Quyi: Las formas folclóricas narrativas chinas
Los chinos denominan qǔyì (曲艺) a las formas de narración, diálogos cómicos y cantos propios de la tradición folclórica china. El quyi es una actividad plástica que se sirve de la musicalización de un texto, en ocasiones cantado en ocasiones narrado, que interactúa con un público sensible a los temas, críticas sociales o chismorreos que abundan en sus textos.
Compuesto de dos sílabas qǔ (曲) e yì (艺), la primera hace mención a melodías cantadas y a un tipo de versos ideados para su transmisión popular musicalizados, básicamente desde las dinastías coetáneas Song del Sur (1127-1279) y Jin (1115-1234), y que se hizo muy popular durante la posterior dinastía Yuan (1279-1368). Por su parte, la segunda sílaba se refiere a la habilidad del artista, de manera que ambas designan una actividad plástica que se sirve de la musicalización de un texto, en ocasiones cantado en ocasiones narrado, que interactúa con un público sensible a los temas, críticas sociales o chismorreos que abundan en sus textos.
Por tanto, podemos entender que se trate de una original forma artística tradicional de la China antigua y cuya principal forma de representación folclórica consiste en narraciones, recitación acompañada de un tamborete y cantos combinados con toda una serie de técnicas de gesticulación que acompasan la narración abierta del narrador a la vez que potencia los sentimientos del texto y la intención del mismo.
Frente a sus colegas de la ópera china los actores de qǔyì carecen de un papel fijo, pudiendo interpretar diferentes personajes al mismo tiempo, narrando, cantando o mimetizando el suceso con un atuendo muy sencillo. Justamente esa sencillez es la que caracteriza también toda su puesta en escena: el acompañamiento musical, los accesorios y hasta la disposición del escenario. Los actores de qǔyì tienen un contacto más directo con los espectadores y según la interacción con ellos combinan toda la representación con un gran nivel de improvisación.
De entre la variedad de sus manifestaciones formales, con cerca de 400 piezas, destacan sobre todo algunas de ellas. Por un lado, mientras los dàgǔ (大鼓) son cuentos cantados y musicalizados básicamente por tambores, castañuelas y violines de tres cuerdas, los kuàibǎnr (快板儿) son una forma de narración más rítmica que se acompañan de claquetas de bambú, generalmente con un cierto ritmo rápido. Por otro, los èrrénzhuàn (二人转), de la región nororiental de China, reciben su nombre de su costumbre de necesitar dos actores que narran, danzan y cantan un drama acompañados de diversos instrumentos musicales tradicionales; los shuānghuáng (双簧) combinan también dos actores: uno se muestra ante el público ejecutando una combinación de mímica y movimientos libre y el otro, oculto, narra la historia o la canta; finalmente, los táncí (弹词), populares en el sur de China, se caracteriza por requerir un solo actor que se acompaña de la música de un violín chino y de una pípá. Pero sobre todos los xiàngsheng (相声) son los más populares y extendidos entre la población china.
Los xiàngsheng son diálogos cómicos cuya popularidad y preferencia frente a otros qǔyì radica en su elevado sentido humorístico y en el uso de juegos de palabras y dobles sentidos pícaros para despertar la risa entre su público. Sirviéndose de antiguos chistes, historias populares y chascarrillos conocidos y originales de las regiones de Beijing y Tianjin, rápidamente se extendieron por toda China y todo el mundo, mayores y pequeños, disfruta de su peculiar modo de presentar la realidad, ciertas críticas sociales o temas tradicionales.
De este modo, esta forma narrativa folclórica combina la narración, la imitación, el entretenimiento, la música y el canto, con un estilo muy característico de recurrir a diferentes juegos de palabras que pueden acompañar cada espectáculo como si de un estribillo se tratase y generar una atención extra entre el público deseoso de reír y entretenerse. Tanto los hechos acontecidos en la vida cotidiana, la adaptación de personajes tradicionales o modernos a contextos teatralizados, etc., son recursos habituales en este tipo de representaciones. Su escenario sigue la sencillez de los qǔyì y es habitual que estas manifestaciones teatrales cómicas se lleven a cabo entre una sencilla mesa y un abanico o un pañuelo como todo atrezo.
Los xiàngsheng se prestan a representarse en forma de monólogos o de diálogos. Sin duda, representan una manifestación teatral que requiere de un dominio de la lengua china para poder captar todos sus guiños humorísticos, críticas y desarrollos, pero resultan un medio directo, activo y vivo de conocer la cultura china y su mentalidad, herencia y riqueza.
Notas:
(1) El wéiqí o 围棋 es un juego tradicional chino con piezas blancas y negras en un tablero de 361 cruces del que en este número ofrecemos un amplio reportaje.
(2) El xiángqí o 象棋 viene a ser la versión china del ajedrez occidental con ciertas variantes.
Publicado originalmente en: Revista Instituto Confucio.Número 9. Volumen VI. Noviembre de 2011.Leer este reportaje en la edición impresa
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