UNA ESTOCADA A LA NOSTALGIA ▲ LA COPELINA
La Copelina (Balcarce) Pueblos BuenosAires
el dispensador dice:
uno llega a descubrir ciertos parajes por "causalidad"...
tal te dije alguna vez,
he tenido el privilegio de tener dos madres...
la que me alumbró,
y simplemente se fue después de verme y acariciarme...
la que me adoptó,
y me acarició hasta que no pudo...
la primera se llamaba Juana Morteo,
la segunda se llamana Victoria Schamún (Chamoun),
la primera de esencia vasca,
la segunda de esencia libanesa...
rara mezcla para un mismo hijo,
rebelde por naturaleza,
demasiado sencillo para esta mesa,
demasiado inocente para respirar en la Tierra...
mi padre se fue temprano,
pero algunas de sus historias me quedaron,
mejor dicho... se me impregnaron...
una de ellas está directamente vinculada a La Copelina,
lugar de ensueños bonaerenses si los hay...
según me contaba,
ése (La Copelina) era el lugar amado de mi primer madre...
y también de mi padre...
alguna vez vivieron cerca de allí,
como se solía hacer allá por los años cuarenta,
en el ya antiquísimo siglo XX,
cuando llegar a esos lares era una aventura,
distante tanto como intermitente...
vivir es un decir,
casa de reflexión y recogimiento le queda mejor,
choza donde se mueren los recuerdos...
o donde se reactivan los sentidos lentos...
vaya uno a saber qué moviliza al espíritu,
ante cada iniciativa por escapar del destino cuerdo...
la busqué ya de adulto,
antes de llegar a ser viejo...
estuve solo guiándome por los dichos,
y algún perdido recuerdo...
no encontré nada...
pero me reencontré conmigo mismo,
y con los fantasmas de sus tiempos,
y amé ése lugar como no imaginas,
porque por entonces era fuente de duendes,
hadas, ángulos y otras geometrías,
un paisaje que de tanto horizonte,
no guardaba esquinas...
estuve una sola vez allí,
acompañándome a mí mismo,
aislado de tanto cinismo,
de tanta falsa compañía,
que no es propio de ninguna amistad,
mucho menos del amor que se prometía,
y entre palabra y palabra,
se disfrazaba de hipocresía,
pero así son las mentiras,
cuando se esgrime la primera,
le siguen otras veinte en el mismo día,
y luego se asumen como verdades,
suficientes como para reclamar culpas endiabladas,
de manera de ya ir construyendo nuevas mentiras...
pero ese no es el tema que me trae a este renglón,
apenas si es un tema del corazón...
al ver estas fotografías...
se me vino el alma al cielo,
y me encontré junto a mi pasado,
ya convertido en sueños,
y recordé con esperanzas,
aquel tramo de camino de polvos sueltos...
medio encajonado,
conducente a lares de espacios quietos,
donde todo parece pintado,
como paleta de acuarelas al viento,
como espátula desparramando óleos que envejecen antes de hacerse añejos,
cinceles de un exceso de silencios...
y no he vuelto...
fue demasiado recuerdo para tan poco tiempo...
sí ví el fantasma de mi madre,
feliz... liberado... suelto...
buscando la fuente eterna,
de su bello rejuvenecimiento...
me confundí con ella en un abrazo lento,
encuentro de un solo silencio,
me miró a los ojos...
y simplemente me dijo:
sigue con tu vida... yo, sólo te espero.
MARZO 28, 2015.-
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