miércoles, 30 de mayo de 2018

Los asesinados por ETA entran en el ‘Diccionario Biográfico Electrónico’ | Cultura | EL PAÍS

Los asesinados por ETA entran en el ‘Diccionario Biográfico Electrónico’ | Cultura | EL PAÍS

HISTORIA DE ESPAÑA

Los asesinados por ETA entran en el ‘Diccionario Biográfico Electrónico’

La Academia de la Historia incluirá en su obra digital a todos los muertos de la banda etarra. La dirigente Yoyes aparece en la lista de las víctimas y en la de los verdugos

Los siete féretros, seis militares y un civil, muertos en los atentados de ETA en Madrid en junio de 1993.
Los siete féretros, seis militares y un civil, muertos en los atentados de ETA en Madrid en junio de 1993. 
El gallego José Antonio Pardines Arcay, guardia civil, hijo y nieto de guardias civiles, fue el primer asesinado en España por la banda terrorista ETA, surgida en 1959. Pardines era un joven de 25 años de Malpica de Bergantiños (A Coruña) que el 7 de junio de 1968, junto a un compañero, dio el alto a un Seat-850 en un control de tráfico en Villabona (Gipuzkoa). En el coche iban dos terroristas, uno era entonces un importante dirigente de la organización, Javier Echebarrieta Ortiz, alias Txabi, que le pegó un tiro en la cabeza al agente cuando este comprobaba la matrícula. Con Pardines en el suelo volvió a dispararle, en el pecho. El relato de este asesinato ya puede leerse en la web del Diccionario Biográfico Electrónico, la obra de la Real Academia de la Historia (RAH) presentada el pasado 3 de mayo en el palacio de El Pardo (Madrid), en un acto con la presencia de los reyes Felipe y Letizia.
Junto a Pardines, hay otros 13 asesinados por ETA en el Diccionario, aunque algunos ya figuraban por mor de su trayectoria, como el político socialista Ernest Lluch, que fue ministro de Sanidad, o el jurista y presidente del Tribunal Constitucional Francisco Tomás y Valiente. También se recogen las vidas rotas del concejal de Ermua Miguel Ángel Blanco o los políticos socialistas Fernando Buesa o Joseba Pagazaurtundua. En una labor que supone un punto de partida, iniciado hace pocas semanas, el objetivo que se ha marcado la RAH, al que ha tenido acceso EL PAÍS, es que su diccionario contenga entre sus, por ahora, 45.000 biografiados (siempre personajes fallecidos), a todos los que mataron los etarras. En preparación, para su incorporación futura a la web hay otros 20.000 biografiados.

Cerrar una brecha

La directora de la institución, Carmen Iglesias, señala que la inclusión de estas víctimas va en paralelo a la reciente decisión de los Ministerios de Educación y de Interior, en cooperación con asociaciones de víctimas, de que el alumnado del último curso de la Educación Secundaria Obligatoria estudie una unidad temática que se llamará El terrorismo en España. En ella se analizará este fenómeno y sus efectos desde los años sesenta. “En nuestro caso”, dice Iglesias, “era una brecha en el Diccionario biográfico español que hemos querido abordar. Este trabajo ya estaba empezando cuando se presentó la obra y se completará con la posibilidad de que el usuario pueda consultar el listado de asesinados mediante etiquetas (guardias civiles, concejales, empresarios…) o por el nombre propio”.
Las entradas de cada una de estas víctimas se enlazarán con la de la primera de su colectivo. En el caso de un guardia civil, con la de Pardines Arcay, cuya biografía ha sido redactada por el historiador Juan Pablo Fusi, experto en la España contemporánea y, sobre todo, en los acontecimientos del País Vasco. En esta misma biografía hay una breve explicación de qué ha sido ETA hasta su disolución, el pasado 3 de mayo, justo el día en que se presentó el DB~e: “ETA, que hizo del terrorismo el instrumento esencial de su estrategia hacia la independencia vasca, asesinó entre 1968 y 2011 a un total de 853 personas (47 bajo el franquismo y 806, en democracia)”. La cifra de muertos coincide con la que oficialmente reconoce el Gobierno. “El peor año”, continúa Fusi, “con 92 asesinados, fue 1980; y la acción más sangrienta, con 21 muertos, fue el atentado en el supermercado Hipercor, que tuvo lugar en Barcelona, el 19 de junio de 1987”.
La coordinación para elaborar el listado definitivo está siendo abordada por el propio Fusi, que se encarga de verificar “quiénes deben ser los expertos, no amigos ni familiares, que redacten las biografías”. Esta labor se está desarrollando con la cooperación de un grupo de historiadores, fundamentalmente del País Vasco, y organizaciones de víctimas del terrorismo. La directora de la RAH subraya que desde su institución únicamente se les está indicando a los autores de cada entrada “las normas de redacción”. Una vez se han verificado todos los datos, se sube la biografía a la plataforma digital del diccionario. El plazo para la finalización de este nuevo apartado de la obra ronda, “como máximo, hasta el mes de septiembre”.
El Diccionario Biográfico Electrónico es la edición corregida de los 50 tomos de la versión de papel, que vio la luz en 2011 y tanta polvareda levantó por las polémicas biografías de algunos personajes, como Franco, que han sido corregidas en esta nueva versión. Este trabajo recorre 2.500 años de la historia de España, desde el siglo VII de nuestra era hasta prácticamente la actualidad y se renueva semanalmente “porque es una tarea inacabada e inacabable”, insisten desde la RAH. Así, se han incluido hace días las reseñas del cineasta Antonio Mercero y el periodista José María Íñigo, fallecidos en las últimas semanas. En este corpus histórico han colaborado más de 4.500 expertos y unas 500 instituciones.
Para cerrar el sangriento círculo de ETA en la historia de España, esta obra añadirá los dirigentes etarras fallecidos. Como precisamente ocurre con el asesino de Pardines, Txabi, que murió, con solo 23 años, el mismo día que su víctima. Su biografía lo relata así: “Licenciado en Economía, formó parte de las juventudes del Partido Nacionalista Vasco, para posteriormente ingresar en ETA junto a su hermano”. Aquel 7 de junio de 1968, unas horas después de matar a Pardines, “fue abatido en un tiroteo con la Guardia Civil. Las publicaciones etarras lo elevaron a la categoría del Primer Mártir de la Revolución”.
Y como ejemplo de cruce de caminos en un fenómeno que ha marcado la vida española durante más de medio siglo, está el caso de María Dolores González Catarain, Yoyes, la primera mujer dirigente de ETA, a la que la organización asesinó por considerarla “traidora” tras su reinserción y abandono de la violencia. Su nombre figurará en las dos listas, víctimas y verdugos.

MÁS DE CINCO MINUTOS DE MEDIA POR CONSULTA

Desde que el Diccionario Biográfico Electrónico ha estado disponible para los usuarios de Internet, una vez inaugurado el pasado 3 de mayo, hasta el día 24 de este mes, la web (dbe.rah.es) ha registrado 270.017 visitas a sus páginas, según los datos que proporciona la Real Academia de la Historia. Las consultas realizadas han llegado desde 96 países del mundo. España acapara la mayoría de las entradas, el 70,39%, seguido de México (6,59%), Perú, Argentina y Colombia.
Sin embargo, lo que más ha llamado la atención a los artífices de esta obra es la “elevada duración media de cada consulta, 5,18 minutos”, lo que permite inferir que el usuario no picotea, sino que busca con un objetivo y lee las biografías.

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