mientras permanezco con mi cabeza en mis tareas,
dando atención máxima a las cuestiones que plantea la rutina,
mi espíritu vaga por las arenas en busca de tranquilidad, paz, sosiego,
juntándose con el alma para mirarse en el espejo de la vida,
apreciar lo verdaderamente relevante, trascendente...
sin prescindir de los criterios,
sin abandonar la ética filosófica de las ciencias,
sin traicionar convicciones ni tampoco sentimientos,
el espíritu halla rocas aerolíticas negras en medio del Sakkara (Sahara),
descubriendo que bajo las arenas existen simetrías conservadas,
historias ocultas de otros tiempos, otras almas, otras vidas,
distintas culturas, diferentes momentos, otras circunstancias,
nubios o atlantes, ojos azules profundos en cuerpos de piel negra,
ojos caramelo-verdosos haciendo contraluz con tintes azulados de cabellos,
mentes sabias, pensamientos profundos,
que supieron hallar la ventana dimensional, quizás...
huyendo de lo que sabían vendría con otras razas,
no negras, no rojas, menos inteligentes, más oportunistas, más depredadoras,
sin embargo, algo hay allí que llama, posiblemente a los genes perdidos,
que están siendo encontrados en simientes lejanas, diseminadas,
aparece como bueno esto de estar acá en cuerpo pero no en alma...
el espíritu se vivifica viendo y comprobando a cada paso,
que la vida no se termina en la queja,
ni se resuelve en la demanda permanente...
prefiero ser pobre de bienes, rico de espíritu...
prefiero ser mendigo de mano de abierta,
de modo que los que se aprovechan de los otros,
tomen de esa mano aquello que no encuentran en su propia alma.
el dispensador: brindando arenas hirvientes con rocas meteóricas genuinas, puras, eternas. Abril 28, 2009.-
y me quedo aquí, sabiendo que me nutro como clavel del aire,
mirándome en el espejo de las esencias del alma hallada,
nunca perdida, jamás manchada, menos burlada,
golpeada por los vaivenes de la vida, sí,
pero indemne a las perlas de la ciudad...
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