viernes, 23 de septiembre de 2016

YA NO TENEMOS MIEDO ▲ El largo y cálido verano africano: #Zimshutdown2016 >> África no es un país >> Blogs Internacional EL PAÍS

El largo y cálido verano africano: #Zimshutdown2016 >> África no es un país >> Blogs Internacional EL PAÍS

Lola Huete Machado

África no es un país

"Salvo por el nombre geográfico, África no existe", decía Ryszard Kapucinski. Y sí, desde Europa, acostumbramos a simplificar su realidad hasta hacerla una y pobre, catastrófica y dependiente. Pero África es un continente: 55 países, mil millones de personas, multiplicidad de mundos, etnias, voces, culturas... África heterogénea y rica contada desde allí y desde aquí. Un blog coral creado y coordinado por Lola Huete Machado.




SOBRE LOS AUTORES

Lola Huete MachadoRedactora de El País y El País Semanal desde 1993, ha publicado reportajes sobre los cinco continentes. Psicóloga y viajera empedernida, aterrizó en Alemania al caer el muro de Berlín y aún así, fue capaz de regresar a España y contarlo. Compartiendo aquello se hizo periodista. Veinte años lleva. Un buen día miró hacia África, y descubrió que lo ignoraba todo. Por la necesidad de saber fundó este blog. Ahora coordina la sección Planeta Futuro.
Chema CaballeroChema Caballero. Llegó a África en 1992 y desde entonces su vida giró en torno a sus gentes, su color y olor, sus alegrías y angustias, sus esperanzas y ganas de vivir. Fue misionero javeriano y llevó a cabo programas de educación y recuperación de niñ@s soldado en Sierra Leona durante dos décadas, que fueron modelo.
José NaranjoJosé Naranjo. Freelance residente en Dakar desde 2011. Viajó al continente para profundizar en el fenómeno de las migraciones, del que ha escrito dos libros, 'Cayucos' (2006) y 'Los Invisibles de Kolda' (2009), que le llevaron a Marruecos, Malí, Mauritania, Argelia, Gambia, Cabo Verde y Senegal, donde aterrizó finalmente. Le apasiona la energía que desprende África.
Ángeles JuradoÁngeles JuradoPeriodista y escritora. Trabaja en el equipo de comunicación de Casa África desde 2007. Le interesa la cultura, la cooperación, la geopolítica o la mirada femenina del mundo. De África prefiere su literatura, los medios, Internet y los movimientos sociales, pero ante todo ama a Ben Okri, Véronique Tadjo y Boubacar Boris Diop, por citar solo tres plumas imprescindibles.
Chido OnumahChido Onumah. Reputado escritor y periodista nigeriano. Trabaja como tal en su país y en Ghana, Canadá e India. Está involucrado desde hace una década en formar a periodistas en África. Es coordinador del centro panafricano AFRICMIl (en Abuja), enfocado en la educación mediática de los jóvenes. Prepara su doctorado en la Universidad Autónoma de Barcelona. Su último libro se titula 'Time to Reclaim Nigeria'.
Akua DjanieAkua Djanie. Así se hace llamar como escritora. Pero en televisión o en radio es Blakofe. Con más de tres lustros de carrera profesional, Akua es uno de los nombres sonados en los medios de su país. Residente en Reino Unido, fue en 1995, en uno de sus viajes a Ghana, cuando llegó su triunfo televisivo. Hoy vive y trabaja entre ambos países. La puedes encontrar en su página, Blakofe; en la revista New African, en Youtube aquí o aquí...
Beatriz Leal RiescoBeatriz Leal Riesco. Investigadora, docente, crítica y comisaria independiente. Nómada convencida de sus virtudes terapéuticas, desde 2011 es programadora del African Film Festival de NYC. Sissako, Mbembe, Baldwin y Simone la cautivaron, lanzándose a descubrir el arte africano y afroamericano. Su pasión aumenta con los años.
mapa de África

El largo y cálido verano africano: #Zimshutdown2016

Por:  16 de septiembre de 2016
Zimbabue es otro de los territorios que desmienten la pasividad que se achaca a los africanos en el terreno de la contestación social. Una huelga masiva en julio hizo temblar las certezas del régimen de Robert Mugabe y los cimientos del país parecieron resquebrajarse cuando se unieron a la protesta los veteranos de la independencia, un colectivo con el prestigio ganado en la pelea contra los británicos en los años 70 del siglo pasado, que siempre apoyó al dirigente y que ahora es objeto también de las amenazas del líder nonagenario
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#Zimshutdown2016 es el hashtag que hizo furor en Twitter este verano a la par que la huelga se extendía: un desafío público a un partido y un presidente que ya llevan más de 35 años en el poder y que han conducido al país al estancamiento social, la decepción y la corrupción generalizadas y la ruina económica.
“Ya no tenemos miedo. Estamos preparados para derrocar al dictador”, decía Promise Mkwananzi, líder del movimiento #Tajamuka (“Nos levantamos/Nos rebelamos”) en plena huelga, lanzada por funcionarios sin pagar y que se extendió a cierres de comercios y "ciudades muertas" (huelgas generales). Médicos, enfermeras, profesores y otros funcionarios encontraron el apoyo del resto de su sociedad (conductores, comerciantes, vendedores callejeros, jóvenes) y endebles excusas de Mugabe, que achacó la demora de los salarios a problemas temporales. Los veteranos llegaron a organizar una rueda de prensa en la que solidarizaron con los huelguistas, acusando al gobierno de mala gobernanza y corrupción endémica y pronosticando la destrucción del tejido de la nación a sus manos. Los veteranos se han unido a algunos miembros del ejército para solicitar un cambio al frente del país en las elecciones del año que viene. Un viraje significativo, puesto que Mugabe tenía en ellos un escudo protector, sin fisuras, desde los años 80.
No hablamos de Zimbabue con frecuencia, pero lo cierto es que éste parece el colofón de un largo y accidentado proceso de toma de conciencia y movilización de sus ciudadanos. Sin alejarnos mucho del momento presente, hace apenas dos años que el activista y periodista Itai Dzamara se lanzó al ruedo de la protesta en la Plaza de la Unidad de Harare, poco antes de desaparecer supuestamente secuestrado y asesinado por agentes de seguridad del estado. Su hermano Patson lidera también el movimiento #Tajamuka y las acciones de protesta que continúan en el mismo sitio donde se manifestó Itai Dzamara antes de su desaparición. El año 2015 fue pródigo en pequeñas protestas sofocadas por la policía. Entonces llegó el salto cualitativo y cuantitativo denominado internet.
— African (@ali_naka) July 4, 2016

La protesta zimbabuense tiene hoy la cara del pastor Evan Mawarire, creador del hashtag #ThisFlag y que se ha convertido en un auténtico líder para miles de descontentos en redes sociales y calles.
La historia de Mawarire ya es conocida: puso su cámara a grabar, envuelto en la bandera de Zimbabue, y filmó cuatro minutos describiendo su desengaño y amargura por las promesas rotas y los fallos del gobierno Mugabe. “Cuando miro la bandera, no es un recordatorio de mi orgullo e inspiración, parece que sólo quiera pertenecer a otro país”, confesó entonces. Con 120.000 visitas en un sólo día y hashtag adjunto, se convirtió en trending topic y aglutinó y etiquetó la decepción de muchos de sus compatriotas. 
Mawarire ha marcado el camino para otros también dentro del partido en el poder, ZANU-PF. Acie Lumumba siguió el ejemplo del pastor, utilizando el hashtag #digdeeper. Tras salirse de la estructura política gobernante, continúa la labor de zapa del régimen con vídeos en redes sociales, al tiempo que lanza un nuevo partido opositor, Viva Zimbabwe. Hoy florecen otros grupos de la oposición, como #Asijiki (“no retrocederemos”), que actúan en la Red y en las calles. A pesar de las amenazas, los asaltos, las intimidaciones y las detenciones, las protestas y los hashtags continúan. 
Como sucede en Kenia o Costa de Marfil, no hablamos sólo de “clictivismo”: los hashtags traspasan las barreras virtuales para agrupar y organizar a la gente en la calle. Zimbabue tiene una penetración móvil de más del 95 % y acceso a internet de casi un 50 %, así que la batalla online es prioritaria también para el gobierno. Tras lanzar el contra-hashtag #OurFlag, el ejecutivo de Mugabe ha acusado directamente a Estados Unidos de ser el inductor de las huelgas y protestas ciudadanas, “como antes hizo en Túnez, Egipto y Libia”. Mugabe también ha amenazado con controlar los medios sociales, siguiendo el ejemplo chino. Hubo acusaciones de bloqueo del servicio de WhatsApp durante la huelga y las movilizaciones de este verano.
En cualquier caso y quizás porque se huele que el miedo cambia de bando y no hay barrera que contenga el hastío ciudadano, parece más posible que nunca la llegada de un cambio al gobierno de Zimbabue. Y las protestas prosiguen con un llamamiento a vestir de negro cada viernes... 

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