Primer escalón / En busca de un lugar en el mundo del arte
El paso que lleva del taller a la muestra
Una pintora, un dibujante, una fotógrafa y un videoartista cuentan la experiencia de exhibir sus obras al público por primera vez
Noticias de Cultura: Domingo 25 de julio de 2010 | Publicado en edición impresa
Julieta Molina
LA NACION
Caminos que no están prediseñados ni son iguales tienen en común el mismo logro: son artistas que han llegado a su primera exhibición luego de años de búsqueda o instantes de iluminación. Convocados o elegidos entre varios, entran a un mundo que aún les es ajeno y al mostrar su arte sienten que exhiben también mucho de ellos mismos. Y esperan que sea el inicio de algo más.
Estos debutantes en el circuito del arte compartieron con LA NACION el camino que recorrieron hasta llegar al día de hoy, cuando sus nombres aparecen en gacetillas e invitaciones, y pueden formalmente presentarse como "el" o "la" artista.
Francisco Vázquez Murillo tiene 30 años y evoca entre sonrisas el momento en que Welcome , su obra, fue convocada para el Palais de Glace. Recuerda que recibió un e-mail de parte de la organización, que no logró terminar de leer. Cuando vio que su videoarte sería parte de la muestra "Proyecto circular", que se exhibe hasta el 1° de agosto, enseguida llamó a sus padres, novia y amigos. "Es un momento muy lindo cuando te avisan. Sentí mucha emoción", recuerda.
Su obra se compone de tomas obtenidas de Internet de distintas ciudades del mundo, que articuladas a través de su óptica buscan replantear la relación entre globalización y turismo. Este rosarino de mirada tranquila habla casi en susurros y admite que cada vez que visitaba el Palais de Glace fantaseaba con exhibir allí alguna obra suya. Estudió filosofía, pero a pesar de haber sido un "académico en potencia", entendió paulatinamente "que el deseo estaba puesto en otro lado y la filosofía se convertía más en una distracción que en un interés".
Casi por completo autodidacta, comenzó a encantarse con la imagen y luego de algunos trabajos en los que editaba o producía, buscó "las herramientas para poder crear algo de principio a fin". Aunque aún no ha vendido una obra, fantasea con vivir del arte y está convencido de que está recorriendo el camino correcto: "Entrás en una obsesión con la obra, por el detalle, por los colores y por los cambios", resume su proceso creativo, que, según admitió, puede llevarle hasta un año.
Emprendedora de la imagen
En Pabellón 4 iniciará en estos días una muestra Vivian Galbán, de 40 años, arquitecta de formación y fotógrafa de hecho. Se recibió a los 24 años en la UBA y desde entonces no paró de trabajar. Fundó su propia empresa multimedia y se especializó en el fotorrealismo, que es la animación de espacios donde pueden agregarse texturas y luces, utilizado para proyectos inmobiliarios.
El éxito no logró enmascarar una realidad cada vez más evidente. "Tenía ganas de encargarme del dibujo que inicia los proyectos, no de la estrategia comunicacional con el cliente", resume. Sin embargo, la decisión de vender la empresa y dedicarse exclusivamente a la fotografía llegó en 2005, luego de un viaje a Japón, donde sacó 1000 fotos en 10 días. "Ese fue un quiebre, volví a encontrarme; dije: «Mirá las imágenes que yo generé»", recuerda.
Llevó sus fotos a un taller para compartirlas con otros artistas y a partir de ahí comenzó a buscar dónde exponerlas. Rápidamente logró exhibir en "circuitos alternativos, en la periferia", pero luego de 5 años de permanente esfuerzo llegó a su primera muestra oficial, invitada por el dueño de la galería que conocía su trabajo. Sus fotografías son "obras de género conceptuales", donde juega con lo erótico y andrógino.
Para Galbán, vivir de su arte es un deseo que aún no ha logrado, aunque sí ha vendido una foto. "Me gustaría dedicarme a la fotografía exclusivamente, pero en la curva del principio gastás mucho dinero y no necesariamente vendés", dice.
El más joven de estos artistas es Mateo Bendesky, que tiene 20 años, realizó obras en lápiz y las decoró con su propio pelo. Expone en una galería nueva llamada Mite, en Recoleta, convocado e inspirado por su amigo y dueño de la galería, Nicolás Barraza. Así, dio forma a tres cuadros de 15 x 15 centímetros que hoy se exhiben y son lo primero que muestra en público, a pesar de haber dibujado siempre.
Este trabajador precoz conoció el mundo del empleo a los 15 años mientras estudiaba en la secundaria.Trabajó cinco años como videojockey (es una disciplina en la que se arman composiciones de video digitales y se mezclan en vivo) y abandonó hace un año, cuando "se cansó de vivir de noche, de trabajar en boliches". Hoy trabaja en una revista y en una agencia de publicidad, aunque dice que "si las cosas funcionan bien me gustaría dedicarme al arte; tiene un componente de lo propio que me encantaría explorar".
Mateo cuenta que eligió su pelo como material de trabajo porque le parece "contundente": "Es un material superdifícil de domar y eso es lo que me gusta. El pelo es algo muy dual, yo quería acercarme desde la cosa humana y viva, y no al revés".
Del banco a la acuarela
María Ferrari Hardoy tiene 34 años, está embarazada de 7 meses y sus acuarelas se exhiben estos días en el Centro Cultural Recoleta. Para María es tan natural lo que está haciendo que en su relato no explicita giros de 180°, aunque los haya. Un día, simplemente renunció a su empleo y cambió los tailleurs y el horario de banco por los colores y el trabajo sin límites.
Ferrari Hardoy es licenciada en economía y desde que terminó la carrera hasta hace un año y medio trabajó en el Deutsche Bank como analista senior. Toda su vida pintó, pero jamás lo concibió como una posible profesión. Sin embargo, la artista cuenta que a principios de 2009 la pintura comenzó a "ganar espacio en la cabeza" y empezó a "pensar cada vez más en el arte".
Asistía a un taller de arte, pero le empezó a incomodar no tener tiempo libre para dedicarle a la búsqueda de una imagen propia en sus pinturas y se desvinculó de su trabajo sin un extenso preámbulo. En diciembre pasado envió sus pinturas al Recoleta y la respuesta fue afirmativa. "Está buenísimo que haya espacios para que mostremos los que recién empezamos", dijo Ferrari Hardoy.
Esta artista novel no ha vendido nada aún, pero quiere vivir del arte y dar un descanso a sus ahorros. Todo lo interpreta como costos de algo que no puede ni quiere dejar de hacer: "Mi único interés es tener el 100% de mis recursos mentales disponibles para la pintura".
CUATRO CAMINOS PARA UN MISMO OBJETIVO
Francisco Vázquez Murillo. Expone videoarte en una muestra colectiva en el Palais de Glace. "La intención fue crear un collage viviente", explica este rosarino de 30 años.
Vivian Galbán. Su primera muestra comenzará en estos días en la galería Pabellón 4, de Palermo. "Tengo que tener un vínculo emocional con la persona que fotografío", dice.
María Ferrari Hardoy. Ofreció sus acuarelas en el Centro Cultural Recoleta y hoy las expone allí. Es economista y dejó su trabajo en un banco para dedicarse a la pintura.
Mateo Bendesky. Está exponiendo sus obras por primera vez en una muestra colectiva en la galería Mite, donde llegó invitado a producir dibujos en pequeño formato.
El paso que lleva del taller a la muestra - lanacion.com
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Una pintora, un dibujante, una fotógrafa y un videoartista cuentan la experiencia de exhibir sus obras al público por primera vez
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el dispensador dice:
mantente en movimiento, siempre,
la vida tiene muchos senderos,
otros tantos vericuetos,
a medida que vas andando,
tu huella va descubriendo,
que aquello que has aportado,
se transforma en valor agregado,
de pasiones y recuerdos,
revelando que tu paso y tu pasado,
han ido revelando,
poco a poco, sin descanso,
cuán importante es construir,
sin mirar a los costados.
dedicado a los que crean... Julio 25, 2010.-
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