TANGO SIN COMPÁS

el dispensador dice:
no suena un bandoneón,
tampoco un contrabajo,
el piano está cerrado,
el violín está apagado,
no hay sonidos ni redobles,
no hay sostenidos ni ecos,
la partitura se ha sellado,
sus notas no despegan,
de un pentagrama sin vela,
donde han desaparecido las corcheas,
los bemoles están guardados,
las escalas son pasados...

no hay escenario, ni recinto,
no hay telones, ni butacas,
no hay pasillos, no hay estrados,
hay sólo telarañas,
de un pasado olvidado...
jardines apagados,
de voces sin sus tonos,
desafinan los silencios,
en torno al frío de un recuerdo,
que no hilvana los compases,
¿cómo era aquel tango?...

pero la música,
esa que has escuchado,
más aún si te ha gustado,
resuena en tu mente,
notas perdidas regresan,
por la vida transitando,
a veces se aleja un poco,
otras con fuerza regresa,
a manifestar su enteresa,
de sabiondos y suicidas,
que no han escatimado en timbas,
chamuyos a las minas,
u otros versos sin saliva...

a veces un tango te acompaña,
en el silencio de miradas,
que se cruzan sin acordes,
suben y bajan los tonos,
resonando entre neuronas,
que tensan cuerdas nulas,
adaptando sensaciones,
armonías de la mente,
quizás se asoma un silbido,
acompaña un giro incipiente,
que se esfuma al paso siguiente,
esperando el destino,
para apelar al olvido,
ya que las prioridades se imponen,
sin anteponer cuestiones,
buscando sinergismos,
favoreciendo los cinismos,
donde los vínculos humanos,
son pasajeros omitidos,
utilitarios, descartables,
propios del culto al olvido...

la amistad es un do sostenido,
el sentimiento un fa ignoto,
cuando miras a los ojos,
los vacíos están rotos,
en los espejos no hay sombras,
las luces se han marchitado,
tras el polvo del abandono,
ya no hay sonidos ni tonos,
apenas queda el retumbe,
de los recuerdos pasados,
pero no hay nadie perdido,
que se busque en este cuarto,
las almas se alejan con prestancia,
de aquello que las ha atado,
sin descubrir que aquel mañana,
no es más que un eco,
eco de ojos cerrados.
el dispensador: tango de silencios desafinados. Agosto 08, 2010.-
DEDICADO A: los que atiendan los ecos inaudibles de la vida que te alcanza para recordarte que en el camino, nadie escapa a su destino.