jueves, 31 de marzo de 2011

DE CONTENIDOS Y ESENCIAS

el dispensador dice: trancurre el día 31 de marzo de 2011, según una curiosa y fallida interpretación del tiempo que hace a conveniencias, situándose lejos de las esencias que dan sentido a la vida humana en la Tierra... ello produce una paradoja que se resuelve en ciclos para regresar a su estado de contradicción... algo que los antiguos sabían bien, y que habían evitado desarrollando estructuras matemáticas apropiadas a los reales tiempos humanos, esos que parten de los nueve meses que dura engendrar un destino y traerlo a los tiempos respirables... lo sabían con precisión mayas-quiché y nubios, tanto como sus anteriores y hasta los anteriores de los anteriores... así es que existe un día terrestre y humano sin tiempo, donde el universo es neutro hacia la vida en el aquí, en este plano, en esta dimensión de las tangibilidades intangibles... así es que los años no son tal se los interpreta desde la óptica gregoriana, antes bien deben corresponderse con los nueve meses del baño de madre, donde las estrellas conjugan el destino del ser que se está formando, acunándolo hacia la eternidad de sus dones y sus talentos que deberán ser expresados por un tiempo, tiempos y la mitad de un tiempo... dicho criterio construye la esencia del cristal y del sentido de los triángulos que precipitan el ideario que ha sido gestado, dándole, confiriendo sentido a las circunstancias que de él devendrán hacia sí mismo y hacia los otros, sus prójimos y los otros ajenos... allí anida el sentido de los anónimos, de los desconocidos que vienen a cumplir sus "hechos" en la Tierra, donde serán finitos por un lapso para luego ser llamados y regresar a la cuna de las infinitudes, donde se cultivan campos de verbos secuenciales... la Tierra conserva el sentido de lo humano, de su espíritu, de su alma, de su aura, y da lugar a los ciclos que comienzan y terminan en un sólo punto de doble lado, el que concluye siendo siempre el mismo e indiviso. Guarda un sentido matemático, otro geométrico, uno musical, otro químico, que hacen a una correspondencia con la gracia que proviene del momento en que se establece la vida como tránsito necesario por un lapso respirable, para un algo que excede el árbol y también el libro donde se inscribe. La trilogía se despierta al unísono, espíritu en su cuerpo, ángel custodio y consciencia, regresan en la vigilia a ser una sola entidad... el objeto de los tres es honrar la vida, algo muy distinto a vivir, a pasar, a estar de paso... honrar la vida es honrar valores... honrar palabras... honrar las gracias concedidas y también aquellas pedidas y que no lo fueron (concedidas) por motivos que están lejos de la comprensión humana y que hacen a la esencia cosmogónica del universo, algo que existe sólo para los ojos humanos de un tiempo, no más allá, tampoco más aca. En esta hora donde las ventanas portalinas comienzan a destellar y a manifestar su presencia, es necesario saber que el cordón umbilical cósmico une al alma con el espíritu partiendo desde la frente y recorriendo distancias imposibles hasta alcanzar el estadio de las resonancias sinfónicas, un espacio de cielo previo al paraíso. Los portales se aparecen ante el hombre como aire que hierve delante suyo, aire que llama, que tiene voz como para reclamar, pero simultáneamente tiene luz para envolver y cobijar... aquello que parece hervir en realidad comunica al alma en el cuerpo con su espíritu, y a éste con su superior, el santo, dejando un canal cierto por donde aquella alma desciende a vivir o regresa a ser verbo consecuente. La tierra se verá envuelta en luz y el aire hervirá como jamás se ha visto en los SOLES anteriores, luego de ello nada volverá a ser igual... entréguese el alma a su espíritu, haga lo propio éste a su consciencia, este es tiempo del 4-ESPÍRITU, y será llamado sexto SOL según lo estipularon nuestros propios ancestros al concedérseles la Tierra... gloria de glorias a dicha gracia, hoy ignorada. Pasarán otros 26 mil años hasta el séptimo SOL, y ése será 4-LUZ... y ya no guardará la vida tal se la conoce hoy. Marzo 31, 2011.-
"... aquello que crees piedra, roca inmóvil, testigo inerte de los tiempos respirables, cobija en realidad un espíritu ancestral que observa los "momentos", sus sentidos y sus esencias. La puerta que se abre amerita entrar en ella... así como la escala que se asciende merece subirla para no regresar el alma ni tampoco la mirada de aquel tiempo".

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