TEMA LIBRE
Rescatar el poder de la palabra
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Sin ánimo de discutir la consagrada frase "una imagen vale más que mil palabras", quisiera rescatar hoy el poder de la palabra -o del lenguaje si se quiere- capaz no solo de establecer comunicación sino hasta de modificar conductas. Y si no, probá decirle a un niño "¡qué tonto que sos!" y vas a ver que se convierte en un tonto. Y ocurrirá a la inversa si tus palabras hacia él son de aliento y confianza. Desde hace unos años empecé a probar conmigo misma. Cosas pequeñas. Como dejar de decir "tengo que..." por "quiero..." o "necesito..." o "sería bueno que..." Los resultados también son pequeños, pero los veo profundamente significativos. De tener la sensación de una enorme carga sobre mis espaldas pasé a disfrutar de algunas de las cosas que hacía, a aceptar otras que no me gustaban tanto y a proyectar con entusiasmo iniciativas propias o compartidas. También dejé de insultarme y decirme palabras desagradables cada vez que metía la pata. Y empecé a comprender que equivocarme forma parte del aprendizaje cotidiano, ese que no se acaba nunca, y del hacer mismo, ese que sí se acabará en algún momento. Y para esas transformaciones internas solo bastó reemplazar unas palabras por otras. No es tan difícil de llevar a la práctica, y luego cantar, junto a Sabina, "que gane el quiero en la guerra del puedo".
el dispensador dice:
¿cómo era la palabra antes del hombre?,
¿cómo era la palabra antes de la tribu?,
¿cómo era la palabra antes de la empatía?,
¿cómo era la palabra antes del sentimiento?,
¿cómo era la palabra antes del sentido y sus sentidos?,
¿cómo era la palabra antes del afecto y sus afectos?,
¿cómo era la palabra antes de la lengua y sus lenguas?,
¿cómo era la palabra antes de la intención y sus intenciones?,
pero en esencia,
¿cómo era la palabra antes del pensamiento?,
¿cómo era la palabra antes de los silencios?,
o también,
¿cómo era la palabra antes del tiempo?...
seguramente, todas las respuestas conducen al "verbo",
y dado que el hombre es consecuencia de él (verbo),
y dado que la existencia y sus ciclos son consecuencia de él (verbo),
y dado que las armonías y sus órdenes y sus equilibrios son consecuencia de él (verbo),
y dado que el caos y sus desconciertos e incoherencias son consecuencia de él (verbo),
y dado que las fuentes son tales por él (verbo),
y dado que las esencias son tales por él (verbo),
y dado que las gracias trasuntan el espíritu que deviene de él (verbo),
la presencia del alma en la Tierra se representa en la expresión de un cuerpo, y éste a través de su palabra...
sí, la palabra guarda un poder intrínseco inconmensurable,
puede crear,
puede construir,
también puede arrasar,
así como puede destruir,
dependiendo del valor de dicha palabra,
y más aún,
dependiendo de la intención que la expele...
la gracia de cada vida,
se traduce a ella a través de un don,
y éste (don),
contiene el talento potencial para expresarlo (don),
para lo cual se hace necesario,
conjugar la intención con la palabra...
hoy,
las palabras nacen de antojos,
las palabras nacen de caprichos,
las palabras nacen de reclamos,
las palabras nacen de frustraciones,
las palabras nacen de desconfianzas,
las palabras nacen de mentiras,
las palabras nacen de oportunismos,
las palabras nacen de ventajas,
las palabras nacen de disimulos,
las palabras nacen de burlas,
las palabras nacen de envidias,
las palabras nacen de desprecios,
las palabras nacen de soberbias,
las palabras nacen y se direccionan hacia "alguien"...
si las palabras están vacías de convicción,
no son más que ecos de letanías...
si las palabras están vacías de voluntad,
no son más que imposiciones...
si las palabras están vacías de realidad,
no son más que oportunismos...
si las palabras están carentes de sentidos,
no son más que burlas...
si las palabras no son paralelas al esfuerzo,
no son más que mentiras...
si las palabras justifican,
están vacías...
si las palabras no parten del principio de inocencia,
ingresan al aire como envenedadas flechas...
cada palabra pronunciada refleja, en la estela del libro de la vida, lo que representa cada alma encarnada... el honor que ella (alma) le hace a la gracia concedida... ya que más allá de la vida, imperan los silencios y sus pensamientos... no necesitas la palabra para comunicarte ni tampoco para ser escuchado, ya que todo se ve sin necesidad de los ojos, y todo se escucha sin necesidad de los oídos... justo allí es donde el "verbo" es la idea que todo lo contiene... incluyendo en ello, a los sueños, las esperanzas y sus ilusiones... de allí que el culto al silencio pueda ser captado por la mirada oportuna, esa que nace con el alma misma.
AGOSTO 19, 2012.-
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