Siete libros de esta semana
Elvira Lindo, Guillermo Arriaga y Hannah Arendt, entre los autores destacados
Espejo ominoso Hay obras cuyo misterio se proyecta a través del tiempo, poniendo en evidencia a quienes, aposentados en la atalaya de su arrogancia crítica, las condenaron de forma expeditiva, sin atrapar siquiera los niveles más superficiales de su enigma. Es oportuno recordar el caso de Vértigo (1958), de Alfred Hitchcock, juzgada con muy escasa perspicacia por las voces dominantes de la crítica anglosajona del momento: “Habilidad técnica explotada para embellecer pura escoria” (Saturday Review), “exagerado sinsentido” (The New Yorker), “(Hitchcock) se está repitiendo en cámara lenta” (Sight and Sound), tal y como recordaba Peter Matthews —crítico que vivió su personal camino de la desafección a la epifanía— cuando Vértigo desbancó a Ciudadano Kane (1941) en el canon elaborado por el British Film Institute en 2012. La crítica francesa y Guillermo Cabrera Infante, cuyo análisis de la película —En busca del amor perdido, publicado el 15 de noviembre de 1959— sigue asombrando por su minuciosidad, tuvieron mejores reflejos. Por JORDI COSTAIr a noticia
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