La advertencia de Flavia Company
La escritora argentina publica 'Que nadie te salve la vida', una historia que abarca el perdón, el amor y la muerte
Cuando parece que la vida llega a su fin, un buen día, sin querer, todo se complica. Basta una carta, basta un favor, basta un mal recuerdo que se desentierra un día 20 años después. Todo se complica hasta tal punto que parece ni la muerte bastará como excusa para descansar tranquilo, y solo el perdón y la misericordia pueden subsanar esa inquietud que provoca el remordimiento. Bajo un título que alberga una advertencia, Que nadie te salve la vida, la escritora Flavia Company (Buenos Aires, 1933), argentina afincada en Barcelona desde hace casi cuarenta años, teje una controvertida historia a través de los temas universales de la literatura: la vida, la muerte, el amor, el perdón…
Editada por Lumen en español, y por Proa en catalán, Que nadie te salve la vida es un viaje al pasado y al futuro condicionado por los actos propios, que otros deben redimir. “Creo que se nos olvida que todos nuestros actos tienen consecuencias, y que todos estamos condicionados por el pasado”, apunta la escritora desde un coche que la conduce del aeropuerto del Prat a su casa barcelonesa, después de una estancia fugaz en Sevilla de un día y medio debido a su apretada agenda de promoción.
La novela se divide en cuatro partes, cada una de ellas podría ser una historia independiente, y cada historia se podría definir como un final: el final de la vida; el final del éxito; el final de la inocencia y el final del conflicto interno, la expiación. “Cada parte sería, de algún modo, una forma distinta de leer el título de la novela, Que nadie te salve la vida". Mientras que el título de la portada habla de un favor, las páginas de dentro esconden una cadena de favores sin mesura y carentes de límites: “El problema es que en la sociedad que vivimos no sabemos dar. El intercambio de favores es desproporcionado, porque cualquier cosa que pidas a cambio de salvar una vida es desproporcionado, porque siempre será o muy poco o demasiado”.
Con el libro de Dostoievski, Crimen y castigo, latente durante toda la novela, Company destaca la relación entre los personajes y Raskolnikov. Además del perdón, la redención y el aprendizaje, Que nadie te salve la vida trata sobre la necesidad de la empatía para que el mundo funcione, puntualiza la autora. “Leí por primera vez Crimen y castigo a los 15 años, y me impresionó mucho. La segunda vez fue hace dos años, que volví sobre el libro porque la historia lo necesitaba. Hay una clara intención de homenaje y referencia a la novela rusa”, Company es consciente de que la literatura se escribe dentro de una tradición literaria: “Hablo de la vuelta del pasado, no al pasado, que siempre vuelve si no está resuelto, y la carta y el ejemplar de Crimen y castigo habla de la importancia de la emoción y el saber mediante la literatura”.
La memoria histórica se representa de una u otra manera en forma epistolar, una carta que aparece como de la nada tras dos décadas oculta, y que cambia el rumbo de una vida. La de una joven de 26 años, hija de un matrimonio de lesbianas. "Las madres representan el amor, son homosexuales porque eran así, no es que tenga ningún tipo de militancia ni de voluntad variopinta, sino que ese tema lo veo y lo asumo con una naturalidad implacable", y así Company sitúa al lector en el futuro, aunque sin apenas referencias al mundo futurista: "El detalle de la extinción de las cartas escritas a mano es el único detalle en el que se aprecia que la historia da un salto al año... ¿dos mil treinta y pico?", observa la escritora. "Se puede utilizar esta vuelta a la memoria como una metáfora del pasado y el perdón, de la Guerra Civil, de las grandes catástrofes que han sucedido en la historia y que han producido tanto dolor que vuelve, años después, a sociedades inocentes".
el dispensador dice:
¿te han salvado la vida?,
tienes un ángulo de tu gracia perdida,
la pieza que ha sido movida,
hace del tablero tu día,
pudiendo ir mucho más lejos,
haciendo de la jugada tu partida,
aquella que dobla el destino en tu vida...
puedes creer que avanzas,
puede suceder que sólo retrocedes,
puedes creer que ganas,
puede acontecer que sólo pierdes,
puedes creer que te mueves,
puede ser que la ilusión te detiene,
no siempre lo que es parece,
no siempre lo que sucede se rebela en sus propias consecuencias...
¿te han salvado la vida?,
¿qué hacías de tu consciencia?,
¿qué hacías con tu ángel de la guarda?,
¿acaso los estabas atendiendo?,
¿o te excusas en la falta de tiempo?,
a veces se aplica un razonamiento,
que es tan irracional como el argumento,
y aquello que muestras como tiempo,
no ha sido otra cosa que un viento,
no has logrado justificar el sentimiento,
ni los sentidos que juegan en tu detrimento,
y la vida se tornará un tormento,
por la sola sinrazón del momento...
mover la pieza es criterio,
y la salvación es función de fortuna,
no se puede negar la Luna,
como tampoco burlar la cuna,
por ello es cuestión de cuidado,
asumir que cada paso es finalmente pasado,
y que todo aquello que no guarde sentido,
finalmente concluirá doblado,
condicionando tu mañana,
así como tu propio pasado.
Septiembre 28, 2012.-
Editada por Lumen en español, y por Proa en catalán, Que nadie te salve la vida es un viaje al pasado y al futuro condicionado por los actos propios, que otros deben redimir. “Creo que se nos olvida que todos nuestros actos tienen consecuencias, y que todos estamos condicionados por el pasado”, apunta la escritora desde un coche que la conduce del aeropuerto del Prat a su casa barcelonesa, después de una estancia fugaz en Sevilla de un día y medio debido a su apretada agenda de promoción.
La novela se divide en cuatro partes, cada una de ellas podría ser una historia independiente, y cada historia se podría definir como un final: el final de la vida; el final del éxito; el final de la inocencia y el final del conflicto interno, la expiación. “Cada parte sería, de algún modo, una forma distinta de leer el título de la novela, Que nadie te salve la vida". Mientras que el título de la portada habla de un favor, las páginas de dentro esconden una cadena de favores sin mesura y carentes de límites: “El problema es que en la sociedad que vivimos no sabemos dar. El intercambio de favores es desproporcionado, porque cualquier cosa que pidas a cambio de salvar una vida es desproporcionado, porque siempre será o muy poco o demasiado”.
Con el libro de Dostoievski, Crimen y castigo, latente durante toda la novela, Company destaca la relación entre los personajes y Raskolnikov. Además del perdón, la redención y el aprendizaje, Que nadie te salve la vida trata sobre la necesidad de la empatía para que el mundo funcione, puntualiza la autora. “Leí por primera vez Crimen y castigo a los 15 años, y me impresionó mucho. La segunda vez fue hace dos años, que volví sobre el libro porque la historia lo necesitaba. Hay una clara intención de homenaje y referencia a la novela rusa”, Company es consciente de que la literatura se escribe dentro de una tradición literaria: “Hablo de la vuelta del pasado, no al pasado, que siempre vuelve si no está resuelto, y la carta y el ejemplar de Crimen y castigo habla de la importancia de la emoción y el saber mediante la literatura”.
La memoria histórica se representa de una u otra manera en forma epistolar, una carta que aparece como de la nada tras dos décadas oculta, y que cambia el rumbo de una vida. La de una joven de 26 años, hija de un matrimonio de lesbianas. "Las madres representan el amor, son homosexuales porque eran así, no es que tenga ningún tipo de militancia ni de voluntad variopinta, sino que ese tema lo veo y lo asumo con una naturalidad implacable", y así Company sitúa al lector en el futuro, aunque sin apenas referencias al mundo futurista: "El detalle de la extinción de las cartas escritas a mano es el único detalle en el que se aprecia que la historia da un salto al año... ¿dos mil treinta y pico?", observa la escritora. "Se puede utilizar esta vuelta a la memoria como una metáfora del pasado y el perdón, de la Guerra Civil, de las grandes catástrofes que han sucedido en la historia y que han producido tanto dolor que vuelve, años después, a sociedades inocentes".
el dispensador dice:
¿te han salvado la vida?,
tienes un ángulo de tu gracia perdida,
la pieza que ha sido movida,
hace del tablero tu día,
pudiendo ir mucho más lejos,
haciendo de la jugada tu partida,
aquella que dobla el destino en tu vida...
puedes creer que avanzas,
puede suceder que sólo retrocedes,
puedes creer que ganas,
puede acontecer que sólo pierdes,
puedes creer que te mueves,
puede ser que la ilusión te detiene,
no siempre lo que es parece,
no siempre lo que sucede se rebela en sus propias consecuencias...
¿te han salvado la vida?,
¿qué hacías de tu consciencia?,
¿qué hacías con tu ángel de la guarda?,
¿acaso los estabas atendiendo?,
¿o te excusas en la falta de tiempo?,
a veces se aplica un razonamiento,
que es tan irracional como el argumento,
y aquello que muestras como tiempo,
no ha sido otra cosa que un viento,
no has logrado justificar el sentimiento,
ni los sentidos que juegan en tu detrimento,
y la vida se tornará un tormento,
por la sola sinrazón del momento...
mover la pieza es criterio,
y la salvación es función de fortuna,
no se puede negar la Luna,
como tampoco burlar la cuna,
por ello es cuestión de cuidado,
asumir que cada paso es finalmente pasado,
y que todo aquello que no guarde sentido,
finalmente concluirá doblado,
condicionando tu mañana,
así como tu propio pasado.
Septiembre 28, 2012.-
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