EL PUENTE ROJO
el dispensador dice:
la palabra puede ser un don,
pero sólo si se conecta con la comprensión,
se envuelve en la compasión,
y se ata con los silencios que están más allá de la razón...
la palabra se corta cuando comienza la emoción,
pero se desata cuando aparece la agresión,
se redime a sí misma cuando surge el perdón,
y muere cuando se produce la traición...
al cruzar el puente rojo,
sobre algún río donde los paralelos están rotos...
el silencio debe ser consigna,
para dimensionar la importancia,
de transitar sobre la poesía,
donde el alma anida,
mientras el espíritu se arrima...
al llegar al extremo opuesto,
allí donde el puente se transforma en silencio,
ya no portas huella,
y tampoco portas sombra,
la palabra ya no es necesaria,
porque el pensamiento que se ejerce,
puede ser vela o alfombra,
dependiendo del ejercicio de la voluntad,
para trascender más allá del destino...
donde el huerto hace de la siembra... un brote donde la herencia... rebota.
MARZO 14, 2015.-
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