Carmen Conde Sedemiuqse Esquimedes
NAVEGANDO LA VIDA
Tal te dije, no eres tu el que vive… es la vida que te atraviesa… tu
elaboras intenciones según lo que contiene tu espíritu… elaboras pensamientos…
accionas o reaccionas… haces o no haces… dices o no dices… tomas la decisión de
participar o no… en algunas ocasiones te ves obligado a estar allí debido a las
circunstancias… algo te coloca en el lugar para que veas… para que oigas…
puedes ver y oír, y entender, o puedes seguir de largo como alguien que
reconoce un paisaje pero se siente incapaz de reparar en los detalles que dicho
paisaje contiene… siempre hay más de lo que se ve… los ojos no alcanzan y los
sentidos tampoco… siempre hay más de lo que se oye… los oídos son pobres a la
hora de percibir los sonidos, y la mayoría de los pájaros cantan sin que los
oigas, sin que siquiera lo sepas… ellos tienen su mundo, pero no participas de
ello, aun estando… así la vida propone aprendizajes y lecciones referidas a tu
propio karma… tienen que ver con él (karma) y con ninguna otra cosa… y tienen
que ver con el destino que portas y con ningún otro motivo… es decir, tienen
que ver con lo que portas en tu espíritu y con lo que se coloca delante de tu
destino… de alguna forma se te pone a prueba… con o sin prueba… te está
atravesando… ello es inevitable… en cada instante te enfrentas a una pared sin
puertas, donde la puerta a hallar forma parte de tu tarea, siendo que
encontrarla o no es parte de tu decisión… pudiendo tratarse de la mencionada
puerta o de una ventana… algo que te permitirá asomarte y ver lo que hay del
otro lado, lo que sigue… mientras ello ocurre el ángel es testigo y los
ancestros que ya no tienen espacio en este lado, también… la pared o el muro no
tiene abertura alguna, sólo se abre a tu vida si es que las descubres (puerta o
ventana)… caso contrario, todo continua igual y la normalidad te envuelve para
el siguiente paso…
Navegas en una barca que te pertenece sólo… lo hace solamente a tu
persona… aunque tengas a otros cerca o al lado tuyo, no pueden navegar en ella,
porque esta barca te pertenece por nacimiento… la misma es invisible a los
sentidos humanos, pero curiosamente, es parte del karma… guarda en sus
registros todas las bitácoras escritas a lo largo de otras vidas, otros
tiempos, otros momentos que no recuerdas mientras estás vivo… porque dicha
condición se pierde mientras dura el destello de la vida presente… a veces
crees haber estado allí… a veces te dices a ti mismo que esto ya lo viviste…
que la situación que se está replicando ya ha sido transitada… y de hecho es
así, un flash te identifica el recuerdo, pero inmediatamente se esfuma porque
necesitas creer que no es así como tu instinto lo ha identificado… entonces, la
razón aniquila el instinto y te pierdes de la consciencia genuina de lo que se
te quería enseñar… entonces, a cada quien su barca y su karma… entonces, a cada
quien su vela o su remo… entonces a cada quien su cuerda y su vela… nadie más
puede participar de lo que navegas… porque la vida que te está atravesando lo
hace sólo contigo… aun habiendo terceros paralelos en el viaje, están en sus
barcas y sus perspectivas son bien otras, distintas, a veces semejantes, pero
distintas, a veces equivalentes, pero diferentes en los detalles… detalles que
representan a distintos mundos… el mundo al que perteneces y el mundo al que
pertenecen… aun siendo compartido el momento, lo que te lleves será distinto a
lo que el otro se lleve… el momento conducirá a un evento que está destinado
para tu persona mientras que el mismo momento conducirá a otro evento distinto
propio del prójimo… así es que las barcas aun estando casi juntas, tendrán
trayectorias distintas… relacionadas con el karma y con el destino…
relacionadas que una rueda de la vida que se manifiesta de muchas formas… donde
hay cubos y esferas superpuestas… donde las esferas contienen a los cubos y
estos (cubos) a las otras (esferas) en una sucesión que está hecha a tu medida…
y de nadie más…
Lo que está inscripto en la rueda de la vida es tu espíritu, tu alma y
tu consciencia… conformando una trilogía inseparable… donde el espíritu
contiene el karma… la historia de lo que eres… donde el alma contiene el
destino… la sucesión de presentes que se te conceden para que modifiques lo que
eres… donde la consciencia es la entidad para que logres darte cuenta la
distancia que existe entre instinto y razón… entre el darse cuenta por sentimiento
y el no querer darse cuenta, por las dudas… todo ello es parte de tu esencia… y
es lo que eres más allá de cualquier cuerpo, ya que éste no es más que una
cáscara circunstancial que se te ha dado para que puedas andar en el presente… entre
humanos… donde el pasado ya ha sido consumado… donde el futuro no existe hasta
que se te conceda la posibilidad de que se transforme en presente… así es que
estás en la cresta de la rueda, en sus lados, en el opuesto inferior, y jamás
puedes evitarlo, porque la rueda está destinada a que tomes consciencia de que
debes trepar tu alma para luego dejarte deslizar hasta la base, en una sucesión
de situaciones que te contienen justamente para ser navegadas… para que
entiendas que nada es permanente… que todo es efímero… que nada te pertenece…
que en verdad, nadie es propietario de nada aun cuando se arrogue el derecho…
que estás aquí de paso, y que dicho paso es un destello… que tu lo entiendes
como tiempo y espacio, pero que tanto el tiempo como el espacio que ocupas son
extremadamente limitados en el concierto cósmico… estás aquí y ya no recuerdas
los por qué que trajeron… en tu esencia hay una idea, y un motivo… ambos (idea
y motivo) ameritan que se te haya concedido al menos un don, y al menos un
talento, que debes despertar para poder navegar tu tiempo…
Nadie humano nace con manual de uso… los que enseñan o dicen hacerlo
tampoco lo hicieron… todos aprenden mientras la vida cursa, mientras las
circunstancias te atraviesan o los atraviesan… no hay guías de cómo respirar…
no hay guías de cómo encontrar las fuentes… porque hay una fuente original para
cada nacido de madre, y dichas fuentes, además de ocultas, son todas distintas…
es decir, beberás de tu fuente si la encuentras… si la descubres… caso
contrario, el agua que bebas será la de red o la embotellada… y no habrá otras…
porque a cada karma lo que le pertenece… no más que eso y nada más que eso… los
títulos y los honores son cuestiones de ego… eres lo que traes y lo que
alimentas… cada vez que te pasan la mano por la espalda, están intentando sacar
algo de ti que les sirve a los otros… dicho de otra forma, si no sientes el
dolor de tu paciente, te queda grande cualquier título… si no perfeccionas el
sentimiento hacia el prójimo, jamás entenderás lo que ese otro está pasando… si
no dimensionas el valor intrínseco de los materiales, te queda grande la ingeniería
y no te estás dando cuenta que todo es parte de un todo superador que compone
un tiempo del que no vas a participar… no en tu presente… porque el futuro no
existe y pertenece a almas que todavía no nacen… explicado de otra forma, debes
plantar un árbol cuya sombra nunca verás… pero sabes que debes plantarlo para
que otros disfruten de dicha sombra y se protejan del calor de un SOL distante,
pero que en su cenit parecerá a alguien estar dentro de su cabeza… está escrito
quien se cobijará en la sombra de ese u otro árbol… y el árbol bendecirá con su
sombra a quien llegue hasta su tallo… las gentes creen que las sombras le pertenecen
porque sí, pero no es así… cada cosa que te sucede es una bendición… no hay
gloria en ello… es una bendición cuando comprendes por qué te sucede lo que te
sucede… y no lo es cuando no lo haces (entiendes)… nadie más que tu puedes
purificarte, porque no estás habilitado a purificar a nadie… de eso se trata…
En la barca no hay mochila… todo lo que recojas pesa y agrandará el peso
que traes, cuanto más peso, más inmovilidad… aun cuando creas que la barca se
mueve, la misma estará detenida, paralizada… y el horizonte, con variantes,
será siempre el mismo, así es que si no modificas la receta que intentas
aplicar, el resultado que obtengas será siempre el mismo… las monedas, el
dinero, los bienes, las propiedades, las cosas, agregan peso al ego y atan el
alma… y otra vez, cuanto más peso haya en el ego, más denso será el espíritu… y
la vida se acomodará a un confort donde la que perderá es tu esencia… lo que se
pierde no se recupera, al menos no hasta la próxima vida… y en la próxima vida,
los contextos serán bien otros…
Carmen Conde Sedemiuqse Esquimedes
todo está bajo registro de propiedad intelectual
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