
Niño saharaui, que participa en el programa de Vacaciones en Paz, junto a su familia de acogida
El niño ofrece
con sus ojos,
con el triste brillo
de su rostro,
lo único que tiene.
El niño no tiene nada,
y en medio de la nada
hay un árbol de duna,
el Dios del viento estornuda
y el niño ofrece
a su amigo
de otra cultura
un ramo de tempestad,
lo único que tiene
en esta vida dura.
Poema de Limam Boicha. Fotografía de Alba Villén.
* El programa Vacaciones en Paz permite que miles de niños y niñas saharauis procedentes de los campamentos de población refugiada de Tinduf pasen los meses de verano en España. Desde finales de junio han ido llegando a las distintas Comunidades Autónomas. Este año han viajado 5000 niños y niñas saharauis, con edades comprendidas entre los 8 y 13 años. Las Vacaciones en Paz, les permiten alejarse de las altas temperaturas de la hammada argelina, acceder a las revisiones médicas que necesiten, enriquecer su alimentación con productos frescos y convivir con sus familias de acogida. Estas, a su vez, pueden disfrutar de la vitalidad de estos niños y de una experiencia de intercambio cultural única, convirtiéndose en uno de los soportes principales del pueblo saharaui.Este programa se desarrolla desde finales de los años 70, y se gestiona de manera local gracias al trabajo coordinado de las Delegaciones Saharauis y la red de Asociaciones de CEAS-Sáhara. el dispensador dice: a medida que me alejaba... cuando la distancia apaga los rostros... regresaron a mi mente "momentos" de aquellos encuentros prodigiosos... muchas veces no te puedes explicar el por qué de las cosas, simplemente suceden y debes estar preparado para aceptar lo que te toca... debes estar preparado para resolver lo que se te propone desde el destino... debes ser lo suficientemente flexible como para adaptarte al "paso que sigue"... porque en tu interior sabes que debes mantenerte en movimiento, siempre, porque la consigna con la que naces es la de no estar quieto, nunca, por motivo alguno... andar... caminar... orillar... escalar... descender... trepar... y así como así, cuando la distancia ya había convertido en lejanía, tuve la mejor imagen que el recuerdo me proveía: su sonrisa... y fui feliz en lo poco, mientras me acariciaba la brisa. JULIO 31, 2016.-
a las bendiciones las trae el aire.
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