La belleza desnuda de Madrid
El fotógrafo Nacho Gil retrata en 'Flâneur' la cotidianeidad de las personas que habitan la ciudad
La belleza desnuda de Madrid
El fotógrafo Nacho Gil retrata en 'Flâneur' la cotidianeidad de las personas que habitan la ciudad
No había estampa en la Francia del siglo XIX que no mostrará la figura del flâneur, un personaje creado por el poeta Charles Baudelaire que, con su traje y su bombín, deambulaba por las calles parisinas sin rumbo fijo y abierto a cualquier vicisitud. Lo que en castellano puede traducirse como “paseante”. Y en un flâneur se ha convertido el fotógrafo Nacho Gil tras años recorriendo las aceras de Madrid con su cámara y que ahora publica su segundo libro de fotografías que lleva por título este mismo término. “El personaje consigue pasar inadvertido entre la multitud mientras observa todo y a todos, eso es lo que trato de hacer yo con mi cámara, pasear entre la gente sin que me vean y captar la naturalidad del momento”, cuenta Gil, quien también ha ido publicando estas imágenes en su página de Facebook, Madrid Street Photography.
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Un total de 50 fotografías en blanco y negro componen Flâneur. Imágenes que muestran lo simple, aquello que tiene lugar en los barrios y que muchas veces no vemos por culpa de la cotidianidad. El resultado de todas esas caminatas fueron más de 15.000 instantáneas. Gil asegura que lo más duro fue el proceso de selección: “Acabas contaminado de ver tus propias fotografías y necesitas ayuda para elegir las mejores”. Flâneur es un proyecto, según su autor, “más íntimo y humano” que el anterior, Callejeando Madrid, publicado en 2014. “Aquel estaba más enfocado a los paisajes y los edificios de la ciudad, eran imágenes en color”, aclara Gil. Y añade: “Este último habla de las personas que habitan Madrid”. Un libro únicamente de imágenes, sin pies de foto. “Quiero que la persona interprete las fotografías sin ningún tipo de intermediación por mi parte; lo único que encontrarán es un fragmento de Baudelaire que explica la figura del flâneur”, explica el autor.
Armado siempre con una cámara pequeña y una lente fija de 35 milímetros, Gil confiesa que, después de todo este tiempo, ya no sabe salir a la calle sin la mirada de fotógrafo. “Mi manera de interactuar con la ciudad ha cambiado, observando todo y buscando siempre esa cara, ese gesto, esa situación… Camino atento escuchando las conversaciones a mi alrededor, me interesa ese lado antropológico de la ciudad”. Y añade: “Al hacer estas fotos me cuestionó qué es lo que me ha llamado la atención de esas personas”.
De Madrid dice haber aprendido a mirarla con otros ojos, de una forma más pausada. “Solo así puedes apreciar todo lo que hay en ella: la vida comunitaria de sus barrios y sus personajes”, dice el autor, que cree que la capital da para muchos libros de fotografía, pero que no es fácil publicar debido al alto coste que implica. Flâneur, que se puede adquirir en la librería Nakama (calle Pelayo, 22), vio la luz gracias al micromecenazgo a través de la plataforma Verkami, al igual que Callejeando Madrid. Los beneficios serán donados a la organización Kamikazes de la Imagen para la realización de un taller de fotografía dirigido a personas con discapacidad intelectual, en el que el propio Gil colaborará como voluntario. Su etapa como flâneur no ha terminado, aunque confiesa que ahora deambula por la ciudad con menos frecuencia. De momento, quiere seguirle la pista a otros fotógrafos de Madrid y, en un futuro no muy lejano, sumergirse en un proyecto colectivo de fotografía
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