,
buscando culpables que cambien la dirección de lo que se mira,
echando leña a hogueras por almas ajenas nutridas,
echando esas mismas almas a historias revertidas,
que sirven para tomar ventaja,
atropellando la senda que se traía,
y lo hacen por imperio de sus cinismos,
detrás de los cuales se esconde... eso llamado envidia...
que degrada la condición humana,
hasta que esta se torna efímera...
tan volátil como la hipocresía...
debe conservar la paz el alma,
aún habiendo sido herida,
aún habiendo sido agredida,
aún habiendo sido involucrada,
en los enredos de las mentiras...
porque la paz que sostiene al alma,
es una gracia que aún estando herida,
puede mantenerse de pié,
con honor intacto e hidalguía...
ya que las mentiras,
las acomoda por sí sola la propia vida...
es prudente evitar el enojo,
la molestia que produce la mirada esquiva,
ninguna llave abre del portal tiempo,
porque ningún ser humano conoce su geometría...
por ello cuando el enfado te alcanza,
es mejor dar un giro a la vida,
cambiando el sentido que se traía,
para navegar hacia donde el espíritu,
los sentimientos así lo indican,
nunca hay que permanecer en el puerto,
donde se amarra la mentira,
aún cuando esta sostenga la mirada,
entretejiendo las circunstancias,
para que otra espalda cargue con su mentira...
ha llegado la hora...
aprende a dar sentido a tus sentidos,
aprende de los silencios y de los pentagramas sostenidos...
aprende que los sentimientos,
que sí saben de abrigos.
ENERO 19, 2015.-
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