domingo, 9 de junio de 2019

Ángeles y fantasmas | Babelia | EL PAÍS

Ángeles y fantasmas | Babelia | EL PAÍS

Ángeles y fantasmas

La escritura de Eduardo Chamorro se aproxima a la prosa poética, trufada por la ironía lacerante o por el toque de humor callejero

Portada de 'Las aguas del fantasma'.
Hace algunos años, después de su muerte, en 2009, leí que Eduardo Chamorro había dejado una novela terminada pero sin publicar. Del autor madrileño solo había leído el ensayo El enano del rey, uno de los mejores libros divulgativos que leí sobre la España del Barroco, y la novela de misterio Guantes de segunda mano. Dejo aparte un libro insospechado en la trayectoria de Chamorro, me refiero a Juan Benet y el aliento del espíritu de las aguas, tal vez el texto más de primera mano que se escribió sobre el autor de Volverás a Región y su poética.
Chamorro y Benet cerraron muchas licorerías de Madrid, junto a García Hortelano, Martínez Sarrión, entre otros pertenecientes al llamado Círculo Benet. Hago hincapié en la figura de Juan Benet porque paradójicamente nada de Benet encontramos en la trayectoria narrativa del autor de La cruz de Santiago. Y ahora lo que más me asombra es que el mismo Chamorro haya dejado una obra póstuma, que tampoco tiene nada que ver con lo leído del autor antes de ella. Me refiero a Las aguas del fantasma.
Para comprender cabalmente esta novela, habría que remontarse a las narrativas de Torrente Ballester y Álvaro Cunqueiro. De ambos, Las aguas del fantasma tiene la imaginación iridiscente que la alimenta. En esta impecable novela, en la costa gallega, hay un portero nocturno de hotel que relata las historias que un grupo de paisanos de imposible clasificación le van desgranando en un astillero abandonado, mientras restauran una embarcación. El portero nocturno puede recordarnos por momentos el extenso relato del narrador de La saga/fuga de J. B.
La escritura de esta novela se aproxima por momentos a la prosa poética. Trufada por la ironía lacerante marca de la casa o por el toque de humor callejero en medio de un sintagma lírico. No falta la presencia de un fantasma en la obra, que compite con un ángel, ese ser del que todos tenemos noticias, acota Chamorro, sobre todo si hemos leído a Rilke o a Rafael Alberti. Las aguas del fantasma es un acto de encantamiento narrativo. Que las palabras designen hechos o cosas improbables y nos conmuevan es parte de la maravilla de esta novela.
Las aguas del fantasma. Eduardo Chamorro. Ediciones del Viento, 2019. 190 páginas. 17 euros.

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