Wang Zhaojun, princesa de los Xiongnu
Wang Zhaojun, una de las cuatro bellezas de la antigua china, fue enviada hace 2000 años a casarse con el rey Chanyu de los Xiongnu —un pueblo nómada del norte de China—, dentro de la costumbre de concertar matrimonios políticos interétnicos en las zonas fronterizas
A lo largo de la historia china, se ha prestado mucha atención a la estabilidad, la construcción y el desarrollo de la zona fronteriza. Por este motivo se han hecho enormes esfuerzos en dichos aspectos. Algunos de los grandes soberanos y cortesanos dejaron tras de sí muchas leyendas sobre la defensa de la patria y la creación de las fronteras. Dentro de las mismas, encontramos conmovedoras historias sobre mujeres de la antigua China. Una de las bellezas de la dinastía Han fue Wang Zhaojun (王昭君).
Durante la dinastía Han, para impulsar el fortalecimiento de la comunicación cultural y la integración entre los pueblos de dichas zonas, casaron a muchas mujeres de la realeza o de la sociedad civil con habitantes de las regiones de las minorías étnicas. Esta costumbre, que consistía en que las autoridades seleccionaban a mujeres de la etnia Han para que se casaran con hombres pertenecientes a minorías étnicas asentadas en las zonas fronterizas, recibió el nombre de “parentesco armonioso” (和亲, héqīn). Dicha práctica continuó hasta la dinastía Tang (唐, 618-907) y se volvió a implantar durante el período Qing (清, 1644-1911).
Según los registros históricos, solo en los primeros años de la dinastía Han (汉, 206 a.C-220 d.C.) casaron a nueve mujeres de diferentes clases sociales con hombres de las regiones de las minorías étnicas. Wang Zhaojun fue una de ellas, y aunque fue la última en desposarse, fue la más famosa y, por ende, se convirtió en símbolo de solidaridad, integración y buena voluntad.
Wang Zhaojun nació en el seno de una familia normal y corriente de Baoping (en la actual aldea Zhaojun, del distrito Xingshan, provincia de Hubei) en el año 52 a.C. Este pueblo, con un bosque frondoso y rodeado de arroyos de cristalinas aguas fue también el lugar de nacimiento del gran poeta Qu Yuan (屈原). Wang nació en la época de más esplendor de la dinastía Han. Con políticas como el “parentesco armonioso” y la apertura de los intercambios comerciales con las regiones vecinas, las fronteras del norte de China presentaban signos de unidad y estabilidad social. En el año 36 a.C., el emperador Han Yuan (汉元帝) mandó seleccionar a mujeres bellas para complementar el palacio de las concubinas del emperador. Wang Zhaojun, a sus 16 años, ya era una bella mujer con mucha fama. Sus padres no querían que la niña de sus ojos se casara con el emperador. Sin embargo, su belleza alcanzó fama y fue seleccionada oficialmente para ir a la corte. En la primavera de ese mismo año, la joven se despidió de sus padres y se trasladó a Chang’an, actual Xi’an, la capital de la dinastía Han. Cuenta la leyenda que, al entrar en palacio, Wang Zhaojun se negó a sobornar al pintor imperial para que acentuara su hermosura, porque pensaba que era suficientemente atractiva. Como venganza, el pintor le hizo un retrato en el que no reflejaba su belleza y se lo entregó al emperador. Por esta razón, aunque vivió en el palacio imperial durante muchos años, no consiguió ver al emperador.
En el año 33 a.C., Hu Hanye (呼韩邪), chanyu o líder de los Xiongnu en la China antigua, fue voluntariamente a Chang’an para hacerse súbdito del emperador Han Yuan, y pidió casarse mediante el “parentesco armonioso”. El emperador accedió con prontitud a este matrimonio político y decidió elegir a la novia entre las concubinas del palacio imperial. Las damas habían oído hablar de que deberían ir a vivir a un desierto lejano y, por ello, todas intentaron esquivar la propuesta. Tras considerarlo una y otra vez, la joven expresó su deseo de trasladarse al desierto y casarse con Hu Hanye, lo que aprobó el emperador. Se cuenta que, en la despedida, vio por primera vez a Wang Zhaojun y quedó sorprendido por su extraordinaria belleza, puesto que desconocía la existencia de una concubina tan hermosa en su palacio. El emperador incluso se planteó que la mujer se quedara en el palacio, pero esto hubiera hecho perder la confianza del chanyu. El día de la partida, el emperador, acompañado de todos sus cortesanos, fue hasta las afueras de Chang’an para despedirse de la bella Wang Zhaojun. La corte regaló a la nueva pareja 28.000 piezas de tela, 16.000 jin (1 jin equivale a unos 500 gramos) de algodón e incontables piezas de oro y jade. La comitiva nupcial, que partió majestuosamente, tardó mucho tiempo en llegar a tierras de los Xiongnu.
Un año más tarde, Wang Zhaojun dio a luz a un niño llamado Yiduzhiyashi (伊督智牙师) al que otorgaron el título de príncipe Yourizhu. Un año después, en el 31 a.C., Hu Hanye murió a causa de una enfermedad. Wang Zhaojun escribió al entonces emperador de la dinastía Han pidiéndole permiso para regresar a la Llanura Central. Sin embargo, el emperador le respondió: “sigue las costumbres de los Xiongnu”, pidiéndole que respetara las tradiciones de esta etnia y se quedara allí. Tras la muerte de Hu Hanye, su primogénito, Diaotaomogao, fruto de la relación con su anterior esposa, heredó el trono. De acuerdo con los rituales de los Xiongnu, Wang Zhaojun se convirtió en la esposa de este y tuvieron dos niñas que más tarde se casarían con nobles de esa misma etnia. Durante este período, y para apaciguar los sentimientos de Wang Zhaojun, el emperador envió repetidas veces a su hermano a esas tierras para visitarla y sus dos hijas también visitaron Chang’an.
Después de muchos años allí, Wang Zhaojun se fue acostumbrando poco a poco a la vida en las praderas. Empezó a beber leche de oveja y a dormir en las tiendas; aprendió a montar a caballo, a cazar y a hablar la lengua de los Xiongnu. Por supuesto, y como intercambio cultural, también les enseñó chino. Además, participó activamente en la vida política de la etnia. Ejerció un papel muy importante en el establecimiento de la relación amistosa entre este pueblo y el poder central de la dinastía Han. Persuadió a los chanyu para que no iniciaran más guerras contra la Planicie Central. Al mismo tiempo, implementó políticas en las fronteras interiores elaboradas según las leyes y eligió a virtuosos para encargarse de los asuntos más trascendentes. Aprovechó los puntos fuertes de los Han para complementar los puntos débiles de los Xiongnu. Asimismo, transmitió generosamente la cultura de la Llanura Central. Les enseñó a administrar el prado, plantar árboles y flores, la crianza de animales domésticos y la técnica de bordar a las mujeres. Gracias a las contribuciones de Wang Zhaojun, la armonía fronteriza entre los Xiongnu del norte y la dinastía Han, se prolongó durante más de 50 años.
Por desgracia, Diaotaomogao murió a causa de una enfermedad a muy temprana edad y el hijo de Wang Zhaojun fue asesinado en la lucha por el poder entre los chanyu. La pérdida de su marido y su hijo hicieron que nuestra protagonista se sumiese en una inmensa tristeza y pasase el resto de su vida entre lágrimas. En el 19 a.C. y a la edad de 33 años, la soledad y la desesperación acabaron con la vida de Wang Zhaojun.
Para conmemorar su figura, las siguientes generaciones la consideraron una de las cuatro bellezas de la antigua China, junto con Xi Shi, Diao Chan y Yang Yuhuan. En la imagen clásica, Wang Zhaojun lleva una corona de pieles de zorro plateado, viste con una capa roja, abraza una pipa (instrumento de cuerda) y está en la pradera. Cuenta la leyenda que Wang Zhaojun solía tocar “La melodía de la frontera” con la pipa mientras montaba a caballo para exteriorizar su nostalgia. Al oír el sonido de la pipa, las ocas silvestres que volaban hacia el sur contemplaron a la bella Wang durante un largo período hasta que olvidaron agitar sus alas y cayeron una tras otra sobre el prado. Este es el cuento de «Luoyan» (落雁, “La caída de las ocas silvestres”) y se ha convertido en una expresión para elogiar la belleza de alguien.
La iniciativa de esta mujer de firme carácter por casarse con un Xiongnu a sabiendas de que tendría una vida dura, le hizo ganar los elogios del pueblo durante miles de años, por su grandeza y su virtud. A lo largo de la historia, se han escrito más de 700 poemas que hablan de ella y también decenas de novelas y cuentos populares en torno a su figura. En realidad, detrás de dichas leyendas, se refleja la congoja y la fugacidad de su vida. A lo largo de la historia, muchas mujeres de la Planicie Central se casaron con hombres de minorías étnicas. Sin duda alguna, la de Wang Zhaojun es la historia más conmovedora. En sus débiles hombros cargaba el gran peso de la integración y el intercambio entre las regiones y además sufrió una vida plagada de penurias. Por eso su imagen, vestida con una capa roja de pie en el prado, ha permanecido como indeleble huella en la memoria de las siguientes generaciones.
Tumba de Wang Zhaojun en la ciudad de Hohhot
En la actualidad, según los registros históricos y las leyendas populares, la tumba de Wang Zhaojun se encuentra a orillas del Río Negro, al este de Hohhot, en Mongolia Interior. Cuando llega el otoño, todo el prado, excepto su tumba, se tiñe de amarillo… por eso recibe el nombre de «la tumba verde».
Publicado originalmente en la Revista Instituto Confucio.
Número 28. Volumen I. Enero de 2015.
Número 28. Volumen I. Enero de 2015.
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