Qi Baishi (齐白石): El artista del pueblo
Qi Baishi (1864-1957) fue un famoso pintor chino cuyas delicadas obras no solo le hicieron ganarse la fama de “artista del pueblo”, sino que además fue muy reconocido en el extranjero, especialmente entre sus compañeros de profesión occidentales como Picasso, quienes quedaron impresionados por sus cuadros.
Hubo una vez en China un famoso pintor que, aunque nació en una familia pobre y no recibió una educación formal, logró acumular gran cantidad de conocimientos pictóricos y llegó incluso a crear un estilo propio que renovó la pintura china en su camino hacia nuevas tendencias. Sus delicadas obras no solo le hicieron ganarse la fama de “artista del pueblo” (人民艺术家,rénmín yìshùjiā), sino que además fue muy reconocido en el extranjero, especialmente entre sus compañeros de profesión occidentales, quienes quedaron impresionados por sus cuadros. El mismo Picasso, al confesar su admiración por él, expresó: “cuando dibuja un pez, no hay ni un trazo para describir el agua y, sin embargo, se puede ver el río, se puede oler el aroma de sus aguas”. Su nombre era: Qi Baishi (齐白石).
Una infancia dura
Qi Baishi nació en Xiangtan (湘潭), en la provincia de Hunan (湖南), el 1 de enero de 1864 y falleció el 16 de septiembre de 1957 a los 93 años de edad. Su nombre original era Chunzhi (纯芝), el de cortesía Weiqing (渭青) y su apodo Lanting (兰亭). A los 27 años cambió su nombre por Huang (璜), el de cortesía por Binsheng (濒生), y pasó a ser conocido con el pseudónimo Baishishanren (白石山人), cuya forma simplificada, Baishi (白石), terminó convirtiéndose en su nombre artístico.
Nació en el seno de una familia de agricultores que, durante su infancia, solo pudo sufragarle medio año en una escuela privada. Además, como era muy enfermizo, sus padres lo enviaron a estudiar técnicas de artesanía para que pudiera ganarse la vida. A los 15 años comenzó con la talla de madera, iniciando así su oficio como carpintero. En su tiempo libre, seguía las instrucciones del manual de pintura del Jardín de la semilla de mostaza (芥子园), con el que aprendió a dibujar pájaros y personas. Con 27 años se convirtió en discípulo de Hu Qinyuan (胡沁园) en las materias de dibujo y poesía, por lo que dejó atrás su vida como carpintero y comenzó a ganarse la vida dibujando retratos.
En 1917, a los 55 años, Qi Baishi se mudó a Beijing huyendo del bandolerismo y pasó a formar parte de la “población flotante” de esta ciudad. Su objetivo era poderse ganar el sustento, sin tener recursos económicos, en la gran capital. En aquellos días sus obras reflejaban sus estudios sobre la pintura del artista Bada Shanren (八大山人). Su estilo sencillo y relajado no tuvo buena aceptación en Beijing y apenas vendió obras. En ese momento conoció a Chen Shizeng (陈师曾), un innovador pintor que ya gozaba de gran renombre en la ciudad. Los dos artistas forjaron una profunda amistad de la que ambos se enriquecieron artísticamente. Qi Baishi llegó a escribirle los versos: “Usted sin mí no podrá avanzar y yo sin usted no haré sino retroceder”. A lo que Chen Shizeng, para animarle a innovar y a no estancarse en los estilos tradicionales, respondió: “Haga su propia pintura, ¡no agache la cabeza para seguir la corriente!”. Gracias a la inspiración proporcionada por su amigo, Qi Baishi comenzó a pintar utilizando un nuevo estilo llamado “flores rojas y hojas de tinta” (红花墨叶, hónghuā mòyè) que consiguió revalorizar la pintura nacional de China.
Qi Baishi madrugaba todos los días para escribir y continuar pintando obras como La paloma de la paz (和平鸽), La flor blanca y la paloma de la paz (白花与和平鸽), La victoria de la paz (和平胜利) o Viva la paz (和平万岁). Esta serie de obras, cuyo tema principal es la paz, manifestaban el anhelo de este ya anciano pintor, algo por lo que más tarde sería premiado. En 1953, el Ministerio de Cultura de China le confirió el título de “artista del pueblo”; y en 1956, el Consejo Mundial de la Paz le galardonó con el Premio Internacional de la Paz.
Estilo pictórico propio
Se suele decir que la carrera artística de Baishi se divide en dos etapas diferentes. Un periodo que abarca hasta su llegada a Beijing a los 55 años, en el que la mayoría de sus obras eran reproducciones y copias. Y un periodo, posterior a su llegada a Beijing, marcado por haber logrado el desarrollo de su estilo propio. Sobre las bases de su propio estilo teorizó sus ideas sobre la pintura: “La distinción de una buena obra está entre el parecido y la falta del parecido, la exactitud es objeto de los gustos comerciales mundanos pero su falta es un engaño a los sentidos”.
Fue reconocido en el mundo del arte por sus destrezas pictóricas al pintar gambas, en las que se puede apreciar las diferencias de estilo de sus dos periodos pictóricos. En la etapa inicial, el trazo era realista, más bien copias de las producidas por los pintores Xu Wei y Bada Shanren, mientras que en una etapa posterior desarrolló un estilo libre y personal, por lo que las gambas alcanzaron mayor originalidad.
Por su parte, los insectos y plantas que dibujaba eran una combinación de estilo libre y realista. Dibujaba las hojas de las plantas con rápidas pinceladas y concedía un gran realismo a los insectos.
Otro motivo de sus obras eran los polluelos que, aunque contaban con muy pocos trazos, estaban dotados de un realismo que parecía darles vida.
Un hombre multidisciplinar
Baishi tenía talento en múltiples disciplinas; además de la pintura, perfeccionó las artes de la poesía, la caligrafía y el grabado de sellos. En muchas de sus obras añadió versos de su puño y letra, especialmente en algunas con contenido satírico.
Por ejemplo, en su obra El tentetieso (不倒翁), escribió: “El tentetieso lleva sombrero y abanico de funcionario, aunque lo empujes no se caerá porque está medio lleno de barro pero, si lo rompes, verás que dentro no tiene ni corazón ni humanidad”. En su obra Pescando gambas en la infancia (儿时钓虾图) añadió los versos: “Hace cincuenta años, solo era un niño, usaba algodón como cebo para pescar gambas. Hoy, hago este dibujo ya con el pelo blanco, aún recuerdo las flores del cálamo”.
Anécdotas
Se dice que el famoso escritor Lao She (老舍) visitó una vez a Qi Baishi cuando este tenía 91 años para charlar con él y ambos conectaron rápido. Lao She propuso un título para que el artista le dibujara una obra: El canto de las ranas se oye a diez kilómetros del manantial (蛙声十里出山泉). El nonagenario pintor aceptó encantado el reto y comenzó allí mismo a dibujar. La obra cuenta con una ingeniosa composición en la que unos renacuajos nadan despacio siguiendo el curso de las aguas del manantial y, aunque no hay ninguna rana, se puede percibir cómo su canto resuena en el valle.
Lo que más le gustaba dibujar eran objetos familiares para sí mismo. Las obras El pez que mejor conozco (我最知鱼) y Repollo con pimientos (白菜辣椒), entre otras, están realizadas partiendo de una meticulosa observación de los objetos cotidianos.
Qi Baishi fue, en definitiva, un artista cuyo estilo pictórico se desarrolló de forma tardía. Llevó una vida de intenso trabajo, para dejar un legado de numerosas obras sobre objetos que le eran familiares y que lograban fascinar al público. No en vano fue llamado “El artista del pueblo”.
Publicado originalmente en: Revista Instituto Confucio.Número 39. Volumen V. Noviembre de 2016.
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