martes, 27 de julio de 2010

CARTA AL SILENCIO


el hacedor de silencios, oleo, Pintura - Oleo sobre tela - 30 x 45 cm
http://zdesign-arg.blogspot.com/2009/03/el-hacedor-de-silencios-pintura-oleo.html

el dispensador dice: gracias por haberme acompañado a lo largo de esta vida. Tu presencia me enseñó a conservar el sentido de mis pensamientos, dándole forma reflexiva a las ideas, habilitándome a conocer ese mundo de burbujas donde las mismas se corporizan transformando en luz o en tinieblas las consciencias de las personas. En esencia me has enseñado a no decir lo innecesario, diferenciando los genuinos sentimientos de los instintos y sus capacidades de avasallar. El sentido de contenido tanto como el de oportunidad de la pronunciación de las palabras es algo que el ser humano de esta era ha perdido de vista, no diferenciando el valor del contenido, su esencia primordial, su fibra filosófica, creándose un estado del "decir por decir" que sólo hiere a las almas sensibles, liberando vapores que lastiman hasta el propio aire por donde se difunden. Pero el hombre de este quinto sol no ha logrado diferenciar el valor tangible de aquel otro intangible, mucho más profundo que el primero. Seguramente, si hoy las palabras fuesen pesadas como en la era atlante-lemur-egipcia, nadie o muy pocos pasarían con suerte dicho exámen y hasta quizás sucumbiría la civilización, diciendo aquello que no se debe o que no es necesario decir porque no se corresponde con lo que se hace. De allí que crea en el Consejo de la Tribu, aquel que nutría las bases de las comunidades, dándole valor a aquello que forma parte del espíritu de las cosas, hoy extinguido en un mar gelatinoso de densidades no asumidas. De allí que crea en el Consejo de Sabios del Qumran y sus himnos, donde la prioridad se concentraba en los valores de la luz como energía movilizadora y primordial, partiendo de la "alianza". Hoy nada de eso existe y de allí la importancia de tu compañía. Hablar cuando es adecuado, prudente, apropiado, nunca antes, nunca después... evitando decires lastimosos para quien los pronuncia y mucho más para quien los recibe. Las gentes de estos tiempos no han logrado descubrir que se puede decir algo con un sentido (sentido de emisión) que puede o no ser comprendido por el receptor, y hasta puede ser interpretado de manera angularmente distinta a su propia esencia de contenidos. Estoy feliz de haberte descubierto y que hayamos sido el uno para el otro. Gracias consciencia, gracias por tus voces del silencio. He transitado tus rumbos en las montañas de la Tierra, en los cielos, pero quizás lo fundamental es que me has ayudado a conocerme a mí mismo, y preservarme de aquello que otros dicen sin guardar el sentido último de las cosas... eternamente, gracias. Julio 27, 2010.-



PD: gracias por haberme descubierto a la mente el sentido de Babel y permitirme acceder a sus confluencias, traduciéndolas en silencio.

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