Anoushka Valencia Zoroza
Maico Arnalz
el dispensador dice: puedes engañar a otros, pero no puedes engañar a tu consciencia... puedes engañar a los prójimos, pero no puedes engañar a tu ángel de la guarda... puedes engañar a los otros humanos, pero eres incapaz de engañar a tu alma... puedes engañar a los demás, pero no tienes posibilidad de engañar a tu espíritu... consciencia, ángel, alma y espíritu conforman una geometría que da testimonio de tus huellas y tus sombras, siempre...
puedes mentir a otros, pero no puedes mentirte a ti mismo, ni aún empecinándote en hacerlo... puedes mentiras a los prójimos, pero no tienes cómo ocultar la estela de la mentira que se pronuncia, la siguiente que se estampa, la próxima que te anula... y aún cuando te convenzas que dichas mentiras forman parte de tu verdad, sólo estarás atado al escenario ficticio de una realidad virtual que sólo pesa, inmovilizando el destino que portas...
la vida no puede encadenarse, porque fluye por sí misma atravesando el destino de cada quien... ésa es su consigna... cada giro guarda su pregunta y cada espacio contiene una respuesta... al final de cada vida, acumulas más preguntas que respuestas, porque lo que necesitas saber, reconocer, comprender, entender, discernir, descifrar, reside en las preguntas y no en las respuestas... ya que las primeras son esencia de tus causas, y las segundas dependen de las perspectivas que interpretan los ángulos del espacio-tiempo... entonces las preguntas te pertenecen así como tú perteneces a ellas, no así a las respuestas, que varían según el momento de la visión al recibirlas...
no puedes encadenar la risa... tampoco puedes encadenar la lágrima... cada emoción conserva una sonrisa, que sólo tú conoces... aún en el llanto más amargo...
luego, la eternidad no guarda pasado...
más tarde, la eternidad no se ubica dentro de ningún futuro...
porque el presente no es eterno, escurriéndose entre las fisuras de un tobogán que te transporta mientras respiras...
sólo la conjunción de consciencia, ángel, alma y espíritu dan forma a tu ser, lo que eres, de cara a la eternidad que no entiendes... y lo que eres confiere color a tu aura... pero eso que eres, forma de tu karma, un estirpe que está aún cuando lo niegues, un linaje que no se borra porque está inscripto en el árbol de la vida, y escrito en el libro de la vida... y entonces, no puedes desprenderte de la conjunción, porque eres ésa conjunción, y ninguna otra... pudiendo desprenderte de un cuerpo transitorio, pero no de las esencias que sellan lo que eres...
puedes besar la alegría del instante de cara a la eternidad que se desplaza a través de tu tiempo...
puedes, incluso, besar la lágrima que recorre tu mejilla mientras la emoción ahoga un rastro de aquello que no ves, no comprendes, pero que te incluye en la letanía del después...
todo suele ser sencillo, pero el ego lo transforma en algo denso... pesado... complejo... embarrado... pegajoso... que te va paralizando a medida que el ego crece por sobre la conjunción de consciencia, ángel, alma y espíritu... respiras, entonces, pero aún creyendo caminar estás inmóvil... respiras, sueñas, pero no sabes cuáles son las enseñanzas de los sueños... respiras, sumas circunstancias, pero ellas se evaporan antes que te des cuenta del rol jugado en ellas... entonces lo sencillo se vuelve inexplicable, y lo inexplicable se torna confuso, hasta sumergirte en la frustración de las dudas en sumatoria...
la vida es un fluir... cuando te encuadras en tu propia represa, la misma no te protege, por el contrario, te condena... porque dejas de fluir...
así como no puedes detener los giros de la Tierra que te contiene, tampoco puedes ocultar la luz del SOL, y ni siquiera puedes evitar que la vida fluya, aún impidiéndoselo... y luego del impedimento, en algún momento vendrá el desborde... y éste se convertirá en la revelación del tiempo gastado, del otro perdido, del siguiente extraviado...
la vida, de cada ser humano, fluye en un lapso determinado, que no tiene antes ni después, produciéndose sólo cuando el sello de la frente así lo indica... por consiguiente, es necesario fluir como el agua de un arroyo... ya que el presente no refleja pasado alguno... ya que el presente, no brinda atisbos de futuro alguno... porque la vida es una sucesión de presentes donde el resultado está en la pregunta que no puede ser respondida... ya que de ella se nutre el karma que crees que no existe. SEPTIEMBRE 13, 2017.-
la sapiencia del viaje consiste en tomar lo que te llega y atesorarlo en el espíritu... grabarlo en el alma... estamparlo en la consciencia... compartirlo con tu ángel... ya que todos, se alinean en tu karma... y lo que te sucede, lo que te alcanza, escrito está...
no todos los molinos son intérpretes del viento...
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