el dispensador dice: te encuentras, te desencuentras, sólo consigues abrazarte cuando te despegas de aquellos que te envenenan... sea por intencionalidad, por excusa o por envidia adherida a frustración y pena... pero la vida va madurando, haciendo que te des cuenta... quien te usa... quien se abusa... quien te humilla... y quien se brinda sin poner condiciones, a mano abierta, amasando la necesidad del afecto puente... seguramente, donde sobran palabras, habrá carencia de hechos... seguramente, donde sobran la excusas, habrá excedente de culpas... seguramente, donde sobran los desprecios, habrá abundancia de reclamos y un asalto sistemático a la voluntad y el esfuerzo (ajenos)... y se va separando la paja del trigo... porque reconoces quien habla de solidaridad haciendo culto al cinismo... porque reconoces quien habla de misericordia haciendo culto a la hipocresía... porque logras discernir quien habla de compasión a efectos de obtener su propia absolución... y poco a poco, descubres quien amasa las harinas aglutinando sus odios... y lentamente, descubres quien promete lealtad a cosas en las que no creen ni admiten... y así como así, descubres que cuando las miradas se ahuecan, ya no eres afecto sino que te has transformado en presa...
cuesta darse cuenta... y dicha toma de consciencia siempre ocurre ante la inmensidad del horizonte distante, y el dominio supremo del "verbo" en su naturaleza... porque de pronto te sabes en soledad, y a salvo mediante silencios... allí donde se conjugan alma y espíritu... allí donde convergen ángel y consciencia... allí donde se junta el karma con la memoria del "sí mismo"... y justo en ese punto, entiendes que perteneces al suelo que pisas, perteneces al aire que respiras, perteneces al agua que bebes, perteneces al fuego que te calienta... perteneces, porque nada te pertenece... lo más efímero pertenece a lo menos efímero... lo más finito pertenece a lo infinito... y al estar de paso, entiendes que la "finitud" es importante a la calidad y la condición del alma...
comprendes que el todo que te rodea, también te cobija... que debes romper cadenas y adentrarte en la duda que te acompaña, a sabiendas que no encontrarás respuestas, al menos no las que esperas, y que sí llegarán otras, que seguramente no has tenido en cuenta... que no eres coto de caza de nadie... y que nada ni nadie te pertenecen... y que eres libre si quieres serlo... y que eres idea si quieres pensarte... y que eres paz sólo si ésta anida en tu ser, en la esencia del espíritu...
Carmen Sedemiuqse Esquimedes
el rayo de luz no te toca, te atraviesa creando un marco celestial donde estás salvo de la humanidad sin tierra... y si observas con detenimiento, bajo tus pies no hay huella... y si observas con recogimiento, detrás de tu espalda no hay sombra... la aceptación del devenir se proyecta por fuera de las circunstancias y más allá de los momentos... algunos hablarán de resignación... otros de sometimiento, cuando la excusa se vuelve argumento, lo que se licuan son los sentimientos...
emanan escenarios donde los mensajes ingresan por cientos... debes desmenuzar uno tras otro... para comprender lo que traen a tu espacio así como a tu tiempo... no puedes apresurar lo que sucede, porque está exento de destinos ajenos... debes hacer la tarea en silencio... no se comparte la bendición...
a medida que te acercas el entorno se va desenvolviendo, aquello que parecían puntos, ahora tienen entidad y presencia que hacen a la vigencia de la idea dentro de tu propio pensamiento...
la vida está sucediendo a través de ti, cuando en verdad creías estar en movimiento... y de repente la soledad, y de repente el silencio... has superado tu propia prueba, sólo si has entendido cuál es el rol que cumplen los vientos. FEBRERO 26, 2017.-
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