Viernes 21 de octubre de 2011 | Publicado en edición impresa
Arte / Muestras
Cruce de caminos
Las obras disímiles de Santiago Porter y Silvana Lacarra se encuentran en Zabaleta Lab
Por Mercedes Casanegra | Para LA NACION
Sorpresiva decisión la de Zavaleta Lab, al reunir una exposición de ensamblajes de Silvana Lacarra ( Solos y dúos ) y otra de fotografías de Santiago Porter ( Bruma ) de manera simultánea en el mismo espacio.
Hace tiempo, Lacarra formuló una opción esencial que definió gran parte de su desarrollo: privilegió la fórmica como el material artístico para su obra, que se ha convertido ya en marca de identidad. Su lenguaje pasa de modo ineludible por aquella elección. Aquí está asociada con refinados y exóticos tipos de madera, con las hojas y raíces del maíz, con el aluminio y la alpaca. La artista recurrió también al minucioso oficio de la marquetería que utiliza esas maderas y que parecería estar en las antípodas del mobiliario realizado con fórmica. Sin embargo, ella ha hecho de la yuxtaposición una de sus estrategias artísticas. Se trata de un recurso tan eficaz como poético, con antecedentes en la historia. Los surrealistas recurrieron a las oposiciones de materiales y elementos de la vida cotidiana para producir disrupciones que tocaran un lugar más allá de la conciencia, para hacer aflorar otra cara de lo habitual, aquello que yace escondido y que es fuente de creatividad, vitalidad, energía. Claes Oldenburg hizo otro tanto al trocar materiales duros por blandos, lo que le permitió reelaborar la realidad cotidiana a través de una consistencia en apariencia ilógica.Lacarra completa con otros sentidos la reunión de materiales. En Dúo I , los triángulos de madera se vuelven estilizadas plantas de maíz en ejercicio de síntesis, a las que se oponen las hojas reales del maíz seco y sus raíces. Solo II exhibe en su superficie azul profundo una dispersión de pequeños cuadraditos de alpaca y aluminio. Los fragmentos de metal semiprecioso y metal utilitario forman una bóveda celeste y nocturna. En otra obra, la madera de raíz se vuelve cadena montañosa y la fórmica, cielo.
Conocemos las fotografías de toma directa de Santiago Porter, sus retratos de edificios oficiales, donde su mirada dejó ver el lado oscuro y débil de la imponente contundencia institucional. Luego fueron los monumentos de la quinta de San Vicente, la Evita mutilada, premiada y emblema de un período del artista.
Pero, como dice Graciela Speranza en el texto del catálogo, "no extraña que, sofocado de ciudad, Porter haya salido al campo a fotografiar la nada informe de la pampa virgen donde termina el suburbio". Se retiró a campos no lejanos de la provincia de Buenos Aires, seguramente bajos, en donde la neblina es habitual. Entonces, la bruma se convierte en protagonista entre esos yuyales y árboles autóctonos.
Lo narrativo, que está presente en ambos artistas, pasa a un segundo plano. Ambos exploran los límites: Silvana Lacarra exige que sus materiales rindan en su máxima expresión; Santiago Porter retrae la categórica figuración para optar por la evanescencia. En ambos se percibe un sincretismo con otras disciplinas, y la música, seguro, es una de ellas.
La investigación de los límites es una tentación, pues llegar a ellos implica que se ha transitado un camino y se conoce lo recorrido. De lo material se pasa a lo inmaterial: los límites de la investigación de la conciencia, de la exploración del arte y sus infinitos modos expresivos, entre otros. La búsqueda del límite posee el objetivo secreto de que hay algo más allá de esa frontera, algo todavía no expresado. En esa búsqueda activa están Lacarra y Porter, por caminos diversos que se tocan en algún punto.
- Ficha. Solos y dúos , ensamblajes de Silvana Lacarra, y Bruma , fotografías de Santiago Porter, en Zavaleta Lab (Venezuela 571), hasta el 29 de octubre
el dispensador dice:
hay un puente olvidado,
vacío de rutas ha quedado,
ya nadie se acuerda,
para qué fue diseñado,
sin caminos trazados,
pueblos han quebrado,
pasando desapercibidos,
se explica que hay otros caminos,
por los que miserias han andado,
repartiendo exclusiones y pobrezas,
quebrando derechos humanos,
aquellos que han sido expulsados,
sin suelo se han quedado,
ahora aquel puente olvidado,
es testimonio de desidias,
alguien habrá cobrado,
por andar robando sillas,
está de camino a Rosario,
la vergüenza de un puente olvidado...
un cruce de caminos inquieta,
almas andan como veletas,
no saben la senda a elegir,
para transitar el destino,
algunos siguen a otros,
para justificar sus destinos,
otros explican en vinos,
sus perdidos desatinos,
decidir es aventura,
cuando de cruzar caminos se trata...
bifurcaciones que emocionan,
cuando las sensaciones ahogan,
las sendas son relativas,
a los karmas que dominan,
a veces conducen,
a desencuentros de luces,
algunos se andan haciendo cruces,
cuando de elegir se trata,
se ven huir las ratas,
cuando afloran las verdades,
cultivando incertidumbres,
en los que viven de herrumbres,
así como se oxidan los caminos,
suelen envejecer los destinos...
pretendes mirar hacia el norte,
pero algo incita desde el sur,
cuando crees encontrar la senda,
aparecen nuevos pesares,
no hay rosa de los vientos,
que amainen en sus lugares,
se arremolinan sentimientos,
justo donde se cruzan los vientos,
aquello que no respetas,
es la senda de la gracia,
el don que se ha concedido,
puede volverse desgracia,
si se desprecia la esencia,
de desconocer el mañana,
lo importante no está en el camino,
sino en la huella del que pasa...
se me ha perdido el SOL,
ya no sé dónde está el oeste,
anda errando senderos,
aquel que siembra las pestes,
prefiero dirigirme hacia al este,
por andar amaneciendo,
caminador sin mochila,
sólo lleva sentimientos,
cuando se atiende con el alma,
los sentidos del mañana,
suele llevar más tiempo,
alcanzar el propio horizonte,
no es cuestión de locuras,
descubrir dónde ha quedado el norte...
finalmente todo es relativo,
no hay cardinales ni puntos,
ni brújula de asuntos,
para algunos el norte se quiebra,
justo donde el sur te espera,
en el cruce de caminos,
lo que se elige es la vida,
cada cual sigue sus señales,
por las que ha sido atrapado,
algunos hacen culto de consciencia,
mientras otros se habrán olvidado,
de los ángeles y sus sombras,
cuando burlas tu paisaje,
cuando no atiendes los llamados,
sugerencias o clamores,
aún andando en un camino,
habrás perdido la ruta,
no es cuestión de ir hacia adelante,
sino de no quebrar pentagramas,
a quien se le pierden las notas,
termina envuelto en las llamas...
ahora ando a campo traviesa,
no sigo ninguna senda,
prefiero sostener mis esencias,
con horizontes soñados,
las esperanzas que he guardado,
alguien me las habrá robado,
no encuentro en los recuerdos,
qué me trajo a este rumbo,
seguro que fue la luz,
del destello de aquel tumbo,
mis auroras ya han pasado,
no me interesan los ocasos,
he regalado mi espacio,
a los que viene apurados,
nunca me gustó correr,
para alcanzar el destino,
sé acompañar a mi ángel,
a mi sombra no me resisto,
escucho a mi consciencia,
que me conduce con tino,
mañana queda cerca,
dejé atrás el cruce de caminos...
estoy arribando al final,
de los ayeres que he dejado,
en apachetas del pasado,
las piedras que fui juntando,
en mi jardín reposan,
me iluminan las mañanas,
cuando las aves se acercan,
cuando con cantos me hablan,
mis huellas han quedado,
justo por donde he pisado,
nada puede ocultarse,
de la gracia que te trajo,
me suenan las campanas,
aún cuando no tengan badajo,
allí está el verdadero llamado,
de aquello que has cultivado,
donde has puesto el corazón,
el sentimiento, lo amado,
habrá un cruce de caminos,
que cerrará tu pasado,
lo que elijas será bendecido,
cuando el afecto sea substancia de tu legado.
Octubre 23, 2011.-
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