Muere el actor argentino Federico Luppi
El actor, de 81 años, ha fallecido al complicarse el hematoma que tenía en la cabeza tras una caída que sufrió en abril
Madrid
El actor argentino Federico Luppi, de 81 años, ha muerto este viernes como consecuencia de las complicaciones de un coágulo que tenía en la cabeza desde abril, cuando tropezó y se dio un golpe en la cabeza con una mesa en su propia casa, según ha informado el diario Clarín. El intérprete, recordado por sus papeles en películas como Tiempo de revancha (1981), El espinazo del diablo(2001) y El laberinto del fauno (2006), entre otras, había sido internado en la Fundación Favaloro este jueves, según confirmó su esposa, la actriz española Susana Hornos.
Este jueves, Hornos aseguró que el actor estaba "con los altibajos normales de estos cuadros" clínicos. Pero hasta abril se encontraba en plena actividad. En el momento del accidente doméstigo que finalmente le produjo la muerte, Luppi tenía previsto iniciar una gira con la obra de teatro Las últimas lunas, dirigida por su esposa, en la que reflexionaba de manera sencilla sobre la vejez.
Luppi ha sido sin duda uno de los actores argentinos de mayor trascendencia internacional, sólo comparable con Ricardo Darín o Héctor Alterio. Su tono áspero y su avasalladora presencia en cámara lo convirtieron en favorito de directores como Adolfo Aristarain, que lo consideraron la columba vertebral de películas que se organizaron alrededor de su figura.
En 2001, cuando la economía argentina estalló por los aires y cinco presidentes se sucedieron en menos de dos semanas, Luppi decidió radicarse en España, donde su carrera ya era conocidda. Regresó al país con el krichnerismo, y su compromiso político lo llevó a pasar los últimos años de su vida sumido en la "amargura", como él mismo dijo. En una entrevista concedida en febrero, dijo que estaba "decepcionado, amargado, tristón y solitario" en su propio país, disconforme con las políticas de Mauricio Macri. Dijo incluso que sus ingresos no eran suficientes para llegar a fin de mes.
Federico José Luppi Malacalza nació el 23 de febrero de 1936 en la localidad argentina de Ramallo, un poblado semirural a unos 200 kilómetros de Buenos Aires, en una familia de ascendencia italiana. Se inició en la actuación en 1965, en la película Pajarito Gómez, de Rodolfo Kuhn, y muy pronto alcanzó la consagración con El romance del Aniceto y la Francisca (1967), una joya del cine argentino del director Leonardo Favio.
A partir de allí su carrera nunca se detuvo. Partició en más de 100 películas, la mayoría de ellas como protagonista. Muchos de esos films son clásicos del cine en castellano: Un lugar en el mundo (1992), Martín Hache (1995), La Patagonia rebelde (1974) y No habrá más pena ni olvido (1983), ambas dirigidas por Héctor Olivera, y la emblemática Plata dulce (1982), de Fernando Ayala. En televisión también protagonizó series de ficción recordadas aún por los argentinos como exponentes de lo mejor del género, como Alta comedia (1971-1972), Hombres de ley y Atreverse (1991).
Su reconocimiento internacional llegó en 1993, de la mano del mexicano Guillermo del Toro, con Cronos. Más tarde compartieron pantalla en El espinazo del Diablo (2001) y El laberinto del fauno (2006).
Luppi estuvo casado entre los 23 y los 29 años y de ese primer mastimonio tiene dos hijos, Gustavo y Marcela. Pero su relación más recordada fue con la actriz Haydé Padilla. En el año 2000, poco antes de irse a España, tuvo una relación ocasional con la actriz uruguaya Brenda Accinelli, con la que tuvo a su tercer hijo, al que nunca conoció. Llegó incluso a tener problemas legales por su negativa a financiar la pensión alimenticia. En 2003, Luppi se casó por segunda vez, esta vez con la actiriz española Susana Hornos.
Las últimas apariciones públicas de Luppi no fueron siempre motivadas por su carrera. A los problemas con Accinelli sumó en 2013 una amarga discusión pública con Padilla, quien contó en televisión que había sufrido violencia de género durante los 10 años que compartió con el actor. Y durante los meses previos a su accidente doméstico se concentró en criticar al actual gobierno. "En todos los discursos que leo, sigo, hay de todo menos palabras que tengan que ver con una cierta inclinación solidaria para con la gente. Pero vergüenza, cinismo, depredación, caradurismo, perversión e impunidad. Hay una finalidad para que, naturalmente se hagan grandes negocios", dijo en una entrevista.
Luppi fue un actor de pura raza, un clásico argentino que será difícil de olvidar para generaciones que crecieron con su figura en la pantalla. Él mismo inistió en varias ocasiones que nuna pensó en retirarse. Y cumplió con su palabra hasta el final. Su última pelícua fue Nieve Negra (2017), con Darín y Leonardo Sbaraglia, pero habrá también un estreno póstumo. En el momento del accidente, Luppi acabaada de terminar el rodaje de Necronomicón: el libro del infierno, una película de Marcelo Schapces, basada en el universo del escritor H.P. Lovecraft.
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