viernes, 29 de julio de 2016

PASEO



RINCON DEL TIBET


el dispensador dice: sí, escribí varias oraciones que fui dejando expuestas a los vientos de los Himalaya... algunas las estampé en telas de color verde, algunas amarillas, otras rosadas, pero la que más he sentido fue aquella que colgué en el stupa del Itey en el ángulo donde la humanidad no llega, y por eso debió ser de color violácea... ya te dije que mientras me iba... me alejaba... tomaba distancia... todo desaparecía... así como el paisaje se esfumaba... perteneciendo a una realidad que no puede ser alcanzada por la raza humana... a eso se llama impermanencia de la simultaneidad despejada... una ecuación cuántica donde el tiempo no transcurre y donde la luz sólo recibe a quien da todo a cambio de nada... porque de eso se trata...

en el último momento de la distancia cursada, capté la imagen de un alma... que parecía moverse hacia la nada... dirás que hay un movimiento fuera de foco, pero en verdad la entidad no es humana, ella permanece en el umbral donde la luz gira envolviendo a quien se lo gana...


luego subí a la ladera, para encontrarme con mi alma... es bueno que el cuerpo se mueva viéndose desprendido del alma... a veces se encuentra la puerta, que debe permanecer cerrada... mientras que otras veces te regalan poder abrir un ventanal por donde se escurre el espíritu que luego te llama... cuando aprendes a despegarte... entiendes el valor de la nada...

allí he visto a la niña, con esa mirada extraña... ella estaba siendo bendecida por el baño de luz sobre una inocencia en calma... ella no necesita de la paz expresada como palabra, ella sabe que la paz sólo se porta en la eternidad de la propia alma...

y hablé con el pastor... que a la distancia miraba... él sabe que allí moran espíritus de los que no se sabe nada... porque son invisibles a los ojos, pero mediante su presencia hablan... hay quienes los escuchan, sonriendo la bendición legada, mientras hay otros que niegan las evidencias nubladas... no debes desperdiciar el tiempo, mientras la luz envuelve la huella de tu pasada...

y continuando por la senda, ví a la leñera cargando el peso de sus palabras... pasó por al lado mío, como si no viera a nadie ni a nada... sólo pronunció para ella misma: me dirijo hacia adelante, porque allí queda mi mañana... cuando la leña se queme, regresaré al bosque por mis palabras...
desde entonces no he regresado... los caminos que te llevan... jamás coinciden con los que traen... si entiendes de geometrías, serás de los que saben. JULIO 29, 2016.-

No hay comentarios: