domingo, 2 de junio de 2019

MAURICIO HANEINE EN CONCIERTO – La Voz del Árabe

MAURICIO HANEINE EN CONCIERTO – La Voz del Árabe

La Voz del Árabe



MAURICIO HANEINE EN CONCIERTO

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MAURICIO HANEINE interpreta “Concierto Árabe para piano y orquesta” de Amirov. Este jueves 28 de febrero a las 20:00 HRS, en el salón Baalbek del Centro Libanés, calle Hermes 67, Col. Crédito Constructor. Boletos en taquilla. 
 Luis Miguel Cobo
Tuve la suerte de conocer a Mauricio Haneine (MH) hace ya más de seis años, apenas La Voz del Árabe (LVÁ) empezaba a ser reconocido como un medio informativo del Mundo Árabe. Mauricio fue increíble en su trato y respeto a este medio informativo, de igual manera se publicó aquella entrevista, él contento y la revista también, muchísimos la leyeron, hace ya seis años, hoy regresamos después de algún tiempo de no vernos, pero si tener contacto, las “benditas redes sociales”, el periodista gustoso entrevista al pianista profesional, sobre todo al amigo.
Mauricio Haneine de cuna libanesa dará un magno concierto este jueves 28 próximo, para cerrar febrero del 2019, será, sin duda alguna, un gran concierto, en el Centro Libanés de Hermes, en la CDMX, seguramente el lugar se llenará, su interpretación magnífica guiará a la Orquesta Sinfónica del Estado de Hidalgo, la grandiosa composición “Concierto Árabe para piano y orquesta” del azerbaiyano Amirov, Mauricio la escuchará nuevamente después de haberla interpretado más de 20 veces, nosotros la primera vez en México, en el Centro Libanés, la casa de los árabes, lugar perfecto con el publico perfecto se llevará a cabo. Ahí estaremos Mauricio…
Nos platicó de sus inicios, de las giras de conciertos, de su trabajo y la actualidad en su fascinante profesión que es la de músico pianista clásico, lo que hiso para llegar hasta donde se encuentra hoy que no es poco, es bastante, de lo que se trabaja y sobre todo del espíritu del músico en acción, interpretando sentado frente al piano con sus prodigiosas manos sobre el teclado blanco de tintes negros, todos los sonidos en notas musicales producidas y escuchadas una a una enfiladas formando las tonadas que al final escuchamos en forma del Concierto Árabe, afinando los sonidos cotidianos en ese momento viajaremos junto con él a través de la sinfónica, instrumento por instrumento hasta llegar a centro de la obra y descubrir por qué se llama así, “Concierto Árabe para piano y orquesta”.
Aquí pues la conversación con Mauricio Haneine:   
LVÁ – ¿Cuándo empezó el gusto por el piano?
MH – Desde los cinco años tenía mucha inclinación por el piano, se me hacía mágico poner las manos en el piano, y yo niño imagínate como un juguete ¿no? Poner las manos sobre el piano y apretar las teclas y se producían sonidos, para mí eso era como una magia. Y es muy chistoso porque todavía cada vez que me siento en el piano pongo mis manos y escucho el sonido que producen mis dedos es la misma sensación mágica que tenía a los cinco años, lo sigo viviendo, es como si fuera un niño, ¿me explico? Es la magia de producir el sonido, hoy con los conocimientos y el estudio se producen las combinaciones emocionales, técnicas y todo eso que es realmente increíble, el poder producir todo eso con tus dedos, realmente es el cerebro el productor, pero el instrumento son mis dedos…
LVÁ – ¿Y después en dónde estudiaste?
MH – A los once años entré al Conservatorio de Música de México, fueron diez años de estudio que dura la carrera de “pianista concertista”. Terminé la carrera aquí, luego me fui a Nueva York, en la Universidad Estatal de Nueva York hice la maestría de piano “Master of Fine Arts” y “Piano Performance”. Ahí al terminar la maestría entré a un concurso de piano ahí en Nueva York, el “Cameron Bird Concerto Competition”, gané el primer lugar, el premio fue tocar como solista con la Filarmónica de Nueva York. Eso para mí fue padrísimo porque la verdad no me lo esperaba ni siquiera entrar al concurso, pero pues entré y gané el primer lugar, toqué el concierto de Grieg en esa ocasión, fue increíble…
Luego llegué a México, estaba el Concurso Nacional de Piano, entré y gané el primer lugar también. Después de eso fui a Francia para hacer un perfeccionamiento en piano con Flavini, estuve allá todo el perfeccionamiento. Después de eso me di cuenta que yo quería cambiar de nivel, quería algo más fuerte en la técnica pianística. Me enteré y me di cuanta estando en Nueva York que los mejores pianistas y los mejores maestros, la mejor escuela de piano era la rusa, me pregunté entonces ¿qué hago en Nueva York estudiando con los maestros que estudiaron allá? Decidí irme a Rusia a estudiar directo. Viajé a Rusia y viví allá tres años, me becó el gobierno soviético que era quien daba las becas, si el gobierno no te becaba no podías estudiar, no era de paga, era así, o te elijen o no y ya…
De acuerdo a la selección que harían, éramos de todo el mundo en el Conservatorio de Chaikovski en Moscú, los pasillos llenos de gente, candidatos a la beca, llamaban de uno en uno, salían tristes, rechazados casi todos, no, no, no… A los que veían con nivel los mandaban a las diferentes ciudades de la Unión Soviética, a los que veían mejor preparados los dejaban en Moscú, o a San Petersburgo que era Leningrado en esa época. Pero bueno, yo dije voy, si me dejan en Moscú o Leningrado me quedo, si me mandan a otra ciudad pues no. Y bueno, al final me elijen y me quedé en Moscú, y bueno, estudié ahí tres años, lo que más estuve haciendo allá fue el reportorio ruso, conciertos de Chaikovski, de Serguéi Prokófiev, conciertos de Rachmaninoff y muchos más, porque a mí el repertorio ruso es el que más me gusta.
Después de haber estudiado en Rusia regresé a México, desde entonces estoy dando conciertos con las diferentes orquestas, en Ecuador con la Nacional, en Estados Unidos, en México prácticamente creo que he tocado con todas las orquestas, en Rumanía toqué con la filarmónica de Transilvania, con la filarmónica de Líbano, de Egipto, el año pasado toqué con la Sinfónica Estatal de Moscú, llevo once conciertos con ellos en un lapso de diez años, he tocado con ellos conciertos de Rachmaninoff y de Fikret Amirov; la verdad estoy muy contento porque llegar a tocar con la orquesta de Moscú no es nada fácil.
Toco sinfonías con esas orquestas, pero también hago recitales para piano, en Egipto di dos recitales de piano en el Teatro de la Ciudad de el Cairo, luego en la Casa de la Ópera de Damahur junto a Alejandría. En Líbano toqué con la filarmónica de Líbano y luego toqué varios recitales en la Universidad de Balamand en Líbano, en Trípoli, en el Centro Cultural Alemán y en muchos otros lugares en Líbano…
Fue padrísimo ir a Líbano a tocar, obvio, bueno ir a tocar al lugar de donde salió mi abuelo a los 17 años en el siglo 19, en los barcos que decían que iban a América. Él salió sin saber a dónde llegaría, llegó directo a México, y lo recibieron increíblemente; pero cuando llegué primero a Beirut tuve una sensación muy interesante. Volaba en el avión, nunca había ido, iba a tocar, en el avión teniendo en mi mente toda la historia de mis abuelos que salieron de allá siendo adolescentes, eso pensaba, ya estaba aterrizando en Beirut y yo sentía como que iba de regreso, fue una sensación muy especial, has de cuenta que ya iba a llegar a mi casa, a  mi país, no sé, una sensación muy espacial, bueno realmente fue muy emocionante, yo dije salió de aquí mi abuelo a buscar mejor vida y ahora el nieto viene a dar un concierto, como que es el destino de la vida ¿no?
LVÁ – Muy bonito…
MH – Sí, muy bonito la verdad…              
LVÁ – Entrando en materia musical, nombraste a Rachmaninoff, se sabe que es uno de los pianistas o compositores más complicados para interpretarse por su técnica, la velocidad y otras cosas; ¿es verdad, tú que sientes cuando lo interpretas?
MH – Sí, mira, es muy complicado, de lo más difícil, Rachmaninoff y Prokófiev yo creo que son de lo más difícil, técnicamente y también interpretativamente. Con Rachmaninoff a veces tienes en una mano que tocar tres diferentes voces y en la otra también, además de tocar la música lineal tocas a la vez como ocho diferentes notas con todos los dedos, pero van todas caminando, ¿me explico? Además, a unas velocidades tremendas, el concierto 4 de Rachmaninoff con la Sinfónica de Moscú (está en YouTube) se siente una emoción, una profundidad de veras muy fuerte, es emocional, algo como entre angelical y diabólico, no sé, como fuerte en todos los aspectos…
LVÁ – El concierto es muy bonito, pero lógicamente no es lo mismo escucharlo que cuando miras al intérprete en vivo, a ti por ejemplo, es algo increíble.
MH – Bueno es mucho más fuerte, sí, ya cuando tocas algo fuerte y escuchas a toda la orquesta acompañando tocando junto con toda esa fuerza sientes que el sonido de la orquesta se te cae encima, es una emoción que te va llevando como si fueras en un barco con toda la pasión…
LVÁ – ¿Qué piensa un pianista de tu nivel cuando está a mitad de la obra, del concierto? ¿Se piensa algo o te dejas llevar por el corazón, por la pasión o el sentimiento?
MH – Mira, realmente fluyes ya con la música porque la técnica la tienes muy estudiada muy dominada, una mano sola la dominas, luego la otra, luego juntas, es mucho estudio, obvio para tocarlo de memoria si no pues no puedes interpretar, hay varios planos cuando estás pensando para tocar el piano, el plano más importante como el grueso, es la emoción como la melodía, es como lo cantado de la obra eso tiene que ocupar tu mente al máximo, pero al mismo tiempo tienes que estar en un grado con menos atención pero sí dominado lo que estuviste trabajando y memorizando de lo técnico, ¿me explico? Pero la parte de arriba, lo que tiene que estar en primer plano es lo emocional…
LVÁ – ¿El corazón se acelera?
MH – ¡Ah claro…! Se acelera desde días antes… Pero en el momento es de ley, claro que sí. Tienes que estar consciente además de todo lo anterior, tienes que tratar de tener la mente fría y el corazón caliente porque no puedes tocar solo con el corazón, necesitas la mente que esté moviendo los dedos y fa, sol, mi, con todas las notas en la cabeza.
LVÁ – ¿Dividimos la técnica del sentimiento; la técnica es la matemática, el sentimiento es el corazón…?
MH – No dividido, digamos que al servicio de…
LVÁ – Aquí lo interesante es que la técnica la puede tener cualquiera, uno más uno es dos y no hay otra. Lo que no puede tener todo el mundo es el “sentimiento”.
MH – Claro, es el toque de tu personalidad que es lo que hace tu estilo, tu pasión, tu alma, que, aunque la misma obra la toque otra persona sonará diferente, tiene otro sabor…
LVÁ – ¿Y eso cuánto vale?
MH – No bueno, eso no vale lo que te paguen, lo que valen son los aplausos, eso sí. Ahora ¿qué se siente? Mira, hay momentos en los que sientes que estás volando, que emocionalmente estás fuera, como que te vas a la quinta dimensión, es diferente, increíble…
LVÁ – ¿Pero siempre es un goce, es un gozar la música en todo momento?
MH – Sí, es mi esencia…
LVÁ – Es el sentimiento, digamos que se unen “mente, cuerpo y alma”, pero realmente en ese momento ¿quién es el intérprete?
MH – Sí, claro, es uno mismo, pero con toda la desnudez del alma, conectada con una expresión universal, es que ahí eres tú y nada más, debes dejar ser, ahí no puedes decir “me voy a sentar derechito”, no. ahí te dejas llevar y lo que resulte porque estás con el alma desnuda.
LVÁ – El arte por excelencia a nivel universal es la música, se puede hablar de pintura o literatura, no es lo mismo, el ritmo se lleva en el alma, es el arte más alto con el idioma universal, la comunicación directa con el universo, es el idioma universal, eso debe ser la música. ¿Tú qué piensas al respecto?
MH – Yo creo que sí, es el arte universal, haz de cuenta que oyes una frase de una sinfonía o alguna otra, oyes un pedacito y no puedes sustituir con palabras, no hay palabras que digan esa melodía o eso que sentiste la carne de gallina, no hay palabras para definir eso. Es un momento en el que estás conectado con lo más interno en ti, con tu alma, lo más arriba en el universo, es que a esto no hay manera de ponerle palabras, no es una canción, es una emoción fortísima…
LVÁ – ¿Y cuántos años tienes de concertista?
MH – Uuuy pues muchos, más 25 años, sí…
LVÁ – Platícanos del concierto de mañana en el Centro Libanés México.
MH – Mira, estuve buscando un concierto que tuviera algo de influencia árabe, busqué mucho tiempo y no encontraba nada, estuve a punto de escribir uno, y cierto día me encontré a un compositor de nombre Fikret Amirov de la República de Azerbaiyán, que hoy es el país de Azerbaiyán, tiene influencia árabe, pues él escribió este concierto en 1959, lo tituló “Concierto para piano y orquesta sobre temas árabes”, todos los temas y todas las melodías son árabes, son tocados en el piano virtuosamente y muy técnicamente porque era la escuela soviética de música, acompañados con la sinfónica, una sinfónica de estilo Rachmaninoff, hablo de la época de la sinfonía y la orquestación en la Unión Soviética de los años 50.
Hay una anécdota muy interesante: Fikret Amirov era un compositor muy famoso, con la que escribió lo virtuoso del piano fue con una pianista que era algo así como la amante, o una alumna por decirlo de otra manera, de Stravinski, o su amiga cariñosa, era una pianista muy famosa, Nasirova, a veces se anuncia este concierto como de Amirov Nasirova porque lo escribieron juntos, en el piano tiene mucha influencia de la música de la época de Stravinski que fue contemporáneo y muy famoso, muy fuerte, escribía los ballets para Francia, para el ballet ruso y todo eso.
Al final quedó una combinación padrísima, muy singular, técnicamente es muy difícil, interpretativa y emocionalmente es muy fuerte, tiene partes que hacen sentir, el final es apoteótico, ya lo escucharás, es muy emocionante. El principio te imaginas que vienen los camellos, la orquesta sonando, tiene unas partes melódicas preciosas, muy bonitas. El segundo movimiento es muy profundo, lento, ahí se nota mucho el sufrimiento de los países árabes que había desde esa época. El tercer movimiento es como unas danzas árabes, más alegre, mucho más alegre, ese movimiento se llama allegro con brío, es mucho más alegre, más dancístico, llega el final y se vuelve trágico, apoteótico, como te dije, termina muy fuerte tocando el piano y la orquesta al mismo tiempo los acordes y los repite, los repite y los repite varias veces, es cuando sientes la carne de gallina, de ganso, de todo… 
LVÁ – ¿El concierto es para beneficio de alguien?   
MH – Hay nuevo presidente del Centro Libanés, Tufic Neme, y su esposa como la primera dama, me entrevistaron a finales del año pasado y querían empezar su periodo con un evento cultural y qué más que un concierto de piano y orquesta, y qué más que el concierto árabe. Es a benéfico de las Damas Voluntarias del Centro Libanés, porque ellas trabajan mucho en ayuda a mucha gente, hacen muchas obras benéficas.
LVÁ – ¿Cuánto dura el concierto?
MH – El concierto dura unos 30 minutos, antes del concierto de piano la orquesta va a tocar dos temas como introducción. Y otra cosa del concierto de piano, este concierto el año pasado lo toqué cinco veces con la sinfónica en Moscú, cinco veces porque es un concierto poco tocado, por su dificultad y porque no es tan conocido, se alargó a cinco conciertos porque se agotaban los boletos y así se fueron pidiendo otras funciones. Lo toqué en México hace unos cuatro años en el Teatro de la Ciudad, en Puebla, en Querétaro. Lo estrené también en Rumanía, en Transilvania con la filarmónica de ahí, la verdad me gustaría tocarlo en muchos otros países. Es muy representativo del Mundo Árabe.
LVÁ – ¿Quieres agregar algo y mandar un mensaje a los lectores de La Voz del Árabe? 
MH – Pues que vayan mañana al concierto, habrá boletos en la entrada. Espero que se emocionen y puedan gozar el concierto. Además, espero que sigan leyendo esta revista y los felicito por el seguimiento que hacen del Mundo Árabe, gracias por apoyarme siempre y reciban un saludo y abrazo muy fuerte de mi parte…
LVÁ – Gracias Mauricio.
Imagen: Lm.CoBo.FoTo para La Voz del Árabe – México ©-2019
La Voz del Árabe (LVÁ) – ESPECIALES – Cd. De México, febrero 27 del 2019   

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