domingo, 26 de abril de 2009

el camino de las revelaciones VII...


me introduje en la gruta indicada,
justo allí donde estaba mi espíritu ancestral...
habiendo estado acompañado, me di cuenta que siempre había permanecido en soledad...
la visión me trajo a la muchedumbre,
vi a gentes plenas de esperanzas...
vi a gentes plenas de sosiego...
vi almas llenas de paz...
vi espíritus imbuidos de luz...
vi voluntades y convicciones ciertas...
vi silencios, recogimientos y entregas...
vi humildades y vergüenzas...

pero también vi...
vi a gentes sin ilusiones...
vi a gentes despreciadas y despreciantes...
vi a gentes abatidas y a otras entregadas...
vi odios anidados y sonrisas mentidas...
vi atropellos expresados y otros escondidos...
vi almas en las tinieblas tan temidas...
vi traiciones y engaños, burlas y rebaños...
vi envidias y rapiñas escondidas en las propias simientes...



" miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí que hubo un gran terremoto; y el sol se puso negro como tela de silicio, y la luna se volvió toda como sangre; y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento. Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar". ... Revelaciones según San Juan; 6:I-I7.-



y caminé acompañado por mi sombra y su soledad,
sin otra carga que mi cuerpo y mis pies,
siguiendo la senda marcada, tal había sido estipulado...
sin preguntar, porque sabía que la hora había llegado y estaba escrito aquello que debía ser a pesar de las gentes...
seguí mis propios pasos en silencio,
escuchando las arenas conversar con las rocas,
y a las aguas hervir por debajo del suelo a la espera de los tiempos,
el todo convergiendo en colores, repartiendo auras, mezclando aires...
sentía mis alas, ya no sentía mis pies, tampoco mis manos,
la realidad de la vida había sido enrollada, al igual que el pergamino,
no había ni sol, ni luna, ni estrellas...
pero la luz estaba allí, esperándome al final de la jornada.


había llegado a la ciudad y la perla lucía justo enfrente,
veía a los ángeles buscarme, percibía las sonrisas,
se respiraba sin aire, pero exhalaba alegrías...
ahora sí, había comenzado a vivir... había nacido a las padreras eternas,
pero la Tierra, la de las dualidades... ya no existía...
había alcanzado el paraíso tan amado.
nadie imaginaba que entre las arenas, justo allí, esperaba Dios...
ya no me importó el pasado escrito, ni el otro leído, ni siquiera el cercano.
el dispensador: anticipando comienzos de tiempos pasados y de otros pensados. Abril 26, 2009.-
DEDICADO A: el ángel de la séptima iglesia, aquel que guarda el AMÉN verdadero, el único testigo fiel y verdadero del VERBO y la CREACIÓN, el de LAODICEA.-
HONOR y GLORIA A: moab, qumram, wadi araba y petra, la iluminada.-
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