domingo, 29 de mayo de 2016

TREN ABANDONADO


La Barrancosa (Saladillo)
La Delfina (Gral Viamonte)
La Dorita (Carlos Casares)
La Larga (Daireaux)
La Sofia (Carlos Casares)
Larramendy (Pehuajo)
Larrea (Alberti)
Los Callejones (General Pinto)
el dispensador dice:
aguardo un tren,
pero no es el que estoy esperando,
la carga que me acompaña es la sombra de mi pasado,
he dejado huellas dondequiera que he andado,
he repartido manos pero también abrazos,
he dejado mi alma estampada según mis pasos,
he caminado vías desiertas en campañas de indios olvidados...

busqué en la estación la campana del farolero muerto cuando aún era soldado,
tal como te dije: mirá che hermano se la han robado,
y el fantasma anda suelto buscando la luz del tren cortado,
hay demasiado desidia entre estos políticos que se dicen humanos,
puedo asegurarte que no les importa nada ni tampoco un carajo,
ellos salvan sus miserias y las migajas las recogen para que no las coman ni siquiera sus hermanos...

sobran soledades por estos parajes desolados,
te digo que no queda nadie... han huido por espantados...
nadie atiende las necesidades de los abandonados,
mucho menos escuchan los clamores de los que van siendo despojados...
hay mucha angurria disfrazada de cinismos revoloteando,
hay más codicia que avaricia entre los argentinos que se dicen diputados...
el Congreso está vacío de derechos ciudadanos,
de allí que la justicia sea injusta con los derechos de los humanos...
te aseguro que no tenemos gobierno ni ejecutivo ejecutando,
ellos son ricos que compran títulos y honores gracias a lo que han robado...

y sí... ya nada me sorprende, querido hermano,
me fui quedando solo a sabiendas que los propios me estaban afanando,
me saqueaban las ilusiones que esforzadamente iba sembrando,
me robaban las esperanzas mientras los sudores se me iban secando,
para luego reclamar por lo que asumían como el derecho de la espalda del esclavo,
hasta que el portazo quedó allí como eco resonando...

ahora ando suelto de alma y de manos sin candados...
ahora me regresan las mentiras que me estuvieron recitando,
y no quiero escucharlas porque la memoria me juega malos ratos,
sólo espero que el tren pase para recogerme de los indios que me tienen rodeado...
llevo una lanza atravesada en mi costado,
algún puñal en la espalda aún sigue flameando...
no sé si estoy vivo o muerto, como soñando,
sólo espero en la soledad de la estación en la que fui abandonado...

veo un ángel y una luz que en aumento va brillando,
estoy feliz de que vengan por mí para zafarme de lo amargo...
gracias a Dios por haberme protegido de aquellos que me negaron...
a cada uno con suerte y para la muerte fui soldado.
MAYO 29, 2016.-
Hinojo (Olavarria)




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