Un historiador halla el carné de reportero de la Guerra Civil del autor de ‘El Principito’
Antoine de Saint-Exupéry se acreditó como periodista en 1937 para cubrir la contienda entre republicanos y nacionales
Madrid
Tarjeta de prensa usada por el escritor y aviador francés Antoine de Saint-Exupéry durante la Guerra Civil española. AFP
El carné de reportero de la Guerra Civil española del escritor y aviador Antoine deSaint-Exupéry, autor del clásico de literatura infantil El Principito, ha sido descubierto por el investigador Policarpo Sánchez en el Archivo General de la Guerra Civil Española, ubicado en Salamanca. Saint-Exupéry, que nació en Lyon en 1900 y falleció en 1944 mientras pilotaba un avión francés, cubrió la contienda entre republicanos y nacionales para varios periódicos franceses, L'Intransigeanty Paris-Soir. "Su pase de prensa no estaba identificado hasta ahora porque no se almacenaba en la misma caja que la de otras grandes personalidades que vinieron a España en esos años, como el escritor Ernest Hemingway o los fotógrafos Robert Capa y Gerda Taro", explica María José Turrión, subdirectora del archivo. La noticia fue adelantada el domingo por el diario Abc.
La acreditación como periodista del escritor francés fue emitida el 16 de abril de 1937 por la Secretaría de Propaganda de la Junta Delegada de la Defensa de Madrid. En ese año, las tropas republicanas de la capital se defendían de los ataques del ejército nacional, divididos en dos cuerpos comandados por el dictador Francisco Franco y el militar Emilio Mola. Como Saint-Exupéry, todos los informadores que trabajaban en territorio republicano eran obligados a inscribirse en este departamento.
Cuando las tropas golpistas conquistaron Madrid todos los documentos republicanos encontrados fueron enviados en cajas a Salamanca. "No es tan raro que el carné de Saint-Exupéry aparezca en otro sitio porque está todo muy fragmentado y no hay series completas. Teníamos la caja principal identificada con los pases de escritores y periodistas. Es un documento que les daba la validez del Ministerio de Propaganda para poder actuar y moverse por el frente y realizar las fotografías y las piezas informativas", cuenta Turrión.
El escritor francés llegó a España con 36 años y se inscribió como aviador y escritor, aunque una traducción errónea lo registró como "escribano y aviador" —la palabra francesa para escritor es "écrivain"—. Saint-Exupéry, según su carné de periodista, indicó que su dirección en Madrid era el Hotel Florida, donde también se alojaron los escritores norteamericanos Martha Gellhorn y Hemingway.
El documento de Saint-Exupéry se mantendrá, cuenta Turrión, en la misma caja en la que ha sido encontrado: "El tratamiento es el mismo: la ficha ya ha sido colgada en nuestra web con la descripción correspondiente".
el dispensador dice: comienzas siendo testigo de una guerra y terminas dando testimonio de las miserias... nunca llegas a creer que el ser humano sea capaz de tanto desprecio, pero cuando se pierden los humanismos, los hechos devoran los valores convirtiéndolos en desaciertos... ¿qué habrá visto este "elegido" en sus tiempos?... sobrevives sólo si aprendes a portar lo visto en silencio... describirás un hecho, pero no podrás hacer lo propio ni con las intenciones (invisibles, por cierto), ni con los sentimientos que sucumben ante las circunstancias y sus atropellos...
cuando eres testigo de tantos golpes... cuando recibes otros tantos golpes que dan vuelta el espíritu... te llenas de comprensión y te desprendes de los tiempos que te tocan, y eres capaz de asumir que el genio que se te concede es un "algo" que te identifica, te distingue, que eres en esencia, a sabiendas que estás donde no perteneces, que sos parte de algo que no eres, que estás ahí para ver y considerar, para apreciar y contemplar... de qué es capaz el humano falaz...
¿cuánto espíritu debes tener para traducir tu alma en un principito?... ése momento es irrepetible... se produce una sola vez ante la alineación de galaxias en concierto de un universo bendecido por la gracia... que se cierra inmediatamente de concluída la obra, a modo de portal de honra y gloria... nada queda después de la última letra de la última palabra que da forma al epílogo como legado y como norma...
el último capítulo de una vida de semejante naturaleza permanece incierto... desaparece en la confusión de los recuerdos... desapareces en una misión sin destino, donde de pronto algo termina con el vuelo... y pasas a ser leyenda de tu propio olvido... y pasas a ser mito del recitado muerto... no encontrarán un cuerpo, sino vestigios de un dudoso pasado deshilvanado por el viento... donde haber sido testigo te hace cierto... donde el relato sostiene vivo el presente desierto... donde la memoria juega un raro papel, donde el espíritu desaparece del recuerdo para ser suplantado por la letra, ya sin aliento. JULIO 07, 2016.-
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