martes, 3 de mayo de 2016

NADIE ES NORMAL ► La salud mental y lo irreparable de las reparaciones post-coloniales >> África no es un país >> Blogs Internacional EL PAÍS

La salud mental y lo irreparable de las reparaciones post-coloniales >> África no es un país >> Blogs Internacional EL PAÍS

Lola Huete Machado

África no es un país

"Salvo por el nombre geográfico, África no existe", decía Ryszard Kapucinski. Y sí, desde Europa, acostumbramos a simplificar su realidad hasta hacerla una y pobre, catastrófica y dependiente. Pero África es un continente: 55 países, mil millones de personas, multiplicidad de mundos, etnias, voces, culturas... África heterogénea y rica contada desde allí y desde aquí. Un blog coral creado y coordinado por Lola Huete Machado.

SOBRE LOS AUTORES

Lola Huete MachadoRedactora de El País y El País Semanal desde 1993, ha publicado reportajes sobre los cinco continentes. Psicóloga y viajera empedernida, aterrizó en Alemania al caer el muro de Berlín y aún así, fue capaz de regresar a España y contarlo. Compartiendo aquello se hizo periodista. Veinte años lleva. Un buen día miró hacia África, y descubrió que lo ignoraba todo. Por la necesidad de saber fundó este blog. Ahora coordina la sección Planeta Futuro.
Chema CaballeroChema Caballero. Llegó a África en 1992 y desde entonces su vida giró en torno a sus gentes, su color y olor, sus alegrías y angustias, sus esperanzas y ganas de vivir. Fue misionero javeriano y llevó a cabo programas de educación y recuperación de niñ@s soldado en Sierra Leona durante dos décadas, que fueron modelo.
José NaranjoJosé Naranjo. Freelance residente en Dakar desde 2011. Viajó al continente para profundizar en el fenómeno de las migraciones, del que ha escrito dos libros, 'Cayucos' (2006) y 'Los Invisibles de Kolda' (2009), que le llevaron a Marruecos, Malí, Mauritania, Argelia, Gambia, Cabo Verde y Senegal, donde aterrizó finalmente. Le apasiona la energía que desprende África.
Ángeles JuradoÁngeles JuradoPeriodista y escritora. Trabaja en el equipo de comunicación de Casa África desde 2007. Le interesa la cultura, la cooperación, la geopolítica o la mirada femenina del mundo. De África prefiere su literatura, los medios, Internet y los movimientos sociales, pero ante todo ama a Ben Okri, Véronique Tadjo y Boubacar Boris Diop, por citar solo tres plumas imprescindibles.
Chido OnumahChido Onumah. Reputado escritor y periodista nigeriano. Trabaja como tal en su país y en Ghana, Canadá e India. Está involucrado desde hace una década en formar a periodistas en África. Es coordinador del centro panafricano AFRICMIl (en Abuja), enfocado en la educación mediática de los jóvenes. Prepara su doctorado en la Universidad Autónoma de Barcelona. Su último libro se titula 'Time to Reclaim Nigeria'.
Akua DjanieAkua Djanie. Así se hace llamar como escritora. Pero en televisión o en radio es Blakofe. Con más de tres lustros de carrera profesional, Akua es uno de los nombres sonados en los medios de su país. Residente en Reino Unido, fue en 1995, en uno de sus viajes a Ghana, cuando llegó su triunfo televisivo. Hoy vive y trabaja entre ambos países. La puedes encontrar en su página, Blakofe; en la revista New African, en Youtube aquí o aquí...
Beatriz Leal RiescoBeatriz Leal Riesco. Investigadora, docente, crítica y comisaria independiente. Nómada convencida de sus virtudes terapéuticas, desde 2011 es programadora del African Film Festival de NYC. Sissako, Mbembe, Baldwin y Simone la cautivaron, lanzándose a descubrir el arte africano y afroamericano. Su pasión aumenta con los años.

mapa de África


La salud mental y lo irreparable de las reparaciones post-coloniales

Por:  03 de mayo de 2016
Lo irreparable como parte de la reparación. Algo así como una ayuda bienpensante y ajena como parte de la incompresión del colonizador. Traer conceptos racionales para parchar daños que no se expresan conscientemente, ni jamás lo harán. Aportar moldes de la cultura médica del siglo XIX para curar heridas africanas de contornos que no encajan en los límites del cientificismo racionalista.
La razón, nuestra razón post-industrial positivista, está llena de lagunas de insensibilidad y de oxímoron. El oxímoron es esa estructura sintáctica de dos palabras o expresiones de significado opuesto que, según la Real Academia Española, "originan un nuevo sentido". La RAE pone como ejemplo el "silencio atronador" y a nosotros, a partir de la indagación del artista argelino Kader Attia se nos ocurre otro: "la cura patológica".
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'Chaos-repair' ("Caos-reparación"), una obra de Kader Attia.
Los oxímoron de la razón de Kader Attia es una obra-ensayo, una instalación hecha de videorreportajes que puede verse en estos días (hasta el 8 de mayo) en las cisternas de la Koutoubia de Marrakech (Marruecos), integrando la programación de esta edición de la Biennale de Marrakech. La librería, que fue premiada en la última Bienal de Lyon (Francia, 2015), consta de dieciocho piezas de video de veinte minutos cada una, de profundas reflexiones de expertos y conocedores de la psicología social de las sociedades que padecieron la 'protección' de los 'civilizadores' sobre todos los aspectos de la vida cotidiana.

Kader Attia trabaja habitualmente en las ramificaciones del colonialismo europeo en África y las reinterpretaciones en la cultura contemporánea de las sociedades que lo sufrieron. Este artista francés de origen argelino (y residencia en Berlín) viene preguntándose cómo las reglas asociadas a la modernidad estética eruropea han sido apropiadas por el colonizado. Y, en fin, trata de reconstruir las partes faltantes de la "narrativa canónica de la modernidad" y hacerlas visibles, agregándoles el sentido de los márgenes. Así, del 3 al 10 de mayo estará presente también en la Bienal de Arte Contemporáneo Africano de Dakar, Senegal (museo de l'Ifan, Dakar).
En Los oxímoron de la razón, un tratado sobre la locura y las locuras del reduccionismo, o la cordura como posibilidad sincrética y de respeto por todo lo que de desconocido tiene el alma y las culturas, Attia indaga en los conceptos psiquiátricos a partir de las patologías occidentales y ligados a temas como 'Genocidio', 'Tótem y fetiche', 'Razón y política' o 'Trances'. Investiga, de la mano de filósofos, etnólogos, historiadores, psicoanalistas, musicólogos, pacientes, curanderos, griots o narradores orales, acerca de cómo son percibidas esas 'patologías' en las sociedades no occidentales. Attia lleva la reflexión al cruce de las explicaciones racionales con las representaciones irracionales, y topa casi indefectiblemente en la ambivalencia de lo irreparable en la reparación... O "la natural ambivalencia del progreso histórico que puede verse como un proceso de perjuicios y reparaciones que deja huellas en la psicopatología social".
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Fotograma de una de las piezas que componen la instalación 'Reason's oxymorons' de Kader Attia.
Es una de esas obras manantial que nos mantienen atentos durante dos o tres horas, porque cada palabra está justificada, cada imagen nos dispara nuevas preguntas en direcciones inéditas, de verdadero encuentro con 'el otro'. Por ejemplo, podemos poner en cuestión la palabra escrita como fuente única de saber frente a la cultura oral de transmisión ancestral, en África. O acercarnos a la idea de la búsqueda de un equilibrio entre el individuo y el grupo, porque el grupo siempre sostiene al individuo y el ancestro es una figura omnipresente en África (aunque también hay necesidad del testimonio individual). O aprender de la capacidad de adaptación, perder la rigidez de ser una u otra especie y reconocer el lugar subjetivo del hombre en relación con un entorno en el que el pasaje de árbol a animal o a hombre es mucho más natural y fluido.
¿Qué es el yo, o el ego, en cada cultura? Hay en wolof una palabra que podría aludir al inconsciente de Freud, porque refiere a una fuerza superior. ¿Son susceptibles de ser traducidos los conceptos de cada cultura?
La misión: alejarse un poco de este dualismo en el que nos hemos criado en Occidente, el de la tajante separación entre lo material y el espíritu.
En la librería escuchamos a los psiquiatras y psicoanalistas buscar alianzas entre las terapias occidentales y los rituales tradicionales y religiosos. O entre el modo en que el hombre occidental construye su relato de vida y el cuento, como dos maneras de asumir el trauma. Porque lo inconsciente no siempre se vuelve consciente pero se actúa sobre las proyecciones, sobre lo simbólico. De ahí la etnopsiquiatría que, en palabras de un especialista, procura que nos olvidemos de los libros para entrar en el mundo auténtico de cada paciente. 
En nuestra civilización de certezas tecnológicas, ¿habría que "reintroducir el no saber" como objeto de análisis? Es verdad que a este mismo lado del mundo, cuando una patología se alarga y escasean las explicaciones, hasta los intelectuales van a los curanderos.
En Angola, Malawi, Ruanda, la República Centroafricana y Senegal, la existencia es mucho más importante que lo que está en el  papel.  Podemos usar el psicoanálisis para analizar procesos pero no para recolectar el material, explican los terapeutas. Sin embargo, hay prácticas no escritas que son casi sesiones de psicoanálisis, que se basan en escuchar y dejar que el paciente se interprete. Luego están los migrantes y su necesidad de explicar esos otros mundos en una lengua extranjera.
Entonces, ¿hay conceptos que solo son europeos? ¿hay una transmisión física de las experiencias traumáticas de una sociedad? ¿cómo se deviene un ancestro? Attia procura acercarnos a  esa otra orilla de la sensibilidad humana.

el dispensador dice: no, no querido, no te la creas... nadie en sus cabales es normal... no hay fórmulas para determinar dónde queda la normalidad... no hay ecuaciones que la evoquen ni tampoco que la despejen... no hay reglas ni humanas ni vegetales, y cuando te digo humanas te digo animales, porque al fin y al cabo eso es lo que somos, una especie más dentro de la animalada, asumiendo que los animales son más ecuánimes que los humanos, porque entre ellos no hay ni miserables ni mezquinos, mucho menos hipócritas y cínicos...

supe que era loco desde pequeño... alguien me lo supo recitar entre sueños... porque la realidad de cada quien depende de sus circunstancias, pero además depende, simultáneamente de sus perspectivas, y éstas últimas de sus geometrías, y a su vez, éstas de los ángulos donde te paras para ver pasar tu vida... y me considero loco porque siempre me gustó ver más allá del horizonte, adelantándome dos o tres mañanas, viéndome muerto después de haber andado descalzo, viéndome laboreando entre surcos mientras unos desfachatados iban arrancando mis brotes para calmar sus ansias de poseer lo que habían envidiado... y me reí para mis adentros, a sabiendas que estaban perdidos, que ellos que se vendían como normales, no eran más que forajidos... y a estas alturas te diré que me gusta ser loco y estar envuelto en mis locuras, porque gracias a ellas he vivido, dándome cuenta que la historia es una mentira que destruye a quienes en ella han creído... sólo ancestros hablan al oído, y contribuyen a que la consciencia sea ángulo en un plano sin sentido... cuando vas en contra de los sentimientos que has sentido, terminas traicionándote a tí mismo, denigrando tu gracia y deshonrando la vida que te concedieron para ser tú mismo...

sería insoportable ser normal, pero mucho más sería si te lo creyeras... lo cual no significa que no seas capaz de tener al menos un don y al menos un talento... la sapiencia toma forma cuando se deforma con el viento, aprendiendo que lo que no es maleable se quiebra estallando como cristales de hierro... ¿quien puede ser masa sin tomar consciencia de su propio peso...?... ¿liviano o denso?... prefiero volar antes que me empujen a un infierno que no sea el propio, el mío, el que me he fabricado mientras me mentían vistiéndome de olvido... mientras me omitían apropiándose del esfuerzo sometido al frío... mientras me envolvían con palabras vacías chupándose la esencia de la voluntad que había construído... y al verme loco y sin nada, regresé a mí mismo, y me descubrí solo y aguardando por ser yo mismo...

desde entonces visto la locura como si tratase de mi mismo... estoy orgulloso de lo andado, y de haber sido un anormal respetándome a mi mismo... habiendo sido fiel a mis convicciones y habiendo honrado la consciencia que me alguien me dio, que me fue concedido... y he sido feliz, vaya que lo he sido!... cuando me di cuenta que la soledad que me vendieron, se había convertido en silencio respetándome a mi mismo... y no he regresado la mirada, y tampoco he vuelto a ser el mismo... ahora tengo desierto propio, y hago caravanas de vacíos de aquellos que creen conocer la vida sólo cuando hacen turismo. MAYO 03, 2016.-

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