El pintoresco río Li: alma fluvial de Guilin
“El espléndido panorama del río Li no tiene rival en el mundo”, asegura un famoso dicho popular chino. Este hermoso curso de agua, el alma de la ciudad de Guilin, que abraza con sus aguas aquel incomparable paraje montañoso, constituye la quintaesencia de dicha vista y es la perla reluciente en el maravilloso escenario natural de China.
El río Li, también conocido históricamente con el nombre de Gui, tiene su origen al sur de la cadena montañosa de Yuecheng, entre los distritos de Xing’an y Ziyuan, en el noreste de la Región Autónoma Zhuang de Guangxi. Durante su discurrir hacia el sur atraviesa la ciudad de Guilin, la tercera más poblada de la provincia, y desemboca en uno de los afluentes del río de las Perlas, a cuyo sistema fluvial pertenece. Por su situación geográfica, forma parte del área climática de la zona subtropical central de tipo monzónico.
Su entorno acuático es mundialmente famoso por la inconmensurable belleza que destila. En el año 2009 el tramo fluvial de 83 km que separa Guilin de Yangshuo fue registrado por la World Record Association como el más amplio paisaje kárstico del planeta, engrosando así la lista de los récords mundiales del ámbito turístico de China.
Esos casi cien kilómetros de longitud del río Li constituyen una verdadera galería de arte y, en sus miles de años de historia, son incontables los hombres y mujeres de letras rendidos ante sus encantos. Han Yu, renombrado poeta de la dinastía Tang, lo ensalzaba así en uno de sus versos: “El río Li es una cinta de seda verde que serpentea entre cientos de montañas de jade”.
Se suelen emplear cuatro adjetivos para definir las características del río Li: límpido, impredecible, ingenioso y mudable. Límpido por sus aguas transparentes, que permiten ver el fondo durante todo el año; impredecible por sus hermosas montañas, que aparecen y desaparecen entre sus meandros; ingenioso por las formas que adoptan las formaciones rocosas de sus orillas; y mudable por las variadas perspectivas que ofrece a cada vuelta, siempre distintas.
Los hitos principales de este bello escenario son un curso fluvial, dos grutas y tres montañas. El primero es el del propio río; las dos cuevas son la de la flauta de caña y la de las siete estrellas; y las tres montañas son la colina de la trompa de elefante, la del brocado plegado y el pico de la belleza solitaria. Ambas orillas presentan un magnífico paisaje dotado de los “cuatro ases”: montañas verdes, aguas claras, cuevas fantásticas y hermosas rocas se abren en una vista panorámica y conforman una verdadera galería artística, como un rollo de pintura tradicional china desplegado ante nuestros ojos.
La cueva de las siete estrellas se encuentra en la ladera occidental del monte Putuo y originalmente era parte de una corriente de agua subterránea, pero hoy en día se ha convertido en un importante lugar de visita para los turistas como gruta panorámica. En su interior se distinguen tres niveles: superior, medio e inferior. El estrato más elevado es bastante amplio, con sus 8 a 12 m de altura por encima del nivel medio, mientras el inferior sigue siendo un río subterráneo que lleva agua todo el año. El estrato medio, habilitado actualmente para el turismo, se asemeja a una galería natural de extraordinaria belleza, con paisajes que cambian a cada paso y que la vista es incapaz de asimilar por su abundancia. De sus bóvedas cuelgan innumerables estalactitas que configuran formaciones variadas.
Museo artístico de la naturaleza
La cueva de la Flauta de Caña es la segunda de las “dos grandes grutas de Guilin”, y se encuentra en la colina de Guangming, en el noroeste de la ciudad. La gruta toma su nombre de los juncos salvajes que crecen desde siempre cerca de su entrada, y que sirven para realizar flautas. Se trata de una cueva kárstica subterránea de 230 m de profundidad y 500 m de longitud. Aunque su recorrido es más breve que el de la cueva de las siete estrellas, resulta aún más peculiar, con estalactitas y estalagmitas que toman formas caprichosas, como pilares, cortinas o flores de piedra, con una variedad y extravagancia fuera de lo común. Otras formaciones adquieren aspecto de pico de montaña o de bosque tupido, en un escenario magnífico y deslumbrante. Es por ello que a esta cueva se la conoce como un “museo artístico de la naturaleza”.
Las montañas de Guilin aún gozan de mayor renombre, especialmente las tres mencionadas anteriormente: la colina de la Trompa del Elefante, la del brocado plegado y el pico de la belleza solitaria. La primera de ellas, originada hace 360 millones de años por la sedimentación de piedra caliza sobre la base del río, se alza 55 m por encima de su superficie. Su encanto no deriva solamente de su aspecto, que se parece a un gran elefante con su trompa extendida sorbiendo agua del río, sino también porque entre sus patas y la trompa se abre un paso de agua en forma de luna llena, dando lugar a una “montaña del elefante y luna de agua”. Esta peculiar conformación tuvo su origen hace aproximadamente 12.000 años, cuando al elevarse la corteza terrestre descendió el nivel de las aguas del río Li creando un agujero circular de unos 150 m2 de superficie. Debido a su singularidad, esta fantástica colina del elefante se ha convertido en el símbolo de Guilin y de su paisaje kárstico, y también figura como efigie en numerosos productos artesanales de la zona e incluso de toda la provincia de Guangxi.
La colina del brocado plegado se halla en el norte urbano de Guilin, asomada al río y, vista desde lejos, se asemeja a un tejido de seda doblado en múltiples capas distinguibles entre sí, aspecto del que ha tomado el apelativo. La elevación forma parte de un notable conjunto paisajístico que comprende también las colinas de Yuyue, la de Siwang (“panorama de los cuatro puntos cardinales”), el pico de Mingyue (“luna brillante”) y el pico de Xianhe (“grulla”). Ascendiendo paso a paso la colina del brocado plegado, se camina entre los centenarios y grandiosos árboles que se alzan en armonía en las edificaciones circundantes. Una vez alcanzada la cima, se puede admirar un magnífico panorama desde el “pabellón donde se atrapan las nubes”. Los antiguos habitantes y visitantes de la zona ensalzaban este punto como “el lugar ideal de encuentro entre las montañas y las aguas”. El monte abunda también en inscripciones rupestres y bajorrelieves escultóricos en las paredes rocosas, de gran valor artístico.
El pico de la belleza solitaria se sitúa en el área de Wangcheng. Se trata de una colina aislada que se alza en medio de un terreno plano con gran fuerza y dinamismo, de ahí que se le conozca popularmente como el “pilar del cielo meridional”. Con los primeros rayos de la mañana, y las luces encarnadas del ocaso, el pico asemeja un general cubierto de un manto violáceo y ceñido por un cinturón dorado, por lo que desde antiguo se conoce también como “la montaña púrpura”. Ascendiendo hasta la cima se obtiene una estupenda perspectiva del paisaje kárstico que caracteriza a esta urbe, sin nada que obstaculice la vista. Los turistas que visitan Guilin suben a este pico nada más llegar para tener una primera visión de conjunto de la ciudad y su entorno. A los pies de la colina también resultan de interés otros puntos como la roca del lector o el estanque de la luna creciente. Se puede concluir, como al inicio, que el paisaje de Guilin es el más bello del mundo y el del río Li es el más bello de Guilin. Un río que añade su pincelada final al entorno natural de la ciudad a la que baña.
Publicado originalmente en: Revista Instituto Confucio.Número 53. Volumen I. Marzo de 2019.
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