lunes, 24 de octubre de 2011

2012 AL DECIR DE LOS MAYAS || El estómago del colapso · ELPAÍS.com

VICENTE VERDÚ

El estómago del colapso

VICENTE VERDÚ 22/10/2011
El enorme estruendo de la Gran Crisis económica y social ha tapado el sonido personal de todos los individuos. No hay voces netas ni siquiera desde los grupos rebeldes pero tampoco gritos sociales o culturales aislados como en el tiempo de las vanguardias, los existencialismos o los jóvenes airados.
      La esperanza es que la crisis cree un nuevo sujeto incompatible con la ceguera y la injusticia
      Más bien, la Crisis sistémica ha permeado en el fondo del corazón individual y la dificultad para crear cualquier agrupación revolucionaria procede de la dificultad en conocer no solo qué clase de poder concreto nos paraliza sino qué clase de individuo, neurótico o neuroquímico somos nosotros mismos, individuos barnizados de soledad.

      Puede darse el caso, incluso, que el empeoramiento constante de la Gran Crisis se deba a que su super-gen especulativo coincida con una clase de individuo, gobernante o no, sustantivamente fraccionado y frágil. Un tipo especulador no solo en el sentido en que fía su fortuna a la apuesta sino especulador en el sentido de que ya no se reconoce en ningún reflejo fijo y, se trate a sí mismo, en primer lugar, como un posible bonus basura.

      Ni la religión, ni la ideología política, ni los programas de autoayuda han sido suficientes para que, en colaboración con el psicoanálisis, la psicología dinámica o la terapia cognitiva, mantengan en pie, con necesaria firmeza, al sujeto contemporáneo. O lo que es lo mismo, lo hayan apuntalado lo bastante fuerte como para afrontar la adversidad con la lucidez de sus autoridades y para mantener su propia mente a salvo del default.

      La metáfora de la liquidez donde se balancea el sistema, reproduce la característica enfermedad bipolar, húmedo y seco, seco y húmedo, de nuestro tiempo. De una recapitalización a otra, de una inyección del psicofármaco conocido a otro de similar composición. Siempre al repetido borde del abismo, el infarto, la quiebra o el descalabro total.

      "No hay subjetividad privada", dice el sociólogo británico Nicolás Rose, profesor en la London School of Economics. Es decir, no hay nada que nos pertenezca independiente de la circunstancia exterior. Ni siquiera lo más privado deja de estar marcado por la situación y más si la situación envolvente es pavorosa.

      La Gran Crisis echará abajo sistemas de producción y sistemas de organización política pero, a la vez, ya se encuentra transformando la misma condición humana. La esperanza sería que esa transformación, provocada por productos tóxicos, estafas e incompetencias continuas cree un nuevo de sujeto incompatible con la ceguera, la injusticia y la iniquidad.

      Este hombre nuevo que soñó el marxismo y todas las demás utopías de hace un siglo, se estaría fraguando ya. Los líderes que ahora destacan más aparecen como mostrencos ante el posible nuevo líder o grupo de ellos que, como reactivo propicie la actual hecatombe del sentido.

      La nueva época, sea la que sea, estará así habitada por ciudadanos nacidos de este forzado autoclave material y moral. Hombres y mujeres con diferentes modos de ser y de querer, traspasados por convicciones que darán valor a la colaboración frente a la competitividad, a la pausa frente a la celeridad y a la creatividad frente a la hipertrofia.

      O, acaso no. Acaso el panorama final consista en un campo de moribundos incestuosos tras la Gran Guerra especular. Muchedumbres agónicas y endemoniadas por el contagio de la incompetencia y la confusión. Quizás el porvenir sea, pues, el escenario de unos cuantos castillos superpoderosos y compactos, mientras la gente paupérrima vaya desgranándose en su perdición.

      Pero entonces, siendo así, siendo tan extrema esa época ¿cómo no esperar que al colapso de civilización, más que al colapso económico, siga como muestra Jared Diamond (Colapso. Debate) para los mayas o los indios anasazi, por ejemplo, otros muchos y más humanos lunes al sol?
      El estómago del colapso · ELPAÍS.com


      el dispensador dice: cada era humana ha creado y hasta diseñado su propio colapso, lamentablemente los recuerdos se van diluyendo en la noche de los tiempos hasta agotarse, quedando apenas gotas de aquello que pudo ser un océano. Para quien no vive las circunstancias todo tiene sabor a cuento, asumiéndolo como mito, leyenda, o hasta una historia menor... cada generación humana desciende con sus propias consignas que va traduciendo a factoriales de vida que se van sintonizando a la medida de sus pasos, podrá  (pudiendo) ser mejorados o empeorados por las sucesivas. Entonces la historia se repite y se vuelve eternamente cíclica tal lo supo describir Julio Verne en "El Eterno Adán"... curiosamente, "algo" borra las huellas previas, dejando sólo algunas como testigo de una época que se confundirá con las siguientes hasta fundirse en una estampa desentrañable, que desvelará a algunos y dormirá a otros, dejando en claro que las diferencias de concepción sólo se producen en los tiempos respirables, nunca más allá. En pocos años el mundo que transita esta humanidad se ha modificado hasta ponerse patas para arriba, exponiendo a la luz verdades que nadie ha querido ver, mucho menos aceptar... El mal llamado descubrimiento de América no fue tal, apenas se trató de un re-encuentro de dos culturas en decadencia, la Europa medieval proporcionó atisbos de sus pasados, envueltos por la inquisición eclesiástica revuelta y angurrienta de más poder, avariciada por el afán depredador de reinos quebrados que necesitaban justificar sus actos de injusticia pública a cualquier precio. Por su parte, la América nativa venía arrastrando sus propios problemas, ya que de generaciones iluminadas confluentes de atlantes y lemures se había venido descomponiendo por siglos, dejando monumentos y obras increíbles para consumirse en recolectores y cazadores que comían lo que podían o lo que encontraban... aquello que los había distinguido a ambos se había transformado en un recuerdo no atendido por las generaciones de aquel tiempo que sólo querían sobrevivir. Hoy la humanidad se está consumiendo por la avaricia de pocas familias que han robado la historia a otros, fabricándose una historia a medida de azules principados, todos mentidos, quedando atrapados por miserias acumuladas durante siglos de mentiras, de escudos comprados, de blasones mentidos, de títulos y honores que jamás le fueron merecidos... y tanto la inquisición como el medioevo se muestran más vivos que nunca antes, pedofílicos y violadores de sentimientos ajenos. Esta conducta negligente y aberrante, eminentemente corporativa, está desbarrancando a la civilización humana hacia la exclusión, la pobreza, la marginación, y de manera significante... el hambre. Supe tener una rara sensación en el estómago, en el pecho, quizás en el alma, el día que un hermano del alma, mi hermano del alma dejó esta vida para regresar al imperio de los distintos, allá por el año 1969... cuando se fue Horacio José González se llevó la consciencia de su familia, pero la unión y la comunión que teníamos me hizo saber que el había abandonado su cuerpo y había partido definitivamente. Regresé a tener dicha sensación en otras ocasiones y he respetado la señal. Nunca fue igual a aquella primera vez... pero siempre guardó características semejantes. Algunos me han relatado circunstancias semejantes o parecidas, equivalentes o apenas resonantes. Las experiencias de vida son apenas contables, ya que aquello que no vives, que no sientes, es siempre intrascendente porque el dolor no se cuenta, se siente en el nudo del alma. La historia que nos cuentan no contiene ni tampoco describe las sensaciones de sus actores, en su tiempo y en sus respectivos momentos... al igual que con la TV, las fragancias no se perciben, gracias que te las imaginas o tal vez las supones. Como sea, la historia historia es... podrá nutrir nuestras lecturas, no más que eso. Hoy nuevamente la humanidad enfrenta un quiebre, tan estrepitoso como el cocinado en el siglo pasado con guerras propias de dementes que se tenían por normales. Los buscadores apresurados buscan en Nostradamus o en los Mayas, posibles explicaciones a sus sentimientos, a sus percepciones, a sus sensaciones previas a un tsunami... pero el colapso está en las conductas aberrantes y negligentes de los presentes, ya que las visiones de Nostradamus y su carácter profético podrá encajar sí, indudablemente lo hace, pero apenas si se trata de un destello anunciador de las pobrezas de alma que nos dominan... nada distinto con los Mayas, cultura con sabidurías singulares que tuvo la gracia de trascender varias eras humanas, bien distintas unas de otras. Habían aprendido a mirar lo que nadie mira y a descubrir variables que nadie aprecia... lo que ellos sabían se fue con ellos... ya que lo demás son ecos de conveniencias y oportunismos para entretener al vulgo y ahogarlo en las miserias legadas por otros, los pocos... Me corre el cuerpo una extraña sensación, y esta vez sé que no soy el único que la aprecia... Europa se está consumiendo en las miserias impuestas por intereses y conveniencias... nada distinto cursa en el resto del mundo ciego, sordo pero no mudo, donde todo se justifica y a todo se lo explica... sólo que ahora ya no está Heródoto para contarla, tampoco Flavio Josefo, ahora los mediáticos ocupan horas de mediatismos vacíos, diciendo "nada" de hechos "obvios". Las ciencias se han vuelto planas y la humanidad depende de tecnologías que desconoce en sus esencias, reconoce los beneficios inmediatos, pero desconoce sus efectos en el tiempo, todo se compra, todo se vende, incluyendo en ello la dignidad, el alma y hasta el espíritu... y ya estamos a la vuelta del 2012 y su conjunción galáctica... los antiguos medían el tiempo de las era en soles... el quinto está concluyendo, está transitando su transición hacia el sexto, uno se apaga y otro se enciende. Así como apocalipsis se traduce como revelación... colapso se traduce como recreación... el primero (apocalipsis) es un acto de luz, de iluminación, de indicación... el segundo, es un acto de renovación, donde el actor debe "fabricar" su tránsito hacia el mañana necesario que le ha sido concedido por la gracia divina. Me duele el estómago, ¿le habrá dolido a nuestros ancestros mayas?... creo que mañana el SOL será nuevo, azul, frío, enseñándonos que la era y la gesta dependen de nosotros mismos, de aquello que entendemos como esencial, como ángulo de la matriz, como factor de la ecuación eterna. A este mundo humano le hace falta espíritu ya que le sobran mochilas pesadas con un aire irrespirable, está pleno de densidades, de miopías, de cegueras, de disimulos, de negaciones, de ausencias, de burlas, de mentiras que denigran la condición humana que ya no admite ni la esclavitud ni la dominación del prójimo, tampoco su sometimiento... esas conductas reinales, virreinales y principezcas (s o z?, da igual) se han comido su propio hígado, Ptometeo se ha liberado... sólo me ha dicho que me quede tranquilo, que mañana no será igual, y que todo aquello que fue, ya no será... como siempre antes. Tengo mi esperanza intacta, tengo mi ilusión iluminada, 2012 está tan cerca que se puede tocar... y he descubierto que no es más que un número... ah!, allí viene el SOL, aprovechadlo... hoy, mañana no se sabe. Mañana no existe hasta que se manifiesta en la propia circunstancia de un hoy... Octubre 24, 2011.-

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