IN MEMORIAM
María Teresa Castells, la librera amiga
Su familia simboliza como pocas la pluralidad de la sociedad vasca
María Teresa Castells en la librería Lagun de San Sebastián. JESUS URIARTE
María Teresa Castells Arteche, fundadora de la librería donostiarra Lagun (palabra que significa “amigo”), símbolo de la resistencia antifranquista, falleció este domingo en su ciudad a los 82 años, uno después de que lo hiciera su marido, Ramón Recalde, con quien compartió durante más de medio siglo vida y vicisitudes, incluyendo detenciones durante la dictadura y persecución de ETA y sus cachorros en la democracia.
La familia de María Teresa simboliza como pocas la pluralidad de la sociedad vasca y relativiza la idea nacionalista de la identidad nacional de los individuos como algo inmanente que se transmite de generación en generación. Su padre, el notario Miguel Castells Adriansens, fue presidente de Democracia Cristiana Vasca, el partido de Ruiz Giménez, y candidato electoral en 1977. En sus memorias, Recalde recuerda la veneración con que, estando en prisión, se le acercó un preso común al enterarse de que estaba casado con la hija de un notario. “Vaya braguetazo”, le soltó. Pese a haber combatido en el bando franquista de la Guerra Civil, el notario fue juzgado por el Tribunal de Orden Público en 1968 por desacato a la autoridad. En un recurso posterior el Supremo apreció en su actitud un “atenuante muy cualificado de arrebato u obcecación”.
El primogénito del notario, Miguel Castells Arteche, fue abogado de Herri Batasuna, y el siguiente de la saga, José Manuel, militó en Euskadiko Ezkerra. El menor de los hermanos, Luis, es historiador y miembro del grupo Valentín de Foronda, que trabaja en la restauración de la verdad respecto a los años de plomo de ETA.
Fragmentación política
La fuerte fragmentación política del País Vasco hace que sean frecuentes las familias en las que conviven o malviven sujetos de ideologías enfrentadas. Algo que viene de lejos. Un hermano del general carlista Tomás de Zumalacárregui fue diputado liberal en las Cortes de Cádiz y ministro de Justicia. Y un hermano del fundador de ETA José Luis Álvarez Emparantza fue concejal de San Sebastián por Guipúzcoa Unida, marca electoral de Alianza Popular en ese territorio. José Miguel Beñarán, alias Argala, miembro del comando que asesinó al almirante Carrero Blanco, se consideraba hasta los 17 años, según su propio testimonio por escrito, un “patriota español”, lo que era motivo de discusión con su padre, simpatizante del PNV.
Las paradojas de la política vasca podrían resumirse en este dato: la librería de María Teresa fue uno de los seis comercios de la parte vieja de San Sebastián que cerraron sus puertas en septiembre de 1975 en protesta por las últimas ejecuciones del franquismo; unos años después, Lagun fue uno de los seis comercios del barrio que se negaron a acatar la orden de cierre decretada por los piquetes abertzales para denunciar la muerte de un terrorista al que le explotó la bomba que se aprestaba a colocar y hacer estallar.
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