sábado, 3 de julio de 2010
Dichosos los que crean sin haber visto
Evangelio: Juan 20,24-29
"¡Señor mío y Dios mío!"
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: "Hemos visto al Señor." Pero él les contestó: "Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo." A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: "Paz a vosotros." Luego dijo a Tomás: "Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente." Contestó Tomás: "¡Señor mío y Dios mío!" Jesús le dijo: "¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto."
el dispensador dice:
¿hasta dónde alcanza tu FE?,
¿en qué esta fundada tu incredulidad?,
¿hasta dónde ven tus ojos?,
¿hasta dónde siente tu piel?,
¿hasta dónde late tu corazón?,
¿qué sonidos no perciben tus oídos?,
¿sabes hasta dónde llega tu música?,
¿sabes hasta dónde alcanza tu aura?,
pero esencialmente,
¿cuáles son las esencias que guarda tu alma?,
muchas son las veces en que la ignorancia es suprema,
dominando las conductas,
asumiendo realidades injustas como buenas,
asumiendo como buenas las ausencias,
descalificando a la presencias,
justificando las soberbias...
se asiste al templo,
se asiste a la iglesia,
se escuchan misas y servicios,
sometiendo el alma a los preceptos,
para luego, al cruzar la puerta,
liberarla y regresar al lobo...
sin embargo, dicho lobo,
instintos salvajes mediante,
exceden a la esencia del lobo,
identificando con propiedad al hombre,
que prescindiendo de las gracias,
usa los dones para depredar espíritus,
crecer vanidades y exterminar voluntades,
hablando al mismo tiempo de compasión,
declamando sobre la misericordia,
riéndose con soberbia de la gloria,
burlando las huellas del pasado,
lapidando palabras para enseñar lo burlado...
dichosa el alma que está por sobre sus ojos,
dichoso el espíritu que se libera de lo humano,
se alejará del cuerpo, tanto como de lo mundano,
alcanzando un paraíso que está a la vuelta de la mano,
que sólo necesita de Dios,
para alcanzar paralelos del llano...
hace falta grandeza, calidad humana,
para cultivar el espíritu desde la nada,
te hará falta observar,
te hará falta escuchar,
te hará falta aprender,
que sin Dios no somos nada,
que sin él, somos manada,
que cada vez que te enseñas soberbio,
se te pierden las realidades,
pasando a ser parte de los proverbios...
el dispensador: los que tienen Fe más allá de las señales. Julio 03, 2010.-
DEDICADO A: los que reconocen la importancia de la comunidad antes que del individuo.
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