El día de la marmota global en la Feria del Libro
Un paseo en busca de ensayos que nos expliquen las turbulencias en las que andamos inmersos
La Feria del Libro de Madrid, este domingo 2 de junio. JUAN CARLOS HIDALGO EFE
Andaba reclinado sobre un estand buscando un libro sobre la globalización. Más bien el ensayo definitivo, que es algo así como comprar el último modelo de móvil pensando que dentro de unos años nadie te verá como un abuelito con un zapatófono. Ya en los noventa, con el entusiasmo de Seattle o Porto Alegre, leímos a Ignacio Ramonet o a Samir Amin. Una década más tarde cayó Lehman Brothers y buscamos respuestas en Michael Lewis, Steve Keen u Owen Jones. Ahora que la crisis ha hecho las maletas pero nos ha dejado el táper de la precariedad y el imán de nevera de la explotación, tocaba leer —pensé— sobre la postglobalización o el postcapitalismo, por usar el término con el que tituló un libro en 2015 el periodista británico Paul Mason.
En mi paseo distraído por las casetas de la Feria del Libro de Madrid me sentía, sin embargo, en el día de la marmota global entre tanto Las venas abiertas de América Latina, de Eduardo Galeano; o El capital en el siglo XXI, de Thomas Piketty. Vi expuesto en primera línea hasta un ensayo sobre la guerra entre Israel y Hezbolá de 2006. Quizás alguno de esos ejemplares es el mismo que cuando iba a la feria de niño, y se desempolva y almacena en cada edición.
Tardé en darme cuenta de que no tenía que mirar al frente, sino hacia atrás. Allí estaban los tótems, puntuando el recorrido cada tanto: las multinacionales del helado, el pabellón infantil patrocinado por McDonald´s, los anuncios de pizzas y paellas precocinadas, el cajero móvil de Bankia en un autobús de Alsa, las máquinas expendedoras de Coca-Cola y del agua que pertenece a Coca-Cola… Me vino a la cabeza una canción de Nacho Vegas: “Ideología sin salir de casa y cuando atraviesas el portal, ideología en los escaparates, en cada esquina de cada ciudad”. También en el repartidor de Glovo tumbado sobre el césped del Retiro con la mirada perdida. No parecía tener muchas fuerzas ni ganas de rastrear entre casetas el ensayo que yo buscaba.
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