![](https://scontent-eze1-1.xx.fbcdn.net/v/t1.0-9/13346907_1061675880578362_6098694209248226592_n.jpg?oh=7846bf738492c6f349b0ff6cacb902de&oe=57D22391)
Saint Pierre Quilbignon, en Bretaña, Francia, en 1912.
CCTV
![](https://fbcdn-profile-a.akamaihd.net/hprofile-ak-xal1/v/t1.0-1/p50x50/12341138_940983039314314_8839748597285647204_n.jpg?oh=47ada807bc0065b9e0a48687427c7dac&oe=58021557&__gda__=1477244924_2a17b33ec35a45a763ea1ba77fdede20)
![](https://scontent-eze1-1.xx.fbcdn.net/v/t1.0-9/13346907_1061675880578362_6098694209248226592_n.jpg?oh=7846bf738492c6f349b0ff6cacb902de&oe=57D22391)
el dispensador dice:
ya por entonces,
la pobreza tenía su hora,
mientras las riquezas navegaban,
los mortales sólo veían pasar sus horas...
desde entonces nada ha cambiado,
las riquezas siguen deambulando,
y las humildades... aún olvidadas...
se van extinguiendo entre tragedias, dramas y reclamos.
JUNIO 09, 2016.-
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