
El Buda presentó un desafío radical a la forma en como vemos el mundo, tanto hace dos mil quinientos años, como en la actualidad.
Lo que él enseñó no es diferente, tampoco es una alternativa, simplemente es lo opuesto.
Nos mostró como el camino que creemos nos llevará a la felicidad, por el contrario nos conduce a la tristeza.
Que lo que creemos cierto es falso.
Que lo que imaginamos real es irreal.
Hay un cierto valor que radica en recordar ese desafío de vez en cuando.
Thuk Je Che Tibet

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