‘Enigmas de nuestra historia’, la trastienda de las leyendas
DMAX estrena este jueves la serie documental conducida por Lorenzo Fernández Bueno
Madrid
Lorenzo Fdez Bueno con el grial. DMAX
No hay un continente perdido más allá de las columnas de Hércules, del estrecho de Gibraltar. Pero tal vez la ola resultante de un terremoto sepultara en un día y una noche, como escribió Platón, una civilización asentada en el golfo de Cádiz tan avanzada que aleaba bronce en la Edad de Piedra. ¿La Atlántida? Es imposible saber qué cáliz consagró Jesucristo, pero en España hay un grial a por el que vino Heinrich Himmler, Reichsführer de las SS, que se topó con un cura en Montserrat que se negó a enseñárselo, que data del siglo I.
DMAX estrena este jueves (22.30) Enigmas de nuestra historia, una serie que juguetea con el relato de misterio para indagar el posible sustrato de leyendas y mitos, conducida por el escritor y periodista Lorenzo Fernández Bueno, director de las revistas Enigmas y Año/Cero.
Cinco capítulos de una hora abordan otros tantos enigmas ligados de una u otra forma a España. Dice Alejandro Flórez, director de contenidos de Discovery, que la producción sin embargo no solo está al nivel de cualquier otra internacional de esta temática, sino que resulta igualmente disfrutable en el extranjero: “divulga y entretiene y aborda cuestiones universales”. El equipo de la serie ha recorrido 30.000 kilómetros entre España, Portugal, Francia, Italia e Israel visitando las localizaciones adonde les llevaban las 45 entrevistas con expertos que guiaban sus pasos: historiadores, arqueólogos, geólogos, antropólogos o escritores como Juan Eslava Galán. Además, se han rodado 35 recreaciones históricas con 125 intérpretes. El rebufo de aquellos best sellers de hace una década, con templarios y sociedades secretas, se hace aquí serie.
Arranca con la búsqueda del Santo Grial, objeto que la tradición desde las leyendas artúricas considera una representación del poder absoluto y que obsesionó a Adolf Hitler y a las SS tanto como la lanza de Longinos, centurión que atravesó el costado de Jesús. En el segundo episodio, una prospección subacuática a 20 kilómetros de la actual línea de costa del golfo de Cádiz lleva al periodista a ciertos hallazgos arqueológicos —que defiende que son vestigios de la Atlántida— y a un susto: el barco naufragó. Según Fernández Bueno, Cristobal Colón, el descubridor de América, sabía que no iba a las Indias y lo que se toparía en medio. Al mapa secreto que le llevó a desembarcar allí en 1492, que estaría oculto en el criptograma que sirve de firma a Colón, le dedican el capítulo tercero. El cuarto recuerda que el rey Salomón plasmó las claves para decodificar el nombre secreto de Dios, las cuatro letras impronunciables, en una mesa. Quien la posea podría gozar de poderes divinos, ver el futuro, dice la leyenda. Según el rastreo que hace el presentador los visigodos la habrían traído a España tras el saqueo de Roma y los árabes habrían ido a buscarla, convencidos, a una ciudad: Toledo. La quinta y última entrega está dedicada a la Garduña, una hermandad criminal amparada por la Inquisición —se supone que sería algo así como su brazo armado— que habría operado en España entre los siglos XV y XIX y que, según Fernández Bueno, está en el origen de las actuales mafias italianas, como demostraría, según el escritor, la ligazón entre los ritos iniciáticos de unos y otros.
Además de la emisión televisiva, Fernández Bueno estará al cargo de un blog en vídeo en el que desgranará detalles y anécdotas de cómo fue la trastienda del rodaje o curiosidades históricas relacionadas con la trama de Enigmas de nuestra historia. Los contenidos extra para espectadores en Internet son ya casi una obligación.
LAS BALAS EN LA RECÁMARA
Si Enigmas de nuestra historia tuviera éxito, cosa de la que a priori su conductor está seguro, Lorenzo Fernández Bueno, que dice tener alma de reportero, tiene ya claros otros misterios que perseguiría desentrañar.
En España hay una veintena de copias de la Sábana Santa, el lienzo donde se supone que quedó impresa la cara de Cristo. Uno, sin embargo, el sudario de Oviedo, tiene manchas de sangre humana (del grupo AB) y restos de polen que coinciden idénticamente con las muestras extraídas del de Turín. Ese sería el primer disparo.
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