el dispensador dice:
se escuchan voces lejanas,
suenan letanías confusas,
se escapan las armonías,
hay aquelarre de musas...
no se puede distinguir el origen,
quién sabe de dónde vienen,
algo hay en el aire,
que evita hasta el poniente...
hay estampidas de bombos,
árboles huecos resuenan,
parche tras parche palpita,
la tierra vibra y se agita...
las cuerdas hacen sus juegos,
entremezclando guitarras,
se estremecen las almas,
cuando se tensan las lanzas...
algo repiquetea en el suelo,
a veces vibra lejano,
parece nacer de la tierra,
es un concierto de manos...
cómo se bate el aire,
las espirales se forman,
ascienden arenas y polvos,
descienden sonidos eternos...
subiendo notas a escala,
el pentagrama se expresa,
se liberan sentimientos,
hay confluencia de hadas...
no entenderás lo que ocurre,
no comprenderás qué pasa,
se han abierto los cielos,
llueve mezcla de guitarras...
cuando los sentidos se abren,
los oídos se despejan,
no te harán falta ojos,
para unirte a Santiago...
suele regarse con vino,
conjuro rojo de hogueras,
aún cuando no tengas copa,
te envolverás en los tintos...
con la música irá subiendo,
la escala del sentimiento,
al principio sentirás lento,
hasta despegarte del suelo...
a tal punto será el efecto,
que aún hasta el blanco lino,
se verá transformado y teñido,
fondeando la copa de vino...
se irá perdiendo la noche,
entre abrazos y si bemoles,
sonreirán las paisanas,
ante tanto tole-tole...
se agregarán a las notas,
violines muy intensos,
se incorporarán las cajas,
confluencia de conciertos...
si ante tanto alboroto,
no se te mueve el alma,
habrás dejado la vida,
sin conocer a Santiago...
muchos desdeñan el terreno,
hablan de gentes dormidas,
no saben que en este Santiago,
además de calores intensos,
hay estirpe de bonanzas
distancias de penas perdidas...
las gentes invocan al cielo,
tienen Virgen de sobra,
los protegen con gracia plena,
desde Sumampa la eterna...
se iluminan los cielos prudentes,
territorio de milagros,
en Mailín hay mensajes,
para los que saben de arados...
que no se te pase de largo,
aún cuando te suene tosco,
aún cuando parezca lejano,
no dejes que la vida se te vaya,
sin dar vueltas por Santiago...
si con todo lo que te digo,
no se te mueve el alma,
no sabrás la importancia de los lugares,
esos donde parece no haber nada...
ahí se chocan las manos,
para elevar corazones,
no hace falta tener fiesta,
para descubrir sus sendas...
y si te has perdido la fiesta,
donde los espíritus se funden,
no importa si hay desatinos,
o si te pierden los trinos,
cuando se termine la música,
te habrás ahogado en el vino...
habrás perdido sentido,
de distancia y de nostalgia,
cuando regreses a tu cuerpo,
aún cuando no haya puerto,
querrás morir en Santiago...
todo aparece extraño,
aquí han bajado las gracias,
los dones tocan espíritus,
donde las gentes descansan,
porque les sobran talentos,
nunca se pierden las calmas...
y los sonidos te envuelven,
te arrollan los tropeles,
ya no quedan empanadas,
los sabores se han mezclado,
se han desparramado los fieles...
y de a poco irá amaneciendo,
entre dejos de notas perdidas,
cuando se apaguen las guitarras,
cuando se acallen los bombos,
aún sonará alguna caja,
curando las heridas...
y aquí todo es coral,
las almas vibran convergentes,
las penas se disipan,
cuando las tierras son calientes...
finalmente quiero decirte,
que este campo del cielo,
guarda un motivo de ancestros,
que sólo hallarás en Santiago...
aquí han habido culturas,
sabidurías de otras eras,
lo que no crees se descubre,
si te enamoras de Santiago.
el dispensador: campo del cielo, civilización chaco-santiagueña, fuente de sabidurías. Julio 23, 2010.-
DEDICADO A: Santiago del Estero.
el dispensador agrega:
aquí han caído meteoros,
aerolitos y estrellas fugaces,
las estelas de cielo descienden,
buscando almas transcientes,
mensajes del universo,
cuando los acaricias con tus manos,
se te subirán los versos,
y comprenderás el sentido,
de haberlo descubierto,
dispuestos de manos abiertas,
verás que no sólo son piedras,
allí suenan mensajes,
de expresiones muy lejanas,
habrás pasado la vida,
y aún tiñiendo canas,
habrá valido la pena,
perderte en los campos de almas.
en este pasaje de apuros,
donde la lluvia fue esquiva,
descendió la Virgen madre,
a bendecir las esquinas,
no pierdas su mensaje,
no omitas su llamado,
Sumampa es lugar de humildes,
el elegido es Santiago,
ningún milagro se pierde,
ninguna gracia se omite,
aquello que te nazca del alma,
lo verás sembrado en tu calma,
por eso no andes de prisa,
que no te distraiga la brisa,
las fragancias que te envuelvan,
serán bendiciones divinas.
esta copla se acaba,
no quiero abundar en versos,
cuando te sientas un perdido,
o cuando te sobre el tiempo,
date la bendición de ser rebautizado,
hazte esencia de tierra en Santiago.
el dispensador concluye: SANTIAGO del ESTERO es una tierra amable, que aún cuando se sienta caliente, extremadamente agobiante, suele cobijar a las almas y brindarles una oportunidad siguiente, abriendo puertas eternas, ventanas al paraíso, aquí confluyen los espíritus que sanan a sus hijos. Y aún cuando no los veas, raudos pasen ante tí, los duendes custodian las esencias desde Choya hasta el confín... y cruzarás hasta el Chaco, por Pampa de los Guanacos, y seguirás percibiendo que hay concierto de pomberos, unos atizan los fuegos, otros asustan viajeros, no quieren a los intrusos que andan trampeando intenciones, aquí no se permite contaminar los campos del cielo. Y a él he hecho referencia, pero los lugares son muchos, tantos que no recuerdo, este un campo grande, aquí se conservan recuerdos... parece una biblioteca, semejante a las del mundo de las ideas, no las verás en libros, flotando en el aire permanecen siquiera... aquí se guarda la estirpe, de aquellos tiempos perdidos, hubo civilizaciones de importancia creciente, algunos hablan de aymaras, otros hablan de quechuas, no importe como se llamen, ha sido la chaco-santiagueña. Quiero decirte hijo, que escarbes un poco la tierra, no hará falta que descubras, alcanzará con respirar el polvo de esencias.-
el dispensador: coplas del desprecio. Julio 23, 2010.-
DEDICADO A: los que han escuchado la voz del regreso oportuno.
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