EL OTRO LADO primera parte
HORA CUARTA
TERCER HOMILÍA
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Otra de las entidades deja escuchar una tercer homilía de la misma liturgia, la nueva, la eterna.
Tampoco esta vez logro saber de dónde viene la expresión, no sé de qué estrella, no sé de qué lugar del recinto, de cuál de los recintos.
Sosteniendo el mismo tono cadente pero al mismo tiempo contundente, dice: "...Lo que ha acontecido ha traído como consecuencia que miles de millones de almas encarnadas en formas denominadas animales, producto todas ellas de nuestra voluntad creadora y formadora, las que fueron puestas en dicho suelo por nuestra obra y por la gracia divina de acuerdo a lo que está escrito para los tiempos de los tiempos, para acompañar en su evolución a las otras, para someterse a su sustento, para cambiar los tonos del aliento, para llamar a unos a considerar a los otros, para enseñar a los unos a respetar la importancia de la existencia de un conjunto diferente, con distintas conductas, todas ellas no tienen ahora espacio, vagan confundidas porque sienten según sus ángeles tutores que han sido sacrificadas vanamente, por imprudencia, por incapacidad, por omisión, por desaprensión, por desprecio, por falta de amor, porque hay algunos que se han creído mejores que otros, se han auto convencido erróneamente que eran más que el resto".
Hace una pausa.
No veo de dónde provienen, pero percibo llantos.
Nada cambia. Nadie se inmuta.
Continúa:
"...Lo que ha acontecido ha destruido las sagradas escrituras y los preceptos eternos que son dados al entendimiento de los elegidos para el tránsito por cada ciclo. Nadie debía ser más ni mejor que el otro. Nadie debía ser superior o diferente al otro, salvo y no más allá por las diferencias individuales que implican que cada individuo, cada ser, cada alma, cada espíritu debe someterse a lo que se establece en su libro de la vida, el cual es único, indiviso, y cuyas acciones quedan bajo la custodia plena y eterna de cada ángel de la guarda".
"...Lo que ha acaecido ha destruido nuestra Alianza con el ser humano, vientre
y varón: Primero con el vientre que es quien sostiene la vida en el espacio respirable y para lo cual fue creado, como paso primero, proveniente de la música de las esferas que son aquellas que prodigan la vida. Segundo con el varón porque es quien debe sustentar el camino, y para lo cual fue creado, como segundo paso, para que la música de las esferas pueda ser escuchada y
sostenida desde los vientres. Pero ni los vientres ni los varones comprendieron
que el alfa y el omega de la simiente de la vida deviene de nosotros, y por ello debe existir una Alianza que se autosustente en el tiempo tangible pero que una a aquel con el otro, el verdadero, el intangible donde mora la vida real".
"...Una gran porción de las almas de este quinto ciclo no entendieron, casi desde un comienzo, que no hay formas de vida inferiores. Inmediatamente después a los tres grandes cataclismos naturales comenzaron a desviarse del sentido original de las cosas y olvidaron, omitieron, negaron, que cada espíritu en su rol ha recibido una gracia para estar en el libro de la vida, esté en un árbol, en un bañado, en un riacho, en un arroyo, en un desierto, en una selva, en un bosque, en un acantilado, arriba en el mar, en el fondo de los océanos, en el llano, en la montaña, bajo el sol, en el hielo, en la noche, o donde la voluntad divina así lo indique. Sea cuadrúpedo, bípedo, con piel o con plumas, dentro de cada ser encarnado y respirante hay un espíritu y detrás de él un ángel de la guarda".
"...Había quedado establecido, había quedado escrito que el espíritu universal no volvería a incidir sobre las acciones impropias de las almas encarnadas, pero es sabido que las almas en su curso de poseer aliento, vista y habla, no deben tribular al conjunto, pero esta paradoja ha colocado en enfrentamiento a todos contra todas, sin medir las consecuencias que ello generaría sobre cada grupo, sobre cada tribu, sobre sí mismo, en los ángeles, en los formadores, en los creadores".
"...Había quedado establecido también, que los procesos debían ser simples y cíclicos permitiendo a cada espíritu hacerse luz y polvo en el aire, hacerse visible y denso, para un tránsito de aprendizaje, hacia una mejor forma, hacia una mejor capacidad, hacia una mayor sapiencia, hacia el núcleo divino que todo lo prodiga. Pero esta paradoja ha provocado que algunos se hayan autotitulado del poder del falso profeta y se hayan convertido en verdugos de todos y cualquiera. Se han cometido atrocidades en nombre nuestro, en nombre del espíritu universal y divino, y ese poder les hizo creer que además de ser poderosos eran superiores y para peor se ha visto que muchas veces circunstancias semejantes fueron provocadas, sostenidas, sustentadas, desde los propios centros que se decían sagrados dentro de cada culto, de cada cultura, de cada grupo, de cada raza. De aquellos que se autotitulaban los elegidos. De aquellos que se autonombraban profetas. De aquellos que se nombraban representantes de Dios".
"...Esta blasfemia de los tiempos, implica para nuestra tarea un error que no puede repetirse".
"...En cada ciclo, colocamos a las almas, a todas ellas, cuadrúpedas o bípedas,
pulmonares o branquiales, aladas y emplumadas, peludas o lampiñas, claras u
oscuras, a todas sin excepción en un plano a su imagen y semejanza porque está bien claro que la vida no está en el plano respirable, dicha etapa es apenas necesaria para sostener el movimiento necesario que permita a todos valorar el todo, sin cuya presencia la nada continuaría vigente, eterna".
Se detiene.
De fondo sólo permanece esa etérea melodía parecida a mis recuerdos del Concierto Brandeburgués, que se mezcla con zumbidos u oraciones, o ambas cosas.
Por momentos tengo el sentimiento, la sensación, algo, que me dice que el recinto sagrado en el cual nos encontramos todos, crece, se expande, tiene vida propia.
Lo veo más grande. Las paredes parecen estar más lejos.
Quizás soy yo que estoy empequeñeciendo ante el concierto.
Por momentos tengo el sentimiento, la sensación, algo, que me dice que estoy asistiendo al fin del quinto ciclo, pero también mi piel me indica que estoy ante el comienzo del sexto ciclo porque estoy, sin duda alguna, convidado a la comunión divina. Aquella de la cual devienen las cosas y los tiempos.
De pronto, retoma:
"...La sangre derramada por negligencia y en vano, cuando otros eran los preceptos del libro de la vida, ha colocado a todas estas almas en estado de confusión por una paradoja que debemos atender y resolver según la voluntad divina. Esa sangre flota ahora en el éter. No debemos permitir que el dolor se expanda e inunde el espacio".
"...Si así fuese la paradoja dispersa e incontrolable nos obligaría a cerrar este universo y a crear otro, con lo cual nos veríamos obligados a anunciar el fin de los tiempos y los espacios. Y al no estar ello previsto en el libro de la vida de cada quien, de cada cuál, de cada cosa, orgánica e inorgánica, acuosa o aceitosa, este punto no debe ser alcanzado y nuestro compromiso con la voluntad divina es velar por el libro, por los cultos, por la evolución, por...
Una estampida imposible de asumir para cualquier alma humana, atraviesa el ambiente al tiempo que suenan trompetas. Pero ese sonido atraviesa el alma, conmueve al más frío.
Detrás de ello, la entidad cierra su discurso.
"...Amados míos, para que algunos respiren y transcurran en la dimensión de las sensaciones, otros, los más, los que no tienen espacio para ocupar en el tiempo respirable, deben trabajar para que haya aire, para que el mundo gire, tenga días y noches, tenga frío y calor, tenga ciencia e ignorancia, tenga llama y hielo, tenga y sostenga todas y cada una de las formas de vida que se han previsto deben existir para que la vida sea posible, tenga luz y tinieblas, sin ese
concierto la existencia no sería tal, no sería posible. Así está escrito. Así será eternamente. Así debemos nosotros, espíritus del aquí y del allá, garantizar que esto jamás se modifique, nunca se transforme, hasta que la conciencia divina lo disponga".
"...Así consta en las escrituras ocultas por quienes pretenden perdurar en el poder".
"...Así está dispuesto para cada ángulo del universo que sólo el espíritu de la divina gracia conoce".
"...No hay altares, no hay imágenes, no hay templos, no hay dádivas, no hay diezmos, nada de ello es superior a la conciencia divina, la que trasciende los tiempos y los espacios, la que todo lo sostiene y nada necesita, nada requiere, nada pretende, la que da, la que otorga, la que concede, sin aceptar nada a cambio, porque ese el sentido único y último de la justicia universal".
"...Ningún bien tangible compra la sabiduría".
"...Ningún bien tangible compra el afecto".
"...Ningún bien tangible provee justicia, tampoco la compra, menos tiene capacidad para interpretarla".
"...Ningún bien tangible compra la paz".
"...Ningún bien tangible compra la redención".
"...Ningún bien tangible compra la salvación".
"...Ningún bien tangible compra otra cosa que no sea algo, mucho o poco de poder efímero".
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