sábado, 12 de agosto de 2017

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Música para un mapa

Marruecos, Senegal, Guinea Bissau, Cabo Verde y Angola inauguraron el primer mercado de artes de Atlántico Sur organizado en Tenerife

Ángeles Jurado


Santa Cruz de Tenerife 
15.000 espectadores, 50 actuaciones en vivo y más de 2.500 reuniones de negocio, que movilizaron a 600 personas acreditadas son las cifras que consiguió el primer Mercado de las Artes Performativas del Atlántico Sur (MAPAS). El primer mercado profesional destinado a facilitar el encuentro entre los creadores de artes escénicas de Latinoamérica, África y sur de Europa celebrado en Santa Cruz de Tenerife en julio con responsables de programación –en teatros, espacios culturales, festivales y otros eventos– venidos de todo el mundo. El MAPAS ocupó zonas como el Tenerife Espacio de las Artes (TEA) o el Auditorio de Tenerife, vertebrado -a estilo Vis a Vis- en torno a performances y actuaciones en vivo y encuentros de negocios. Era una iniciativa del Cabildo de Tenerife, organizada por el director teatral y productor Mario Vega (Unahoramenos), con una nómina africana en sus escenarios que incluyó los nombres de bandas procedentes de Cabo Verde, Senegal, Angola, Guinea Bissau y Marruecos.
Imagen de un vídeo de los hermanos Thioune.

Imagen de un vídeo de los hermanos Thioune. 



La voz profunda, sincera y poderosa de la caboverdiana Elida Almeida  acercó a los espectadores las melodías tradicionales de Cabo Verde, en las que refleja la esperanza y los sueños de universalidad de los jóvenes caboverdianos, la experiencia del mestizaje, el relumbrar del sol macaronésico y la nostalgia insular, a través de melodías folk acentuadas por sonidos batuque, funana y morna y arropadas por los sutiles arreglos del guitarrista Hernani Almeida.
Elida es muy joven, apenas 24 años, procede de la isla de Santiago y tenía un solo disco publicado hasta este mismo verano, en que sacó su segundo trabajo discográfico. En su lista de destinos para próximas actuaciones figuran Francia o Brasil. La avalan el Prix Découvertes RFI de 2015, su experiencia en corales e iglesias de su país y en un programa en una radio local en Maio, donde creció tras la muerte de su padre. Su madre es comerciante. Elida, una mujer determinada y defensora del derecho a la educación, abandonó el entorno rural de sus orígenes para escribir sus propias canciones e interpretarlas con una voz fresca y cálida a un tiempo.
Senegal triunfó en los escenarios del MAPAS, al menos en lo que se refiere a la música
Coincide con Elida en juventud y experiencia Sarro, un músico senegalés que también se enfrentó al público de Tenerife armado con su guitarra. Como ella, Sarro perdió a su padre y procede del mundo rural. Como ella, publicó su primer disco, Tomorrow, en 2015. Autodidacta y tenaz, hoy Sarro toca un poco por todas partes tanto en Dakar y Senegal como en otros países del continente africano. En su país y por donde pasa, siembra sus granitos de esperanza en forma de afrofolk jazz acústico enredado con la etiqueta de músicas del mundo. En Tenerife presumió -con razón- de haber inaugurado el festival de jazz de Saint Louis, uno de los más veteranos y estables del continente africano.
Senegal triunfó en los escenarios del MAPAS, al menos en lo que se refiere a la música. Además de Sarro, representaron al país de la Teranga dos clásicos de la escena canaria que pelean por hacerse un hueco en el ámbito de los escenarios españoles y europeos: Hermanos Thioune y Nayaban Jean.
Naya, como se le conoce popularmente, se plantó en Canarias para iniciar una nueva vida con 27 febreros recién cumplidos. Aterrizó en Gran Canaria armado con una monumental resaca, un contrato de dos semanas con su primo, papeles y su guitarra. Corría el 7 de febrero de 2003. Su experiencia isleña se prologó y le ha visto pasar por varios proyectos propios, como Mystic Vibes, Afro Accoustic Experience, Xibar y Nayaband. Considera que todos ellos tienen cabida en él y él en todos ellos. Hoy es un músico maduro, que cruza idiomas y ritmos en sus temas, vagando entre jazz, reggae, pop, ritmos senegaleses o rock.
Hermanos Thioune es un grupo de música tradicional africana que nace en Las Palmas de Gran Canaria en 2009. Sus componentes son, en su mayoría senegaleses, e incorporan a su música los sonidos de la kora o el djembé. Además, han logrado fusionar estilos como el blues o el jazz sin perder sus raíces. Tienen disco calentito, premio del MUMES en 2014 y del Gobierno de Canarias en 2012 y una reputación que vincula proyectos en Senegal y Canarias con incursiones en escenarios peninsulares, como sucedió el pasado mes de mayo en el Off Latina. Los Thioune han participado en festivales como el Womad de Cáceres y Las Palmas de Gran Canaria en 2009, el África Vive de Casa África desde 2011 a 2015, el Rototom Sunsplash de Benicassim desde 2010 a 2016 o el Bimbache Jazz Festival de El Hierro desde 2013 a 2015.
En cifras: 15.000 espectadores, 50 actuaciones en vivo y más de 2.500 reuniones de negocio
La lusofonía africana no se conformó con reivindicar su presencia en el concierto de Elida Almeida. También se introdujo, a dos voces y dos guitarras, en los corazones del público isleño que se acercó a los escenarios del MAPAS. Fue la combinación elegida por Manecas Costa y Paulo Flores para presentarse ante ellos, en una noche amable, melosa, con resonancias a Teófilo Chantre y mucho buen rollo. Guineano y angoleño, Manecas y Paulo son amigos y cómplices sonoros. Gumbé y semba se dan la mano sobre el escenario, que acogía treinta años de carrera musical a dos bandas y catorce discos en total.
La guinda: una hierática y sonriente Samia Ahmed, que cargó la conexión musical hispanoárabe sobre sus hombros para desplegarla en el escenario del Auditorio de Tenerife con elegancia, contra el fondo de un músico marroquí y tres músicos locales: Jonathan Rodríguez, Carlos Oramas y Adrián Linares. Estos tres profesionales canarios fueron el repuesto de urgencia para la formación de Samia, marroquí y varada sin visado al otro lado del Océano. Jonathan, Carlos y Adrián no se conocían hasta el momento en que unieron fuerzas para apoyar la voz de Samia. Ensayaron una tarde y una mañana un repertorio que transitó entre la tradición marroquí y temas de la tradición canaria (como el tajaraste), revisados y pasados por el tamiz magrebí. El resultado fue espectacular.
Samia dedica su vida a su pasión de cantar y a la transmisión del patrimonio arabe-andalusí. Su educación vocal y experiencia en canto coral con el difunto maestro Saïd Chraïbi le han permitido convertirse en una artista ecléctica y reconocida. Su álbum Tahiya cautiva con la belleza de las notas del laúd y la pureza de su voz. Repitió una versión en árabe del Quizás quizás quizás para meterse a un público canario entregado en el bolsillo.


La organización del MAPAS habla de 15.000 espectadores, 50 actuaciones en vivo  y más de 2.500 reuniones de negocio, que movilizaron a 600 personas acreditadas en las distintas sedes del mercado. El éxito de su primera edición augura más recorrido para esta iniciativa y una ampliación del registro de voces y ritmos africanos que nos llegan.

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