Nationa Geographic.
Una de las recreaciones de la ciudad perdida de la Atlántida
Ciencia
National Geographic sitúa la Atlántida bajo las marismas de Doñana Un equipo internacional de investigadores argumenta que la ciudad perdida estuvo al noroeste de Cádiz y fue arrasada por un tsunami
PEDRO RODRÍGUEZ / CORRESPONSAL EN WASHINGTON
Día 14/03/2011 - 21.33h
Puede que Platón en sus Diálogos no hiciera más que relatar una verdad histórica y no una leyenda de la antigüedad al mencionar la existencia junto a los Pilares de Hércules de una fabulosa ciudad -la Atlántida- que en cuestión de "un día y una noche... desapareció entre las profundidades del mar". Un grupo internacional de investigadores, con el respaldo de la National Geographic Society de Estados Unidos, dice haber encontrado indicios del mito que viene fascinando desde hace 11.000 años justo bajo las marismas del Parque Nacional de Doñana.
N.G..La ciudad perdida, en Cádiz
El equipo de geólogos y arqueólogos dirigido por el profesor americano Richard Freund ha invertido dos años de trabajos con la ayuda de fotografías de satélite, radares capaces de penetrar la tierra, cartografía digital y tecnología submarina. Y de acuerdo a sus conclusiones, narradas para la televisión en un documental especial emitido esta semana, la Atlántida con su peculiar diseño circular estuvo situada ni más ni menos que al noroeste de Cádiz.
El profesor Freund también ha confirmado que el final de esa ideal ciudad vino en forma de un cataclismo de la naturaleza: un terremoto y un brutal tsunami como el sufrido la semana pasada por Japón. De acuerdo a las explicaciones ofrecidas por el académico de la Universidad de Hartford, en Connecticut, "resulta bastante difícil entender que un tsunami puede arrasar hasta más de 90 kilómetros tierra adentro pero de eso, más o menos, es de lo que estamos hablando".
Pasadizos bajo el subsuelo
Como respaldo a estas hipótesis, los investigadores señalan la existencia de restos de otras "ciudades monumento" construidas siguiendo el peculiar trazado circular de la Atlántida. Obras situadas en otras partes de España y atribuidas a supervivientes de la destrucción de la mítica ciudad descrita en las cercanías del estrecho de Gibraltar. De acuerdo las explicaciones del profesor Freund, el lugar identificado en Doñana, que resulta accesible solamente durante un mes de verano, "es el mejor candidato posible nunca descubierto con la mayor cantidad de evidencias" en comparación a otras alternativas en otras partes del mundo.
El equipo patrocinado por la National Geographic ha anunciado su intención de volver para realizar excavaciones tanto en la zona del Parque de Doñana como en las misteriosas réplicas detectadas más hacia el centro de España. Entre las evidencias presentadas figuran estatuillas que se remontan a la edad de bronce y una serie de mediciones que indican la existencia en el subsuelo, bajo varios metros de agua y barro en la desembocadura del Guadalquivir, de estructuras que podrían ser canales y zonas de uso comunal.
National Geographic sitúa la Atlántida bajo las marismas de Doñana - ABC.es
"... quien niegue al amor de su esencia, será negado".
el dispensador dice: Atlántida y su civilización del cuarto Sol estaba en el Océano Atlántico, cercana a costas de Europa y de África. Aún quedan precisas evidencias de su existencia por aquellos lares... vinculada con núcleos humanos del norte del África, de América en casi toda su extensión, asentada expansivamente gracias a su habilidad por las ciencias de la navegación y por el comercio de intercambio. En un día y una noche se la tragó el océano... sí hubo un tsunami pero la civilización ya no estaba ya que el cataclismo fue de tal magnitud que consumió la gran isla con si fuera un papel arrojado a aguas turbulentas... simultáneamente a ello sucedió algo semejante en el Pacífico central, ahogando a millones de seres humanos denominados lemures por el nombre de su civilización (Lemuria) y dejando evidencias precisas de su presencia por la Tierra y sus tiempos respirables. Los anales de los quichés hablan de 84 millones de personas devoradas en el desastre de la Lemuria, pero el número no es más que eso, un número incierto de un hecho cierto... luego borrado de la historia por la inquisición eclesiástica y sus inquisidores soberbios y mentirosos, creadores de historias a medidas de reinos con reyes ricos y sociedades mendigas. Ambas culturas (atlantes y lemures) fueron faros de sus tiempos y la tierra consumió sus ciclos justo cuando sus sabios habían invadido la experimentación genética en seres humanos, inventando seres que luego formaron parte de las mitologías griegas y romanas, mucho antes del Egipto conocido así como mucho después de las pirámides falazmente atribuidas a estos últimos. Por siglos la Tierra fue una vorágine de acontecimientos cataclísmicos, que repentinamente comenzaron a agitar los aires y nublar los cielos para luego, subrepticiamente regresar a una rara calma que duró hasta 2004, con escasos sobresaltos y nada parecido a aquello que se relata. Basaldúa supo interpretar cabalmente los sucesos pero los intereses y sus conveniencias supieron borrarlo de la consideración de las ciencias de las conveniencias... pero no fue el único, muchos otros hallaron pistas definitivas de los ecos civilizadores de aquellos atlantes y de los otros lemures. La lava que emergió del mar transformó en vapores al ideario de aquel tiempo que no volvió a ser, produciendo una profunda depresión social en los grupos que sobrevivieron a la calamidad... Los años han transcurrido sumando versiones y elucubraciones a un suceso cierto, genuino, común a la historia de las permanencias y reñido con la historia oficial que nos ofrece la inconsciencia medieval. El hombre no puede ni debe jugar a inventarse a sí mismo... esa es la moraleja de esta historia. Tal lo indicado en los legados bíblicos manipulados, cuando el hombre se acerca al árbol del verbo de su vida con intención de tomar por asalto el sentido esencial del propio verbo, de sus brotes y sus ramas, de sus raíces y sus savias, la luz se encarga de convertir los destinos en renovadas tinieblas que dan lugar a un nuevo amanecer. El hombre depende y se debe a los sueños de su gracia y sólo de ella... el tiempo que recibe es apenas un destello de eternidad respirable para que descubra el sentido que pretende de sus capacidades como espíritu, pero al mismo tiempo no tiene potestad sobre nada de lo que existe ni tampoco sobre aquello que se le concede para su tránsito. Ésa es ley en el universo visible y en los otros paralelos, ya que de no ser así todos los equilibrios estarían comprometidos por intenciones necias y conductas mezquinas. Los códigos de la Tierra reflejan a los otros del Señor, un Señor que supo conceder sus anillos, los que luego fueron retirados hasta la consumación del sexto Sol... 2012 es el año del quiebre, justo donde los ecos ancestrales convergen y se transforman en llamados... 2011 es el año de las señales manifiestas y vaya que lo es. Sólo para espíritus iluminados de inocencias plenas y humildades manifiestas... Marzo 14, 2011.-
Development research for future impact: Reflections from 2023 Robert S.
McNamara fellows Chiara Casanova December 20, 2024 This page in: English
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https://blogs.worldbank.org/en/developmenttalk/development-research-for-future-impact--reflections-from-2023-ro
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