La ventana indiscreta
El nuevo libro de poemas de Lorenzo Oliván se organiza alrededor de la visión como una manera de descubrir la realidad
Si ideáramos una de esas clasificaciones que tanto gustan al gremio crítico, podríamos distinguir entre una poesía “de temas”, que aspira a decir lo de siempre como nunca, y una poesía “de atmósferas”, que camina por el filo de la sugerencia, flirtea con el enigma y no hace ascos a los centelleos alucinatorios. Lorenzo Oliván se acogería vocacionalmente a esa segunda vertiente, aunque no falten en sus versos ráfagas aforísticas ni sentencias lapidarias (“La belleza humaniza todo lo que destroza”).
Su nuevo libro, Para una teoría de las distancias, se organiza alrededor de la categoría de la visión, entendida como una manera de descubrir —y hasta de habitar— la realidad. Así, ‘La ventana’, que abre el volumen, no solo proporciona un marco para la reflexión metapoética (“Escribir poesía es de algún modo / estar enfermo de buscar ventanas”), sino que nos anima a emprender una aventura que conduce de lo particular a lo universal. En el trayecto hallamos el teatro de sombras en el que se proyecta la identidad, la representación miniaturizada de la vida y una serie de retratos en marcha que ofrecen una lección sobre la alteridad y el arte de mirar. En este sentido, destacan el monólogo dramático ‘Media figura de mujer’, basado en un cuadro de José Ribera, y el homenaje a Edward Hopper titulado ‘La soledad blindada’, donde el sujeto se desdobla en espectador activo del lienzo Chair car. Por otra parte, el autor profundiza en la noche oscura de los cuerpos para dejar constancia de la aleación entre belleza y daño en la que se resume la existencia, según demuestra el conturbador ‘Cicatriz’.
Asimismo, cabe mencionar las reapropiaciones intertextuales de ‘Llegada de los bárbaros’, que reescribe a Cavafis en clave metafísica; ‘Lugar y mito’, que troquela la “propensión al mito” de Gil de Biedma sobre una postal desrealizada; o ‘Finisterre’, que revisita la peripecia de Ulises desde una épica doméstica: “Un niño en el asiento / de atrás —quizá Telémaco— / dormía”. En suma, las conquistas expresivas y la contemplación descarnada de esta obra revalidan los logros de Nocturno casi y consagran a Oliván como un infatigable plusmarquista en cualquier distancia.
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Autor: Lorenzo Oliván.
Editorial: Tusquets (2018).
Formato: tapa blanda y ebook (128 páginas).
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