jueves, 12 de agosto de 2010
EL MAÑANA NECESARIO - ODA A CAFAYATE
el dispensador dice: aparece como prudente cultivar el "mañana necesario", pero tu sabes bien que dicho mañana no existe si antes no fue arado el campo de los "ayeres". Curiosamente el pasado no se compra, se construye. Haces una idea de tu vida cuando aún estás en el allá, haciendo gala de alas y prescindiendo de tiempos. No apuestas por la vida ni tampoco por nadie, simplemente al igual que un pintor plasma su espíritu en la tela, tu fabricas un modelo de destino y antes de partir hacia acá, hacia los tiempos respirables, cuelgas dicha "expresión" en el árbol de la vida... para luego acudir a tu ángel (ese mismo que luego no recordarás) y escribir en conjunto esa idea que has propuesto para tu paso efímero por la Tierra. Así llegas, luego del mentado baño de madre... se corta tu cordón y a partir de ese instante eres individuo. Pero esa idea que elucubraste en las praderas del Señor, necesita de ganar entidad y para ello no hay capacidad informática que aporte nada... antes bien debes escribir tu propia historia, cada vez que amaneces, cada día que despiertas, cuando asumes tus tareas y tus afanes. El "mañana necesario" no es otra cosa que aquella puerta que se cerró al apoyar tu cabeza en la almohada, para luego cerrar tus ojos y reconstruir el sueño, aquel mismo que alentó tu paso por la vida... así, al amanecer comienzas nuevamente a integrarte a la idea, al afán,
dejando atrás un ayer cierto, transitado o no con misericordia, con compasión, ya que todo aquello que haces o dejas de hacer se impregna en el aire, y allí permanece hasta que la eternidad lo consuma. Como individuo, no eres más que eso, un alma con su oportunidad y su circunstancia. Sólo tu puedes crear de tu vida un paradigma. Sin embargo, detrás de ello, la comunidad genera una visión colectiva de la suma de pasados tanto como de los mañanas necesarios. Nada se puede hacer si faltas como componente de dicha visión y de allí el sentido de las esencias de la vida... puede que aquello que tu quieres no sea lo que se revele, pero a decir verdad, las frutas maduran en el árbol y se pudren en el suelo, por lo tanto, muchos de tus afanes se transformarán en realidades cuando ya no estés en la finitud de los tiempos. Ello significará que tu aporte al mañana necesario fue cierto, revelador, genuino, vivificante. Aún cuando lo aprovechen otros, los que sigan a tu paso. Arar el campo del ayer no es una entelequia ya que la historia se escribe dejando huella cierta, un pasado que alguien recordará o padecerá, que alguien revenciará u omitirá, que alguién sonreirá o llorará... para luego evaporarse en el paso de las generaciones y quedar como un hito desconocido, monumento mudo a lo que fue, lo que pudo ser, lo que no quisiste que fuese... y así regresarás a las praderas a encontrarte con tu ángel y tu consciencia, para acercarte nuevamente al árbol de la vida y ver que tu fruto ha madurado... que es de néctar sólido y fragancia dulce... que brilla ante la luz de las eternidades... para luego ir al libro de la vida y ver cómo te fue con tus afanes y tus sueños, deformados por las realidades de los tiempos respirables. Lo importante al abrir los ojos cada día, es que construyas ese "mañana necesario", ese del que no participarás y que jamás se te habilitará a ver. Agosto 12, 2010.-
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