Tristeza ‘millennial’ en la Alemania de Merkel
La escritora Ronja Von Rönne se ha convertido en icono para sus jóvenes compatriotas con su blog y su última novela, 'Ya vamos'
Madrid
La escritora Ronja Von Rönne, en una foto de promoción.
Angela Merkel tiene todas las papeletas para ganar las elecciones alemanas del próximo 24 de septiembre. Es la favorita en las encuestas y ha conseguido seducir incluso a los más jóvenes. Sus apariciones con youtubers en la televisión germana no han sido un disparo al aire.
Ronja Von Rönne (Berlín, 1992) es una escritora que se ha convertido en los últimos tiempos en un icono para los jóvenes alemanes con sus textos en su blog (Sudelheft), su columna en el periódico Die Welt y con su última novela, Ya vamos, de próxima aparición en España editada por Alianza. Y refleja con claridad este sentir con respecto a Merkel, de la que escribió en julio en Die Welt que era como “una monarca” con la que había vivido la mitad de su vida. “La gente parece estar anhelando la estabilidad que ella ofrece. Y es una buena canciller, a pesar de que no comparta sus opiniones políticas. No se lo tiene creído, es modesta, comprometida y diplomática”, reconoce sin tapujos a El País.
Von Rönne es un ejemplo de la generación millennial en todo el mundo: aborda cuestiones como las 10 razones para ligar una noche, el feminismo actual –un tema del que no quiere volver a hablar tras la polémica desatada cuando manifestó que no se consideraba feminista-, las relaciones poliamorosas o la tristeza por ese mundo de oportunidades que parece no ser tal en los países más desarrollados. Un halo de melancolía en el que también subyace la ironía, la acidez y cierto cinismo. Y, por supuesto, también le aburre que se hable y se escriba tanto de su generación: “Me parece estúpido. Lo que nos distingue de otras generaciones no es más que el presente en el que vivimos. Y también lo compartimos con los que tienen 50 años. A mí abordar este presente me resulta más interesante que los problemas que puedan tener la gente que está en la veintena”, reconoce.
Este presente es el que emerge en la novela Ya vamos, la historia de Nora, una chica de su edad que tras la muerte de su mejor amiga decide irse a la playa con otros tres amigos con los que comparte una relación sexual a modo de cuarteto. Y hay sexo, pero no se destila de forma explícita, pese a que el título original, Wir Kommen, también podría traducirse como Nos corremos. “En realidad, no me di cuenta de la alusión sexual hasta que me lo dijeron. De todas formas, mientras mis padres vivan no voy a escribir sobre sexo porque me causa mucha vergüenza. Aun así, en el libro hay mucho deseo”, sostiene.
Eso parece ser lo que envuelve toda la novela: la necesidad de sentir algo, con relaciones de todo tipo, más allá de una profunda tristeza y desesperanza. Estos veinteañeros no se lo pasan bien y Von Rönne lo extiende a sus coetáneos reales. “Quizá para nosotros es más fácil ser infelices. Tenemos muchas más oportunidades, y también la presión de sacarles más partido. Y nos surgen preguntas: ¿por qué no voy a estar con esta persona? ¿Y si soy más feliz también con aquella?”, intenta explicarse. A esto suma el aburrimiento. Los personajes se aburren constantemente. No encuentran nada ilusionante y hasta rompen sus iPhones e iPads para conseguir algo que trastoque su tedioso mundo. “Quizá es que yo soy una persona aburrida. También el todo se parece a una ‘nada’ cuando uno se siente realmente infeliz. Creo que es un error pensar que el crecimiento eterno, en ir más riqueza y tener más posibilidades te hace realmente ser más feliz y nosotros estamos continuamente recibiendo ese mensaje”, reflexiona.
Un rechazo en el que también incluye a la literatura alemana más internacional, la que habla de la RDA, de la Segunda Guerra Mundial y los nazis. “Es un poco molesto, pero también es quizás debido a nosotros. Son los libros que siguen ganando los grandes premios”, manifiesta. Ella va a seguir escribiendo en un blog o donde sea, porque le encanta "dar la lata”. Y mientras, lo más probable es que Angela Merkel siga formando parte de su vida.
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