miércoles, 4 de octubre de 2017

NINGÚN PODER VALE TU SANGRE

La imagen puede contener: cielo, exterior y naturaleza
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el dispensador dice: al verme cercado por las intolerancias, observé que en el campo de batalla de la vida, había gentes como perdidas, mientras otras estaban extraviadas, algunas sólo miraban, y nadie conversaba, algo los tenía ocupados en pensamientos desvariados, cuando se pierde el futuro ya no se divisan las manos, así es que subí a la torre para divisar mejor las distancias y los horizontes, no se veían los enemigos, pero todo sonaba a desatino... cañones... espadas... balaceras... trincheras... misiles... desacuerdos por montones... ¿dónde se habrá perdido la paz que jamás reinó en esta Tierra?, me preguntaba mientras no entendía las razones... los negocios de la guerra justifican lo irracional de los argumentos vacíos y de las almas sin canciones... traté de hilvanar en mi cabeza los hechos de armas del siglo pasado, y eran muchos, algunos sobresalían pero otros no menores, quedaban aletargados en el recuerdo... dos guerras mundiales... víctimas y más víctimas, donde los que no eran anónimos eran desconocidos... ¿para qué sirve la medalla al valor?... cuando el destino se sacrifica para alimentar a miserables, el vacío queda del lado del que lucha por la nada propia para dar de comer a lo mucho que juntan los mezquinos... entendí que los motivos de la primera guerra mundial no habían sido otros que las miserias humanas de los poderosos pretendiendo colectar más poder, más bienestar, más comodidad, a cambio del olvido hacia los prójimos... digamos, razones económicas de espíritus pobres en cuerpos disfrutando de bienes robados y muchos más saqueados a indefensos y desprevenidos...
no pasó mucho tiempo que caí en la cuenta que la segunda guerra mundial tenía los mismos fundamentos miserables de mezquindades a mansalva... y no pasó mucho tiempo para caer en Corea y en Vietnam para capturar evidencia absoluta acerca de la importancia que el poder le confiere a la muerte de los otros... no me olvidé de la Guerra Civil española, que sólo benefició a Bruselas y sus intereses de dominación mediante las ignorancias y los analfabetismos, entendiendo que hay titulados ignorantes en sus soberbias, entendiendo que hay profesionales con notables honores que no han logrado superar el analfabetismo de sus desidias... necios que se venden como sabios pero que no son más que falsos profetas de futuros consumidos antes de tomar sus respectivas entidades... no olvidé el martirio de los armenios a manos de los turcos... e inmediatamente caí en la cuenta que la paz no estaba en este planeta por la sencilla razón de que ella misma (paz) no moraba en el alma de cada ser humano... todo se resumía a ser palabra, no más que eso... sonaba como palabra... se oía como palabra... pero carecía de sentido, por tanto sonaba a hueco... comprobé que unos pocos no querían la paz, porque sus intereses y sus conveniencias pasaban por los conflictos entre los mortales indefensos, para lo cual debían fabricar escenarios de guerra... podría decirse, un terrorismo del poder... que necesita de terroristas de segunda mano que sirvan como mano de obra barata a sus fines (los del poder, claro está)... 
ideologías sin ideas... justificaciones sin causas... necedades y empecinamientos... cinismos... hipocresías... desprecios... intolerancias... atropellos... el poder moviliza a las masas que serán enviadas a un frente ficticio donde lucharán pobres contra pobres, desvalidos contra desvalidos, olvidados contra negados, omitidos contra despojados... y cuando todos mueren, el poder toma posesión de los remanentes, despliega grandes campos santos que nadie visitará y entierra a generaciones de voluntades sacrificadas por antojos de mentes desquiciadas, una y otra vez... sin solución de continuidad, sin fin... 
desde la torre creí escuchar los gritos desesperados de Guernica... no eran distintos a semejantes circunstancias en otros lugares, otros escenarios, con otras víctimas, para un mismo fin, alimentar los antojos del poder demente y aberrante...
te diré que veo cada vez menos árboles, menos selvas, menos bosques, menos naturaleza en estado puro... 
te diré que veo cada vez más naturaleza sacrificada por locos por el dinero y los bienestares que jamás podrán disfrutar...
te diré que veo que la gente anda frustrada porque está sintiendo en la intimidad de su alma que algo no anda bien, no sólo con el clima, sino con el cuento de políticos impresentables que se quieren quedar con todo, lo de todos... y no les alcanza porque la codicia ya no es tal, porque la avaricia supera a la anterior y ambas dan forma a una mezquindad miserable que además es insoportable... entonces las gentes se enferman al ver que se les escurre la dignidad a manos de desesperados por los dineros... pero los políticos siguen los mandatos de las corporaciones... y las corporaciones siguen el mandato del "dueño del mundo", émulo del pensamiento de un Julio Verne que tuvo la inspiración en la premonición de sus sueños... no fue el único, Nostradamus tuvo sueños parecidos y sus conclusiones, aún no siendo noveladas, se transformaron en versos que aún permanecen sin traducción al pensamiento facilista que impera en occidente...
desde la torre se veía Barcelona... había grietas inducidas entre gentes semejantes... cada uno defendiendo causas huecas... me pregunté qué intereses movían a semejante quiebre... una vez más vi combates de inocentes anónimos versus anónimos inocentes... y casi de soslayo vi al poder reírse de las víctimas, y entonces ví que al poder sobre el poder le regocijaba el resultado consecuente con sus órdenes... y comprobé que el dueño del mundo disfrutaba la zozobra global... los llantos... los miedos... los temores... los ahogos... y una vez más... me pregunté cómo era posible que las gentes defendiesen causas injustas generadas por analfabetos de Dios...
vi que había terceros agazapados aguardando la tragedia de los pobres, de los marginados, de los indigentes, de los hambreados, de los obligados a migrar, de los despojados y otros saqueados... llegué a la conclusión que el ser humano no tiene cura porque se le enseña a estar enfermo, porque esa enfermedad es la que nutre al poder enloquecido... ceder la dignidad para poder sobrevivir un día más es parte de dicha patología inducida... ser felpudo y obsecuente del mismo poder (u otro) también lo es... y la vida se escurre defendiendo mentiras que son productos de engaños globales, manipulaciones de la FE, manipulaciones de la esperanza, manipulaciones de los sueños, y en fin, manipulaciones donde muy pocos tienen todo el beneficio, donde los muchos (que son muchísimos) pierden todo en pos de una justicia que no es tal...
no había solución...
había que esperar por la revelación divina, implacable sobre la miseria humana...
descendí de la torre, sabiendo que nada podía hacerse... paz y amor eran sólo excusas en mentes iluminadas que no tenían más que la voz propia, interior... que cobijaba una paz y un amor que se retroalimentaba de silencios y soledades...
bajando de la torre miré por última vez el campo de batalla... vi occidentales venenosos y orientales tóxicos contaminando los escenarios de las gentes de bien...
supe que sólo un artilugio del destino cósmico modificaría el rumbo de la catástrofe...
ya en el llano, me mezclé entre la multitud, y me esfumé en un destello de humanismo sin tumba y sin cruz...
la dignidad que no se siembra, no se vive, sólo se sacrifica... y ningún poder vale la pena la defensa de aquello que se compra y se vende... porque el negocio, sólo denigra la condición humana, asesinando los contenidos que necesitan de la calidad humana para que cada quien, pueda ser y estar por un segundo de eternidad compartida. OCTUBRE 04, 2017.-
ningún poder vale tu sangre.
La imagen puede contener: cielo, exterior y naturaleza

Carmen Conde Sedemiuqse Esquimedes

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