sábado, 25 de agosto de 2012

LAS LÁGRIMAS DE LA LUNA || 1969: EL HOMBRE LLEGA A LA LUNA | Especiales | elmundo.es

Muere Neil Armstrong, el primer hombre en pisar la Luna | Estados Unidos | elmundo.es
EEUU | Había sido operado del corazón a `principios de este mes

Muere Neil Armstrong, el primer hombre en pisar la Luna

Armstrong, en el homenaje del Starmus Festival a Gagarin en Tenerife el pasado año. Armstrong, en el homenaje del Starmus Festival a Gagarin en Tenerife el pasado año.
El astronauta Neil Armstrong ha muerto a las 20.42 de la tarde (hora española) a los 82 años, según han confirmado las televisiones estadounidenses ABC News y NBC News. Aunque por el momento se desconoce la causa inmediata de su fallecimiento, el primer hombre en pisar la Luna fue operado satisfactoriamente de una operación de corazón para aliviar la obstrucción de las arterias coronarias poco después de celebrar su cumpleaños, el pasado 5 de agosto.

Armstrong nació y creció en una granja del estado de Ohio (EEUU) con un fuerte interés en vuelo y obtuvo su licencia de piloto cuando todavía era un niño. A los seis años estuvo por primera vez en el aire a bordo de un pequeño avión a hélice. Con 15 años tenía distintos trabajos para poder recibir lecciones de vuelo. A los 16 años, antes incluso de haberse sometido al examen de conducir, ya tenía su licencia de vuelo.
Tras participar en varias misiones de combate durante la Guerra de Corea, se convirtió en piloto de pruebas y se unió al programa de la NASA astronauta en 1962.

El 20 de julio de 1969, cuando pisó la superficie polvorienta de la Luna, pronunció la celebérrime frase -tal vez la más conocida del siglo XX- "Es un pequeño paso para un hombre, un salto gigante para la humanidad".

Menos conocido es el hecho de que su pulso se midió a 150 latidos por minuto mientras guiaba el vehículo de aterrizaje lunar a la superficie del satélite, según datos de la NASA.

Preguntado sobre su experiencia en la Luna, comentó al canal CBS: "Es un lugar interesante para estar, lo recomiendo". Un cráter de la Luna lleva su nombre. Se encuentra a cerca de 50 kilómetros del lugar del aterrizaje.

Tras participar en la misión 'Apolo 11', pasó a trabajar en el departamento de investigación avanzada y tecnología de la NASA. Un año más tarde se convirtió en profesor de Ingeniería en la Universidad de Cincinnati.

En 2005, Armstrong se molestó al conocer que su barbero había vendido restos de un corte de su pelo a un coleccionista por 3.000 dólares. El comprador se negó a devolverlo.

A pesar de su carácter taciturno, Armstrong apareció una vez en un anuncio de televisión del fabricante de automóviles Chrysler cuando éste atravesaba problemas financieros.

En 2009, en una de sus escasas apariciones públicas durante la Conferencia John H. Glenn que cada año se celebra el Museo Smithsoniano del Aire y el Espacio en Washington, en la que le acompañaron sus dos compañeros en el Apolo 11, Buzz Aldrin y Michael Collins, se mostró cauto sobre un hipotético regreso a la Luna.

"La historia es una secuencia de hechos arbitrarios, por lo que el futuro es difícil de prever", expuso, "pero se puede intentar". En esa ocasión, el Comandante del Apolo 11 se centró en valorar el pasado y hacer un alegato en favor de la cooperación internacional en ayuda del progreso en la investigación y la exploración espacial.

Armstrong participó el año pasado en Tenerife en el homenaje que el Starmus Festival dedicó al cosmonauta Yuri Gagarin. En aquella ocasión defendió los vuelos tripulados frente a los robots. "En la Tierra puede ocurrir un desastre, un meteorito que cae, un cambio de los polos magnéticos, la atmósfera contaminada. No hablo del Apocalipsis, pero todo ello sugiere que es importante lograr que el ser humano no se limite a vivir en este planeta", dijo entonces sobre la colonización especial.

Armstrong señaló que incluso "merece la pena arriesgar la vida" en el intento. "En la Luna estuvimos en seis lugares pero hay siete millones de hectáreas por descubrir, y es un lugar seguro por la radiación. Ir a la Luna nos ayudará a ir más lejos. Hemos gastado mucho dinero preparando un viaje a Marte y si falla, la capacidad de ir más allá se abandonará. Solo la experiencia en mejores vuelos dará seguridad".

En su última comparecencia pública, en noviembre de 2011, Armstrong recibió junto a sus compañeros de la misión a la luna en julio de 1969, Buzz Aldrin y Michael Collins, la medalla de Oro del Congreso de Estados Unidos.

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NEIL ARMSTRONG

La primera pisada

por ÁNGEL DÍAZ
Aunque sumaba apenas 10 horas de vuelo espacial antes de embarcarse en el Apolo 11, el comandante Neil Armstrong era un veterano piloto militar curtido en mil batallas y la NASA sabía que podía confiar en él para dirigir la misión más importante de su Historia.

Armstrong, de ascendencia irlandesa, escocesa y alemana, nació en 1930 en Ohio (EEUU), estado en el que aún vive. Tuvo en común con la mayoría de los primeros astronautas el haber pertenecido de joven a los Boy Scouts, y con 17 años comenzó a estudiar ingeniería aeroespacial en la Universidad de Purdue. También había sido admitido también en el más prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), pero le convencieron de que en Purdue recibiría una buena formación.

Otra circunstancia que compartió con muchos de sus compañeros astronautas es que, durante los años de universidad, perteneció a dos hermandades. En 1955, obtuvo el Grado, pero el Máster tendría que esperar a 1970, cuando ya había pisado la Luna y era una de las personas más célebres de todo el planeta.

Lo que pasó entre tanto es que el Ejército le reclamó. Se entrenó como piloto de la Marina, una de las actividades más complicadas y arriesgadas del momento. Era sabido que la maniobra de aterrizar un avión de combate sobre un portaaviones se encontraba entre las más difíciles a las que podía enfrentarse un recluta, y estaba considerada como una suerte de rito de paso entre los pocos que podían realizarla. Armstrong superó esta prueba a mediados de 1951 y enseguida se le asignarían diversas misiones en la Guerra de Corea, donde protagonizó varias acciones heroicas.

También como piloto de pruebas realizó arriesgadas maniobras, incluida la de alcanzar los 63 kilómetros de altura con un caza X-15. En septiembre de 1962, la NASA le reclutó como parte de su segundo grupo de astronautas, los llamados Nuevos Nueve (New Nine). Su primera misión espacial, la Gemini 8, involucraba una maniobra de atracaje con un vehículo automático y un paseo espacial, una de las más complejas e importantes en el largo camino que tuvo que recorrer la NASA antes de enviar misiones tripuladas a la Luna con ciertas garantías. También participó en el Gemini 11 antes de ser asignado como comandante del que sería el vuelo de su vida, el Apolo 11.

Tras esta aventura, Armstrong decidió dar clases en la universidad y dedicarse a distintos negocios. Jamás volvería al espacio. Sus apariciones públicas han sido muy escasas. Paradójicamente, es un gran desconocido, poco se sabe de su retraída personalidad e incluso su frase más famosa, «Es un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la Humanidad», fue mal interpretada debido a la baja calidad de la transmisión. En realidad quiso decir: «Es un gran paso para UN hombre», lo cual tiene mucho más sentido porque 'el hombre' y 'la Humanidad' vienen a ser lo mismo.

>> Armstrong huye del debate sobre la vuelta a la Luna

FotoFoto
Armstrong, fotografiado en 1969 y en 2005. | NASA; B. Pajares


el dispensador dice:
no llores LUNA no llores,
cobijas su huella,
guardas su paso,
hubo sapiencia en aquel espacio...

el hombre aún no sabe que su estela, su energía, sus vibraciones permanecen aún después de haber partido de regreso a la eternidad... su paso queda flotando en el libro de la vida, al modo de un eco del destino inscripto en él... el tiempo respirado para expresar la gracia concedida se impregna de los dones y los talentos que han sido significantes a cada espíritu... el suelo pisado se nutre de la cosmogonía de cada huella y cada sombra, justo donde el Espíritu Santo te concede y al mismo tiempo te nombra, para ser traducción de un tiempo que muchas veces sorprende y otras tantas te asombra. ¿Qué habrá sentido esta alma al ver su Tierra distante?... ¿qué emoción habrá corrido por sus venas?... ¿qué adrenalina habrá brotado en su corazón?... y sin quererlo, así de repente, te vuelves historia. Estuviste en la LUNA, nada menos... y fuiste el primer humano en hacerlo, al menos así permanece el testimonio de una gesta tan rara como heroica, tan imprudente como innecesaria, tan descabellada como científicamente pensada... y así como así, tu huella perdura como un documento mudo. Allí estuvo tu espíritu, pero también allí estuvo tu alma... y tus ojos, y tus oídos, y tus expectativas... te repito, el hombre aún no sabe que el libro de la vida se impregna del tiempo concedido a través de una gracia... te repito, el hombre no sabe que desde el allá todo se ve, siempre, incluyendo en ello las intenciones, las voluntades y sus contradicciones... te repito, el hombre no sabe que desde allá recibe sus sueños, dándosele la oportunidad de transformarlos en ilusiones, esperanzas, y más, en vida... te repito, el hombre aún no sabe que guarda entre sus capacidades el potencial para prescindir del tiempo y trascender los espacios... te repito, el hombre aún no sabe que en el universo todo es cercano, que la luz se dobla conteniendo las sombras... te repito, el hombre aún no lo sabe, aunque ahora sí, tu viaje te lo está revelando. Te reirás entonces de tanto trajín, de las medallas, de los honores y de otros reconocimientos, bien merecidos por cierto... justo ahora que has descubierto que empiezas a vivir, cuando aquí dicen que estás muerto. Chau Neil, la humanidad te debe mucho más que una huella... la LUNA está llorando... y su emoción será eco de tu eternidad. AGOSTO 25, 20|12.-

no te lleves mis lágrimas,
déjame sentir tus sueños,
aquí resguardo en mi suelo,
el sentido de tu empeño...


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