Cementerio de Tifariti, territorios liberados, Sáhara Occidental, donde están enterrados combatientes de la guerra y personalidades saharauis relevantes de los años 70, 80 y 90
Hay un cementerio de piedras,
los nombres de sus difuntos,
aparecen esculpidos sobre la tierra,
un cementerio de kilómetros,
donde la vista se pierde
detrás de la aurora.
Niños, mujeres y hombres,
yacen enterrados,
debajo del fuego de las piedras,
el siroco entierra y desentierra,
la historia de cada uno.
Hay exilio en sus tumbas,
ellos ya no volvieron
otra tierra acoge sus cuerpos
en el interior de su seno.
Nadie hablará de ellos
son anónimos
como su hijos,
víctimas colaterales del destino,
solo existen en la memoria
del desierto y las arenas.
Y los que se acercan
a orar, cerca de sus tumbas,
se llevan un puñado de arena
para esparcirlo en el viaje del viento
en el viaje de la esperanza,
ellos son testigos mudos
de un mundo desvencijado,
un mundo derrotado
que no ha podido devolverles su tierra.
el dispensador dice: te diré una cosa... la memoria de los humanos no se condice con la memoria de la Tierra... las tumbas contienen cuerpos de almas que han recuperado sus respectivas memorias del karma... y sí, hay una memoria del karma que contiene la sucesión de las experiencias y también los resultantes alcanzados en la sumatoria de las encarnaciones... donde aparece cómo hiciste para despejar la ecuación de una vida donde fuiste puesto a prueba...
te diré otra cosa... ya tengo mi cementerio... lo he visto y lo he pisado... rindiendo homenaje a los que allí duermen aguardando el "volver"... sea a esta Tierra o a las otras... no importa cual... hay humanos entre los humanos que no son humanos... y de eso se trata el horizonte que aún no se ha encendido, que aún permanece apagado...
te diré una cosa más... los humanos no pueden escapar al sentido de "madre" como tampoco pueden hacerlo al sentido de "ancestros"... ambos son vasos comunicantes de un mismo hecho, tu nacimiento... JUNIO 10, 2016.-
cuando descubrí mi tumba, comprendí que la soledad me había acompañado a lo largo de mi vida... que las palabras dichas, las escuchadas y las escupidas, siempre habían estado vacías... por eso extendí mi mano, tomé el silencio, y fuimos uno para regresar a las estrellas... que nos enviaron para mostrarnos el "momento" humano...
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