Multitud de formas en la naturaleza se desarrollan en estructuras que se repiten en diferentes escalas. Desde las redes de vasos sanguíneos a los sistemas montañosos puede rastrearse el influjo de los fractales, una teoría matemática que “trata de explicar formas no explicables por otras geometrías, como la euclidiana”, según explica el profesor de la Universidad de La Rioja Eduardo Sáenz de Cabezón Irigaray.
Entre marzo y junio pasados, el centro de estudios riojano organizó una exposición en torno al arte que usa creativamente estas figuras matemáticas, realizado a través de un software. “Son formas autosemejantes, que tienen la misma estructura que el total, y son rugosas, es decir, que su medida depende de las escala con la que se mida”, concreta el profesor, que fue uno de los comisarios de la muestra.
Aunque los fractales ya se conocían desde principios del siglo XX, no fue hasta los años setenta cuando Benoît Mandelbrot les dio nombre, basado en la voz latina fractus, quebrado. De ahí que el concurso internacional que se celebra desde 2006 en torno a esta forma de creación, se llame como el matemático polaco fallecido en 2010.
El interés por el valor estético de las formas fractales surgió poco después de ser bautizadas, en los años ochenta. “Dentro de las corrientes artísticas podría estar emparentado con el visual art, el new media art y el arte algorítmico”, señala Sáenz de Cabezón.
Aunque un artista fractal no necesita conocer las matemáticas que hay detrás de la teoría, sí que debe saber cómo funciona el programa informático que las gestiona para crear visualizaciones. Las que se mostraron en la Universidad de la Rioja son las 25 ganadoras del concurso de 2011. Pero las posibilidades creativas, como en la geometría, pueden ir mucho más allá, hasta tocar el infinito.
Entre marzo y junio pasados, el centro de estudios riojano organizó una exposición en torno al arte que usa creativamente estas figuras matemáticas, realizado a través de un software. “Son formas autosemejantes, que tienen la misma estructura que el total, y son rugosas, es decir, que su medida depende de las escala con la que se mida”, concreta el profesor, que fue uno de los comisarios de la muestra.
Aunque los fractales ya se conocían desde principios del siglo XX, no fue hasta los años setenta cuando Benoît Mandelbrot les dio nombre, basado en la voz latina fractus, quebrado. De ahí que el concurso internacional que se celebra desde 2006 en torno a esta forma de creación, se llame como el matemático polaco fallecido en 2010.
El interés por el valor estético de las formas fractales surgió poco después de ser bautizadas, en los años ochenta. “Dentro de las corrientes artísticas podría estar emparentado con el visual art, el new media art y el arte algorítmico”, señala Sáenz de Cabezón.
Aunque un artista fractal no necesita conocer las matemáticas que hay detrás de la teoría, sí que debe saber cómo funciona el programa informático que las gestiona para crear visualizaciones. Las que se mostraron en la Universidad de la Rioja son las 25 ganadoras del concurso de 2011. Pero las posibilidades creativas, como en la geometría, pueden ir mucho más allá, hasta tocar el infinito.
el dispensador dice:
además de valor intrínseco,
el número contiene otro estético,
su forma representa una parte de la esfera,
y por ello,
cada número tiene sus propios radios,
cada número tiene sus propios ángulos,
cada número tiene sus propias geometrías,
pero más allá,
cada número contiene una energía,
una carga potencial que deviene del verbo,
el verbo que confiere orden,
otorgando un sentido a cada equilibrio...
cada orden contiene uno o más equilibrios,
todos ellos armónicos,
todos ellos sincrónicos,
donde cada orden,
guarda una correspondencia numérica,
habiendo tantos infinitos como órdenes hay,
inaccesibles a la razón humana,
inaccesibles al tiempo humano,
inaccesibles a la vida humana,
porque sus ámbitos pertenecen a un estamento superior,
aquel donde reside el propio verbo...
de allí que del número,
dependan todos los elementos,
y sus combinaciones,
de allí que la astronomía,
el sentido de los espacios y sus distancias,
el sentido de las geometrías y sus formas,
estén comprendidos por el sentido del número...
y más aún,
de allí que la alquimia,
el sentido de los elementos y sus equilibrios,
el sentido de los elementos y sus valencias,
el sentido de los elementos y sus micromundos,
estén comprendiso en y por el sentido del número...
y más aún,
de allí que todo aquello que el ojo humano no percibe,
no ve, no es capaz de apreciar ni tampoco detectar,
exista bajo el imperio del número,
un número que contiene simetrías,
en distintas dimensiones,
con otras realidades,
replicándose de modo suficiente,
como dar sentido a un orden que es mucho más que universal,
y que está contenido en los sentidos de la luz...
todo lo que existe,
antes de hacerlo (existir),
recibe de la gracia, la propia,
la habilitante para los tiempos respirables,
o bien,
la habilitante para otros tiempos distintos,
o bien,
la habilitante para transcurrir por fuera de los tiempos,
o bien,
la habilitante para transcurrir por fuera de las geometrías,
a partir de un número,
motor de los ciclos, las espirales y sus órdenes...
de allí que no puedas prescindir del número...
de allí que seas consecuencia de tu propia geometría...
de allí que tu don sea destello de una esfera...
de allí que tu talento se exprese a partir de radios y diámetros...
de allí que necesites un día para ser alumbrado,
de allí que demandes una fecha para ser recordado,
de allí que requieras de un ángulo para ser olvidado,
y entonces,
dicho número consignado,
y por el cual te hayas representado,
será el mismo,
por el que habrás regresado.
AGOSTO 19, 2012.-
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